jueves, 11 de diciembre de 2008

Crisis

La magia del capitalismoNo sé por qué, pero no termino de creerme la magnitud de esta crisis. En mi opinión, este capitalismo que nos ha tocado en suerte ha creado sus propios ciclos de expansión y de reajuste, ambos con el objetivo único de que el dinero cambie de manos: desde las de los que menos tienen a las de los que más atesoran. En las épocas de bonanza, para que inviertan sus ahorros los trabajadores; en las de reajuste, para recoger y poner mayor distancia entre los que siempre salen ganando y los que perdemos comúnmente.

Pienso que esta vez se trata de obtener dinero que no fluctuaba, en este caso el público que los diferentes estados han puesto a su disposición rápidamente sin recibir nada a cambio. Salvar un sistema económico, demostradamente corrupto e inhumano, ha sido el objetivo de nuestros dirigentes. Ahora el capitalismo ha encontrado un nuevo nicho de financiación, un precedente que nos va a lastrar en situaciones futuras y al que se pretenderá volver a acudir. Creo que los políticos han tenido un comportamiento servil con quienes manejan el dinero (banqueros, grandes empresarios...) que nos hipoteca a los ciudadanos y que crea modelos nada sociales. Si querían invertir nuestro dinero, deberían empezar pensando en nacionalizar aquello que crean que debemos salvar -repito: con nuestro dinero-. Es una ley natural, quien compra se queda con la propiedad.

Sobre nuestros empresarios (no hablo de los autónomos y pequeños comerciantes, a los que considero obreros por cuenta propia), decir que siempre priorizan sus dividendos frente a cualquier otro tema y que su única manera de reducir gastos es congelar salarios e iniciar un ciclo de despidos, no es nada nuevo, ya que vienen aprovechando cualquier atisbo de temporal para ajustar sus plantillas y apretarnos más nuestro cinturón de clase asalariada. Se olvidan de los grandes beneficios (desorbitados si hablamos de la banca) obtenidos durante los últimos cinco años que parece ser no sirven para capear la marejada. A menudo me cuentan esa historia de que el empresario es el que arriesga su dinero y que por eso hay que permitirle ciertas libertades y capacidades de decisión sobre su plantilla y de que manera tratarla. No nos engañemos, esos empresarios -o banqueros- no se juegan su dinero, ni permiten que éste corra ningún riesgo (como mucho una pequeña cantidad de su fortuna personal que a fin de cuentas no la necesitan para seguir viviendo con el mismo ritmo).

Número para solicitar la prestación social por desempleoEmpujamos esforzadamente hacia dónde dicen nuestros empleadores y de la manera que nos piden, porque los medios de comunicación nos enseñan imágenes de la cola del paro y es entonces cuando nos damos cuenta que el despido es libre en España (aunque no gratis, que es realmente lo que buscan) y que nos puede tocar en cualquier momento. Les hemos entregado nuestras plusvalías para su beneficio; les cedimos nuestros derechos mientras adquirimos mayores deberes y, de pronto, ellos se ven obligados a limpiar la empresa y te ves en la calle, sin una explicación coherente del motivo: «Chico, lo siento, pero es la crisis, realmente no hay ningún motivo de comportamiento, rendimiento o nivel de trabajo, pero...» .

Tengo también que hacer una crítica a los sindicatos, a los que estoy viendo callados y poco efectivos a la hora de defender a los obreros. Espero que sea solamente una apreciación y que realmente estén trabajando. Creo que esta solución globalizada y casi unánime de tantos gobiernos les ha pillado por sorpresa y están todavía digiriéndola, mirando de reojo a ver que se hace en otros países. De todas formas, en unos meses no será asumible que sigan sin hacer nada.

Al final, la crisis pasará, y al día siguiente que los medios de comunicación comiencen a cerrarla oficialmente, los que han tenido siempre el dinero volverán como si nada hubiera pasado y a nosotros nos costará mucho más levantar la cabeza.

Para terminar, encontrarás puntos de vista interesantes en este artículo de Entre dos orillas y en los recogidos en la bitácora Cáncer Capitalista.

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