viernes, 17 de julio de 2009

Los que se divierten contando lo que escriben

El arte de insertar historias entre los hechos de la realidad

Presenta Andreu Martín su novela «Barcelona trágica» en la carpa del Encuentro de la Semana Negra de Gijón. Le acompañan, para conversar con él, los escritores Fernando Marías y David Torres y resulta divertido. No han tenido reparo a medias con humor y con pasión en destrozar el argumento, a los personajes y hasta los secretos del libro. Andreu cuenta el hecho de que tras la Semana Trágica de Barcelona se desmonta todo el entramado anarquista y obrero de las fábricas. Con lo que sin duda quienes sales beneficiados son los industriales, dueños y señores de la explotación.

¿Por qué hay iglesias importantes que nadie tocó y sin embargo se quemaron los centros donde los obreros recibían clases gratuitas y aprendían a leer? Dice el autor que hay cosas que no están claras, que no encajan, ni se pueden entender de una manera tan simple como se ha vendido. Posiblemente hubo algo más que un estallido social, tal vez una estructura y un pensamiento detrás que usó a las masas. Así, con sus dudas, decide escribir una novela histórica, dónde los hechos reales manden sobre todo lo demás. Vemos a los obreros volcando el primer tranvía, asistimos a la primera quema de una iglesia, la procesión de momias, la céntrica iglesia del Pino que nadie se acercó a quemarla... y a partir de aquí los personajes entran al servicio de esta realidad. Alguien tiene que buscar algo, y para encontrarlo recorre los distintos escenarios que son mostrados de esa manera. Aunque estamos frente a una novela coral, sí que hay una serie de personajes que destacan, como el militar convertido en francotirador que no consigue acertar ningún disparo, el cura bueno en contraposición con la postura oficial de la iglesia, la solterona empedernida, el mayordomo...

La novela transcurre en el mismo plazo de una semana que presentan los sucesos, lo que sirve a mostrar un crescendo dramático que va aumentando a la vez que lo hace el delirio de Barcelona en aquellos días. A través de elementos simbólicos, Andreu, trata de explicar qué tipo de sociedad había en aquel momento. Son tiempos en los que se ve claramente una diferencia social que destaca los contrastes entre los industriales que hacen lo que hacen simplemente porque pueden y frente a ellos la pobreza que se desborda de los obreros.

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