miércoles, 27 de mayo de 2009

Entrega premio Alfaguara 2009

Acto celebrado el martes 26 de mayo de 2009 en el salón de actos del Grupo Santillana, Madrid

Ayer se entregó el premio Alfaguara de novela 2009 al escritor Andrés Neuman por su novela «El viajero del siglo». El premio se había otorgado con anterioridad, el 23 de marzo de 2009 por el jurado presidido por Luis Goytisolo e integrado por Ana Clavel, Carlos Franz, Juan González, Julio Ortega y Gonzalo Suárez. El acto comenzó con retraso en una sala que se quedó pequeña ante el gentío congregado. La espera provocó el bullicio que se veía entretenido por las muchas caras conocidas que llegaban. Mayoritarios los rostros del mundo literario y del cine, aunque también acudieron presentadores de televisión y mujeres de la política: la ministra de cultura Ángeles González-Sinde, la ex-ministra Carmen Alborch o Inés Sabanés.

Abrió el fuego Ignacio Polanco para citar la dotación del premio con 175.000 dólares, acompañados de una escultura de Martín Chirino y la publicación simultánea en España y los países de latinoamérica de la novela ganadora.

Tomó la palabra Luis Goytisolo, como presidente del jurado (en la mesa le acompañaban otros tres miembros: Carlos Franz, Gonzalo Suárez y Juan González). Contaba que mientras leía la obra se preguntaba quién podía ser el autor, tanto por lo que narraba -muy decimonónico y stendhaliano en el ámbito de una Alemania muy pequeña y dividida que ahora resulta difícil de imaginar- cómo por la forma de escribirlo utilizando elementos narrativos muy actuales, propios de nuestro siglo.

Acto seguido Ignacio Polanco entregó el premio a Andrés Neuman y el autor se acercó al atril para leer la conferencia que tenía preparada para la ocasión y que tituló «Ficticios, sincronizados y extraterrestres».

Lo leyó con la voz clara de ese argentino que es, pero que lleva muchos años en España, el que no ha perdido todo el acento de allí, pero que no utiliza sus giros sino los de aquí. La suya es una voz que arropa, lo que le permitió dotar a la conferencia de un aire de confesión perfecto. Habló de los motivos secretos que le llevaron a escribir la novela, de la música de Schubert, del violín de su madre que se calló un día, de los parones en la escritura de la novela, de cuando la retomó con la idea de dedicársela a su madre, de los personajes que son el taller del alma, de la ficción que es la otra mitad de la realidad, de sus investigaciones para documentarse, de cómo era Alemania en 1827, de aquella Europa conservadora en la época de la «Restauración», de qué manera se van transformando los sentimientos con el transcurso del tiempo y la historia, de la forma en que poder escribir una novela futurista del pasado para hacer pensar el siglo XIX desde nuestro presente...

Cerró el acto Ignacio Polanco declarando abierta la convocatoria al premio del año 2010 e invitando a los presentes a tomar una copa para celebrar con Andrés Neuman el galardón. Se abrió la puerta que daba al jardín, separado por unos arbustos de la M-30, incapaces de paliar el ruido de los coches que sólo se atenúa con el murmullo de las conversaciones. Sirvieron los canapés y las bebidas. El vino tinto era un «Riscal» de uva Tempranillo y denominación «Vinos de la tierra de Castilla y León».

Afuera estaban los trabajadores de Crisol para los que el grupo Prisa ha preparado un ERE que le permita cerrar las tiendas y despedirlos. Se trata de 67 trabajadores pertenecientes a la empresa más pequeña del grupo, un negocio que no resulta rentable, aunque bien no genera pérdidas. La propuesta ofrece una indemnización de 25 días por año trabajado, algunas recolocaciones con merma en las condiciones laborales y prejubilaciones con un 70% del salario. Los trabajadores de Crisol apenas hicieron ruido, se mantuvieron al otro lado con la triste presencia de quien pierde su trabajo por motivos ajenos y sin saber cómo va a solucionar su vida. Los empleados de Crisol luchan con dignidad por sus derechos. Curioso el contraste entre los de dentro y los de fuera; tan próximos físicamente y tan alejados a la vez.

martes, 26 de mayo de 2009

Valderrama. Moderna tradición

Concierto celebrado el martes 12 de mayo de 2009 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid

Valderrama ofreció un concierto en el madrileño Teatro de la Zarzuela para presentar su nuevo disco «Moderna Tradición». Se trata de un disco muy abierto que apuesta con fuerza por la fusión. En él destaca la capacidad de mezclar culturas a través de sus sonidos propios en constante evolución, lo que permite acercar distancias vía proximidades y semejanzas.

El concierto se plantea dividido en tres partes. La primera claramente melódica que utiliza para repasar sus anteriores discos y presentar alguna de las nuevas canciones que siguen este hilo como es el caso de «Para no olvidarte». No faltaron en esta parte «Ahora te toca a ti», canción de su primer disco para homenajear a Joaquín Sabina, o «Envidia».

Después comienza una sección más íntima, que abre con «Horas bajas» un poema de su padre que ha musicado y que suena acompañado por el órgano de la catedral de Jaén. A partir de aquí, Valderrama se queda sólo en el escenario con su guitarrista «Calderito» para sacar todo su flamenco. Sin duda es lo mejor del concierto. El público se pone en pie para aplaudir la versión de «Romance a los gitanos» en la que los milagros de la técnica suben al escenario la voz e imagen de Juanito Valderrama padre para cantarla a dúo con su hijo. Otro homenaje muy sentido, esta vez a Lola Flores, resulta la canción «Mira que dolor» que la voz rasgada de Valderrama transmite maravillosamente.

Moderna tradición, ValderramaLa última parte se reserva a las mayores sorpresas. Aquí domina la fusión y comienza con las interpretaciones de tres grupos turcos que han participado en el disco. Istanbul Call In, producido por Ogüz Kaplangi, acerca los nuevos sonidos remezclados de su país; Senyaylar Strings Ensemble trae la dulzura de sus violines; y Harem la fuerza y el ritmo de sus percusiones. Presentados los «turcos» regresa Valderrama y sus músicos, para sumar veintiuna personas sobre el escenario e interpretar canciones de «Moderna tradición» como son «Mala hierba» (primer single en las radios), «Guitarra mía» o «Azúcar en el agua». Especial ternura muestra el artista cuando interpreta «La mujer de canela» canción que ha escrito para Dolores Abril, su madre.

Con el público entregado, aún quedó tiempo en los bises para «El emigrante».



A modo de pequeño anecdotario: Durante el concierto, Valderrama vistió la misma camisa de la portada del disco, como curiosidad decir que con esa camisa se casó. La boda fue en septiembre de 2008, en Sevilla. Su mujer, Rosa Peña, es la encargada de producción del artista.

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lunes, 25 de mayo de 2009

Cosas insignificantes

«Cosas insignificantes» es una película muy intimista ambientada en México D.F. y en la que se entrecruzan las historias de sus personajes. En el mismo edificio que Augusto (Fernando Luján) viven Eli (Lucía Jiménez) e Iván (Carmelo Gómez) que son pareja. Augusto es psicólogo infantil, Iván pediatra y Eli fotógrafa. Próximo al edificio trabaja Esmeralda (Paulina Gaitán), en la cafetería Córdoba. Paola (Bárbara Mori) tiene un hijo cuyo pediatra es Iván y del que Augusto se convertirá en su psicólogo. Esto es lo confesable, pero por debajo va surgiendo todo un tejido que les relaciona.

Cada cual tiene su vida, con sus problemas y sus agobios, enfrentándolos como pueden, a su manera y en soledad. En el aire de la película flota el hastío en forma de impotencia, de migrañas, de enfermedades... entre el smog que se comparte en la gran urbe. Las historias personales se cuentan con extremada lentitud, recreándose en su parsimonia, como dirigiéndose hacia un centro determinista y trágico que las atrae.

Tal vez hable de esos seres que son incapaces de permanecer cerca de los que aman y lentamente van soltando las amarras con la felicidad, de su abandono, de su incapacidad para la comunicarse o para tomar decisiones con las que avanzar.

Lo cierto es que requiere un estado de ánimo propicio para verla. En otro caso, el espectador podría dejarse ganar por esa lentitud, que además se agrava con la repetición de las imágenes cuando los protagonistas se entrecruzan. Es una técnica utilizada para darles un orden temporal a las escenas que se van sucediendo y a su vez para hilar una historia con otra; en cada una de ellas hay un punto de coincidencia entre los personajes y este encuentro se cuenta en ambas historias.

Inesperadamente al final cambia el ritmo de la película, se vuelve ágil y empiezan a ocurrir cosas cuando los personajes toman sus decisiones. Sin duda es lo mejor de la película que se cierra descubriendo su moraleja: cuando los protagonistas deciden asumir las riendas de su vida llegan las soluciones.



A modo de pequeño anecdotario: Este largometraje participó en la Sección Zabaltegui Nuevos Realizadores del Festival de Cine de San Sebastián, además cuenta con la producción ejecutiva de Guillermo del Toro.

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Países: México y España
Género: Drama
Fecha de estreno: 15/05/2009
Duración: 98 min.
 Reparto: Bárbara Mori, Fernando Luján, Carmelo Gómez, Lucía Jiménez, Paulina Gaitán, Blanca Guerra y Arturo Ríos
Dirección: Andrea Martínez Crowther
Productoras: Tequila Gang, Manga Films y Media Films
Productores: Bertha Navarro y Luis de Val
Productores ejecutivos: Guillermo del Toro
Guión: Andrea Martínez Crowther
Fotografía: Josep María Civit
Montaje: Ángel Hernández Zoido
Sonido: Matías Barberis y Nerio Barberis
Música: Leo Heiblum y Jacobo Lieberman
Director de arte: Olín Díaz
Vestuario: Gabriela Fernández
Casting: Alejandro Reza
Directores de producción: Sachiko Uzeta y Carlos González de Jesús
Distribuidora: Notro Films

domingo, 17 de mayo de 2009

Zaragoza. Último día

Amanece nuestro último día en Zaragoza con mucho sol y calor. Se nos ocurre para hoy pasear por la orilla del Ebro. Cruzamos por el puente de Santiago y caminamos un poco. Se observa el bullicio de domingo de cualquier ciudad: niños correteando por los parques, personas sentadas en un banco mientras leen la prensa...

Después de un rato nos acercamos al Náutico para desde allí contemplar a los piragüistas que suben y bajan el río en un ejercicio constante. No sabemos desde dónde llegan, pero antes del Puente de piedra, uno tras otro van dando la vuelta para repetir el trayecto en dirección contraria. Sus caras se repiten, pues llegan y vuelven, más de una vez. Toco con la mano el césped, por curiosidad, y descubro que es artificial.

Con la pereza de cualquier domingo decidimos repetir La Nicolasa al imaginar su gran portón, la sombra y el fresquito. Acompañamos el momento con un somontano y una tapa de «jamón batido» y otra de «atún batido». Vemos la calle, donde hay gente vestida como en la época de los romanos.

El CoscurroPara comer hemos dejado El Coscurro. Sabemos que se trata de un bar de toda la vida, de barrio, cercano y acogedor. Así ocurre, pero me sorprende ver que quienes lo atienden son mujeres jóvenes y orientales. Me hace pensar por un instante que me he equivocado, pero una mirada a los expositores de la barra me dice que no. Nos sentamos en una de las mesas y con tiempo pedimos una «bola de espinacas con gambas», una «madeja» (tripas de ternasco) y una tabla mixta de «jamón y queso». Resulta un bonito lugar para cerrar la visita, agradable de trato y con buena cocina típica.

Ya no queda otra cosa que pasar por el hotel a recoger la mochila y comenzar el camino de vuelta a lo cotidiano.

sábado, 16 de mayo de 2009

Sábado en Zaragoza

Al bajar de la habitación preguntamos algunos detalles en la recepción y nos enteremos que esta tarde estará la plantilla del Real Zaragoza, ya que utiliza el hotel como lugar de concentración antes de los partidos que juega en casa.

Hacemos un desayuno rápido y optamos por ver Zaragoza sentados en la parte de arriba de uno de sus autobuses turísticos. Elegimos la línea uno que nos lleva por el recinto de la expo. A través de una voz masculina grabada se cuenta la historia de los sitios por los que vamos pasando de una forma somera. Los primeros puntos ya los habíamos recorrido a pie, así que nuestra primera novedad la encontramos en el Palacio de Aljafería. El recorrido completo dura alrededor de una hora. La mañana ha ido avanzando y el sol empieza a molestar. Va a ser un día de calor.

Después de bajar, recorremos el Puente de piedra que siempre es un buen termómetro para ver la ciudad de paseo y observar el trascurrir calmado del Ebro. Mirando hacia la Lonja, en la plaza, se puede ver una estatua de un caballito de bronce sobre el que los niños se suben y con el que juegan constantemente.

Va siendo hora de comer algo. Para hoy hemos seleccionado Casa Portolés de entrada. Se trata de una taberna acogedora con un comedor al fondo que a estas horas están comenzando a preparar. Entre su variedad de tapas elegimos «frito de acelgas y foie», «buñuelos de la casa», «calabacín con jamón, queso y pimiento» y la «brocheta de huevo de codorniz, alcachofa, calamar y espárrago verde».

La otra parada la hacemos en la Cervecería Mayor, un lugar de apariencia sencilla, pero con buenas tapas como las dos que pedimos: «hojaldre de verduras y rulo» y «jamón batido con queso».

Al igual que ayer, comenzamos la tarde en los cines Palafox viendo «Lejos de la tierra quemada».

Muy cerca de los cines se encuentra la Continental, un bar con mucho público, bien esperando la hora de su sesión en el cine o bien tomando algo a la salida. Pedimos «perita de bacalao», «jamón con chorreras» y «calabacín con beicon y queso». De la cocina van saliendo las tapas con rapidez, reponiéndose constantemente los expositores.

El festín final lo dejamos para El Botín del Corregidor. Se trata de una hospedería con cocina moderna. Optamos por tapas en lugar de una cena tradicional y pedimos una bandeja de seis para la que hemos elegido «rulo de cabra con confitura de manzana y crujiente de jamón», «montadito de carrillera con foie fresco y salsa de oporto», «montadito de setas con foie, crujiente de jamón y huevo de codorniz», «cojonudo» (foie, jamón crujiente, pimiento y huevo de codorniz), «milhojas de madeja con pernil serrano» y «manzana con canelón de morcilla». Mucha mezcla de sabores, pero bien organizados y tan ricos que al salir miraba con pena por los que me quedaban por pedir.

viernes, 15 de mayo de 2009

Zaragoza. Un día laborable

El hotel está resultando cómodo, la cama es dura, la habitación espaciosa y el baño grande. Salimos a las calles de Zaragoza y sin caminar mucho entramos en la cafetería Las Glorias, donde acompañamos el café de unas ricas tostadas de pan con tomate natural.

La mañana queremos utilizarla para realizar una ruta por el casco antiguo a través de sus plazas, así que nos encaminamos directamente a la plaza del Pilar, pero nos encontramos con que está preparada para unos actos militares y decidimos empezar por el final. Sopla un viento fresco que nos hace ir buscando el sol. La plaza del Mercado Central alberga un bonito mercado cubierto de tres calles y bastante alargado. Se observa mucha actividad en los puestos que se encuentran abundantemente surtidos. La siguiente es la plaza del Justicia donde destaca la fuente de la Samaritana que antes había estado ubicada frente a la catedral de San Salvador. Llegamos a la plaza de San Felipe, en mi opinión la más bonita. En ella se respira cierto aire de tradición en sus edificios y comercios como es el caso del Horno de San Sebastián. Aquí estuvo ubicada la llamada Torre Nueva de principios del siglo XVI que fue demolida por el ayuntamiento en 1892 por su inclinación y alegando su estado de ruina. La plaza de Ariño es amplia y presenta unos enormes bancos muy propicios para tomar el sol.

Son las doce y algo, así que es un buen momento para tomar un café y hacer balance de lo visto. Cerca se encuentra la plaza de José Sinués en la que se sitúa la parte trasera del teatro Principal y por la que hemos cruzado varias veces, así que decidimos ir a la plaza de San Pedro Nolasco, muy próxima al museo del Teatro de Caesaraugusta. En la misma plaza se encuentra la taberna La Nicolasa, un buen sitio para tomar un vino y pedir la tapa de la casa llamada «nicolasa». El sitio es muy agradable, con decoración de fotografías antiguas destaca su enorme portón que te permite estar como dentro y fuera a la vez.

Caminamos hasta la plaza de San Bruno y nos detenemos un instante en el arco del Deán antes de llegar a la plaza de la Seo con la que terminamos la ruta.

Cuatro son las denominaciones de origen de los vinos de esta zona: Somontano, Campo de Borja, Calatayud y Cariñena. En todas ellas se encuentra la uva «garnacha» como una de las más importantes. Si ayer me incliné por el más conocido, el de Somontano, hoy voy a elegir los de Campo de Borja; me ha resultar un poco más difícil, pues no todos los bares lo tienen. Lo pido en el Marpy, una taberna decorada con fotografías taurinas, y lo acompañamos de varias tapas de fritos («croqueta», «bola de espinacas» y «bola de patata»).

La siguiente parada es un clásico, en el sentido estricto de la palabra, pues su fundación corresponde al año 1870. Se trata de las Bodegas Almau. Se trata de un sitio bullicioso por el que pasa toda la capital. No se ven tapas demasiado elaborados, es más una apuesta por lo básico. Elegimos tapas de «tortilla», «queso de cabra», «bola de bacalao» y «bola de beicon y queso».

Para terminar la mañana elegimos Casa Pascualillo. Una de sus especialidades son las «cigalas de la huerta con gambas» que son unos deliciosos ajetes a la plancha con gambas. Las pedimos y cómo es buena hora para comer añadimos unos «talentos del pintor» -sesos rebozados-, «torrezno» de Soria y «carrillera».

Para la tarde elegimos ver en el cine «Gran Torino». Lo ponen en los Palafox que quedan a unos cinco minutos del hotel. Tienen 11 salas y una cartelera sensata que permite sobrevivir a las películas durante más de una semana. En las taquillas se forma una cola ordenada que se va moviendo con mucha rapidez.

En Los Vitorinos pedimos su tapa más premiada «jamón con boletus y foie». Al probarla se comprenden y comparten sus merecidos galardones. El local resulta una taberna pequeña que mantiene ese encanto de los sitios que, a pesar del gentío, te permiten conservar tu intimidad.

Para cenar más tranquilos elegimos una mesa en Casa Dominó, un local con un servicio rápido y atento. Presentan gran variedad en quesos así que pedimos «costrini» y también sabíamos que tenían fama sus montaditos, de los que tienen una variedad muy amplia. Elegimos dos de los más famosos «jamón batido» y «longaniza batida».

jueves, 14 de mayo de 2009

Llegada a Zaragoza

Llegar a Zaragoza desde Madrid resulta rápido y cómodo con el AVE, pues en poco más de una hora y cuarto de viaje se llega. La estación intermodal de Delicias no está en el centro, se necesita tomar un taxi -unos doce minutos de trayecto- o subirse a alguno de los autobuses urbanos que allí paran. Si, antes de abandonar la estación, se mira hacia el otro lado del río se puede ver lo que queda de la Expo del Agua y observar la telecabina que desde las inmediaciones del intercambiador acerca hasta el recinto.

Vamos directamente al hotel Reino de Aragón donde tenemos una reserva. Lo elegimos por su cercanía a todo lo que queremos ver y también por precio ya que, aunque se trata de un cuatro estrellas, a través de Atrápalo y con una de sus ofertas especiales nos salió barato. Echamos un vistazo a la habitación que resulta cómoda y deshacemos la mochila rápidamente para volver pronto a la calle.

Nos dirigimos al centro histórico y mientras atiendo una llamada nos vemos ante el escaparate de La flor de almíbar. Se trata de una pastelería con siglo y medio a sus espaldas donde se respira tradición. Los dulces que muestran enamoran.

Seguimos hasta La Republicana. Nada más entrar reconozco que estoy en un bar entrañable, donde la mirada se me escapa de un objeto a otro si poder detenerse. Tomo un Somontano y aunque no pedimos nada de comer porque la tarde está comenzando vemos anunciados sus «huevos republicanos».

Nuestra siguiente parada es Casa Juanico. Los ojos se van directamente a las tapas que hay dentro de los expositores sobre el mostrador. Mientras suenan las siete de la tarde pedimos «croqueta de cabracho», «manita confitada» y la estrella «jamón con chorreras» que nos resultó todo un descubrimiento al paladar.

El siguiente de la lista se llama Los Zarzillos. A la vez que su barra de tapas destacan también las numerosas botellas de todo tipo de vinos, cada una de ellas marcada con su precio, lo que nos permite el entretenido de buscar la botella más cara y la más barata mientras probamos «bacalao con chocolate» y «migas del pastor». Me sorprende que apenas hay gente en los bares.

Cerramos con El lince una tasca con sabor a veteranía. Acodados en la barra y mirando sorprendidos la organización del trabajo en el bar pedimos un «Montadito de sardinas picantes». De lo más tradicional, sí, pero uno de los mejores sabores del día y, además, pican.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Martirio, 25 años en directo

Concierto celebrado el domingo 10 de mayo de 2009 en el Teatro Circo Price de Madrid

Es este un espectáculo sencillo en lo musical, sin grandes filigranas sobre las tablas. Le bastan el piano de Jesús Lavilla y la guitarra de su hijo (Raúl Rodríguez) para acompañarla y transmitir lo entrañable, eso que lleva dentro, rodeándole el corazón.

Son veinticinco los años que Martirio pasea sobre el escenario y no ha perdido intensidad en este tiempo. Mantiene esa voz cálida y dulce, aterciopelada, que se llena de matices con cada canción, envolvente y sugerente. Pocos artistas modulan la voz con tanta facilidad y versatilidad como ella.

Pero Martirio es mucho más que la voz, por eso sus discos no le hacen toda la justicia que merece, pues su repertorio la necesita a ella imprimiendo fuerza sobre el escenario. Interpreta como nadie la pasión (tanto copla como bolero o tango), y todo se lo trae a su terreno de fusión, de mezcla. Innovando constantemente, su amor por la música permanece latente durante todo el concierto.

MartirioAbrió el concierto con «El productor» para recordar su primer disco y hacer un guiño a su hijo, quien produce este último. Después vino el repaso a su discografía y a las personas que le han dejado huella. Con «Quisiera amarte menos» recordó a Chavela Vargas de la misma forma que hizo con Carlos Cano en «María la portuguesa», con Marifé de Triana en «Torre de Arena» y con Miguel de Molina en «Compuesta y sin novio». En la magistral interpretación de «Mi marío» da un repaso al papel de la mujer en una sociedad caciquil que completa con la «La bien pagá» en versión femenina. Con el mismo sabor a copla llegan los tangos «En esta tarde gris» y «Volver».

Conocedora de que nada sabe igual si no se comparte, se vuelca con los espectadores. No podían faltar el gesto habitual de quitarse las gafas mientras canta «Ojos verdes» como sentido homenaje al público.

Tras los bises Martirio y su «Filarmónica» de dos (Jesús y Raúl) abandonaron el escenario. La ovación se hizo más sonora y volvieron para saludar, sin interpretar alguna canción más.



Nota: El recinto no deja de ser un circo, por lo que Martirio entre dos de las canciones no se pudo resistir a preguntar al público «¿Cómo están ustedes?».

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martes, 5 de mayo de 2009

La vergüenza

«La vergüenza» ha sido una de las dos grandes triunfadoras de la pasada edición del Festival de Málaga de Cine Español al llevarse la biznaga de oro a la mejor película y la biznaga de plata al mejor guión. No es extraño, pues se trata de una película que va echando raíces en el interior. A oscuras, en la sala no se abarca todo el conjunto. Como mucho se establecen conjeturas y se limpian algunas hojas para entrever un tallo hermoso y adivinar sus poderosas raíces. Luego en la calle o en casa son los posos que ha dejado los que obligan a volver una y otra vez a ella. «La vergüenza» es, ante todo, una película inteligente, hecha para la reflexión y el debate posterior.

Aunque se desenvuelva en un ámbito privado, me resulta próxima. A pesar de que nada tenga que ver el conflicto principal con mi vida, entiendo a la perfección los sentimientos que hay detrás, cada uno de los comportamientos, las respuestas, los vaivenes, los silencios... y soy capaz de trasponerlo a otras situaciones realmente distantes, pero cortadas por el mismo esquema social. Puedo vivir el proceso de maduración de los personajes y compartir esos valores del primer mundo donde el hombre perfecto ha sido incapaz de «crecer».

Uno de los mayores aciertos del largometraje es que transcurre en tiempo casi real. Algo no habitual en el cine, pero que en teatro resulta corriente. El director consigue con ello abrir una ventana desde la que mostrar tanto el conflicto como su evolución y a través de la cual el espectador mira. Es esa primera fase contemplativa de la que hablaba al principio del artículo y en la que se establecen los simbolismos (los peces, el reloj del padre, los chantajes del niño...) que van a permitir en la segunda parte medir las respuestas de los personajes y su grado de transformación.

Las cosas no son de la forma que parecen y el argumento va creciendo, porque de todo abre su transfondo. De manera envolvente, con naturalidad, va cambiando la perspectiva sobre quién es realmente quien puede decidir, pues todos tienen su porción en la elección, lo que les permitiría tomar un camino independiente de los demás si por ello optasen. No van a faltar puntos de vista: padre, madre, hijo, sociedad, madre biológica, asistenta, amistades... Este abanico logra completar la película, consiguiendo hacerla autocontenida.

Uno de los dilemas más elaborados lo plantea sobre las barreras que obstaculizan el proceso a la hora de elegir resolver un fracaso: la educación favorable a ocultar los errores, el egoísmo de una sociedad consumista que deja pocos espacios fuera del yo y especialmente la duda entre reconocer la incapacidad o la vergüenza que supone mostrarla. Estos son los porqués (los posos) que el director David Planell va sembrando con maestría.

La decisión del niño se muestra apoyada en el cierre de dos simbolismos, la entrega del reloj del padre sin decir dónde lo encontró que anticipa la finalización de los chantajes y su abrazo como primera muestra de cariño. El final es abierto (al menos no explicito) y tiene que ver con otra de las simbologías utilizadas en la película: los peces.

Destacar las buenas interpretaciones que sustentan esta película de personajes y sentimientos. Soberbia Natalia Mateo que cuaja una madre carcomida por la duda, pero con el conocimiento de lo correcto que le da fuerza. Maravilloso Alberto San Juan interpretando a un padre con certezas de libro pero al que se le olvidó madurar. Divertida Marta Aledo representando a un personaje metódico y desquiciante para servir de contrapunto a la realidad familiar. Intensa Norma Martínez llevando la cruz de la mujer más atormentada. Excelente la capacidad del niño Brandon Lastra Cobos para decirlo todo con los ojos, casi sin palabras.



A modo de pequeño anecdotario: Aunque esta es la primera película de David Planell, el equipo que va con él lleva ya muchos años acompañándole en sus cortos y en su vida (Natalia además de la protagonista es su pareja y Charly, su hermano, se encarga de la fotografía).

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País: España
Género: Drama
Fecha de estreno: 30/04/2009
Duración: 107 min.
 Reparto: Alberto San Juan, Natalia Mateo, Norma Martínez, Marta Aledo, Esther Ortega y Brandon Lastra Cobos
Dirección: David Planell
Productoras: Avalón Productions
Productores ejecutivos: María Zamora y Stefan Schmitz
Guión: David Planell
Fotografía: Charly Planell
Montaje: David Pinillos
Sonido: Juanjo Martínez San Mateo y Nacho Arenas
Música: Christopher Slaski
Directora de arte: Mónica Bernuy
Maquillaje y peluquería: Chicha Blanco
Director de producción: Damián Paris
Ayudante de dirección: Antonio Ordóñez
Distribuidora: Avalón Distribución Audiovisual