sábado, 22 de agosto de 2009

La imposibilidad de oponerse al poder

«Arráncame la vida» muestra cómo ejercieron el poder algunos políticos méxicanos de los años 30


Cartel de «Arráncame la vida»
Cartel de «Arráncame la vida»
Yo me pregunto que lleva a la muchacha de quince años, Catalina (Ana Claudia Talancón), a enamorarse de un hombre maduro como es el general Andrés Ascencio (Daniel Giménez Cacho). Tal vez su curiosidad de burguesa consentida y un poco ignorante de la tramoya que se esconde tras las apariencias, una joven que desconoce el precio real de la vida y la factura que se ha de pagar luego por las decisiones que se toman. O simplemente resulta que, cansada y aburrida de la vida provinciana de Puebla, se ha rendido a la novedad, al primer seductor que con generosidad la corteja. Así es ella al principio de la película, una mujer atrevida con ganas de comerse la vida a bocados. Sin embargo aprende pronto, y su proceso de aprendizaje lo afronta con tal avidez que rápidamente su papel cobra tanta fuerza como el del general. Arranca así una pugna que establece entre ellos una lucha que, si por la sociedad que les rodea se midiese, resultaría a todas luces desigual. La película es ante todo este enfrentamiento, en el que Catalina intenta recuperar su libertad sin poder abandonar nunca los límites que la apariencia social de su posición, adquirida con el matrimonio, le imponen.

A través de los ojos de Catalina se descubre la trastienda de un poder sin escrúpulos ejercido por hombres tan feroces como despiadados, con el único objetivo de mandar y conservar. No les tiembla la mano para encargar apartar con un disparo a quienes se les opongan. Su marido pertenece sin duda a este grupo, y cada detalle que ella va conociendo de él, más amarga va haciéndole la vida a Catalina, la de una mujer vencida y cómplice con un silencio del que se ve incapaz de escapar. Tiene sus pequeñas satisfacciones, labores sociales que ocupan sus horas y algún amante ocasional, hasta que en su vida irrumpe Vives (José María de Tavira), un hombre joven e idealista que representa todo lo contrario al general. Con él recupera sus anhelos y ese carácter inconformista que el desgaste en la vida compartida con su marido le había producido.

Escena de «Arráncame la vida»
Daniel Giménez Cacho y Ana Claudia Talancón
Trabajado en la película con mucho esmero, el trasfondo de corrupción política consigue traspasar la pantalla. Las cosas son como son, y el poder gana siempre porque es quién dicta las normas que le convienen a quien lo ejerce. Resulta inquietante este descubrimiento temprano y la imposibilidad de detenerlo. Resulta más espeluznante aún pensar que tal vez México no haya cambiado tanto como para que todavía se siga mandando en el país de una manera similar.

Gran papel el de todo el reparto, pero sobre todo los de sus dos protagonistas principales. Ana Claudia Talancón transmite la evolución del personaje con claridad, mostrando los sentimientos de una mujer atrapada, que pierde su libertad y lucha con constancia por recuperarla, que se abate, que se recupera, que aprende, que se enfrenta, que sabe esperar, que mantiene su dignidad... Daniel Giménez Cacho, por su parte, logra humanizar a un personaje cruel.

A modo de pequeño anecdotario: Se dice que la trama de la novela de Ángeles Mastretta está inspirada en la vida de del político de Puebla Maximino Ávila Camacho, hermano del ex presidente Manuel Ávila Camacho. Son conocidas las rencillas entre los dos hermanos: sabido es que Manuel, al elegir sucesor a la presidencia de la República, prefirió apoyar a Miguel Alemán Valdés en lugar de a Máximo, que a su vez calificaba a su hermano Manuel como una persona débil para gobernar el país. Sin embargo, el actor Daniel Giménez Cacho para construir el personaje de Andrés Ascencio no recurrió a Manuel Ávila Camacho, sinó que utilizó la figura de otro polémico caudillo mexicano, la del general Gonzalo N. Santos.


Arráncame la vida
País: México
Género: Drama costumbrista
Fecha de estreno: 24/07/2009
Duración: 111 min.
Dirección: Roberto Sneider
Productoras: Altavista Films, Grupo financiero Imbursa, La banda films, Fidecine México, Grupo Bal, Industrias Peñoles y Cinépolis Producciones
Productores: Alejandro Soberón Kuri, Federico González Compeán y Roberto Sneider
Productora ejecutiva: Monica Lozano Serrano
Guión: Roberto Sneider. Basado en la novela del mismo título de Ángeles Mastretta
Fotografía: Javier Aguirresarobe
Montaje: Aleshka Ferrero
Sonido: Martín Hernández y Fernando Cámara
Música: Arturo Márquez, Leonardo Heiblum y Jacobo Lieberman
Casting: Carla Hool
Dirección de arte: Rafael Mandujano
Vestuario: Gilda Navarro y Mónica Neumaier
Maquillaje: Regina Reyes y David Gameros
Peluquería: Gerardo Pérez Arreola
Diseño de producción: Salvador Parra
Dirección de producción: Rafael Cuervo
Distribuidora: Wanda Films
Reparto: Ana Claudia Talancón, Daniel Giménez Cacho, José María de Tavira, Joaquín Cosio, Camila Sodi, Fernando Becerril, Irene Azuela, Julio Bracho, Carmen Beato, Guillermo Gil, Rafael Sánchez Navarro, Miriam Jiménez González, Delia Casanova, Ana Ofelia Murguía, Eugenia León, Gina Morett, Isela Vega, Mariana Peñalva, Álex Perea y Humberto Vélez

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