martes, 29 de diciembre de 2009

Los Cardiacos y su música inconformista

Los Cardiacos celebran su 30 aniversario publicando una colección de cuatro cd's que incluye toda su música


Portada del disco de Los Cardiacos Integral  30 aniversario (1979-2009)
Portada del disco de Los Cardiacos Integral 30 aniversario (1979-2009)
Las discográficas no dan la felicidad, así se llamaba el segundo casete de Los Cardiacos y quizá esta frase es la que mejor define a este grupo leonés. En octubre de 1979, cansados de esperar un contrato discográfico que sabían que no iba a llegar, comenzaron a grabar sus temas en el local de ensayo. Utilizaron un Revox estéreo que acaban de comprar y una mesa de mezclas FBT. Así grabaron sus cuatro primeros temas que empaquetaron en una casete llamada Cardiacos en la cresta de la ola y que comenzó a venderse en los locales del Barrio Húmedo. Las cintas se agotaron en poco tiempo por la fuerza de Las noches del Toisón y Volver al Colinón, dos canciones que reflejaban perfectamente las situación que en León vivía la juventud: la ciudad y la provincia se quedaban sin trabajo y aquellos que intentaban acceder al mercado laboral no encontraban dónde ocuparse, surgía así la frustración ya que sin ingresos se complicaba la capacidad de ocio, más aún cuando las autoridades intentaban clausurar una de las discotecas y presentaban una política de reducción en los horarios. Juventud sin alternativa de trabajo, con las expectativas de un futuro cercano minadas, que comenzó a emigrar masivamente hacia Valladolid y Madrid mientras León se iba llenando de desencanto. Frente a ese panorama desolador Los Cardiacos toman la batuta del inconformismo, de la resistencia y la lucha por las libertades frente a la intromisión creciente en la vida privada de las autoridades.

Los Cardiacos con su formación inicial
Los Cardiacos con su formación inicial
Su historia no es muy larga: dos casetes autoeditados, dos singles con Fonogram, dos maxisingles, tres elepés, cinco recopilaciones y dos participaciones en discos colectivos. La grabación de su último disco en estudio es de 1991 y su último concierto lo dieron en el 92, sin embargo en León no han dejado de sonar. Surgen como un sexteto, con las cabezas pensantes de Kike Jiménez y Carlos Suárez, la voz principal de Macario desde la batería y con Toño, Pepe y Chiqui, aunque su formación más conocida es de cuarteto, ya sin Pepe ni Chiqui, momento en el que aparecen su dos maxis y el primer LP Obsesión. Con la salida de Carlos en el 85 para emprender una carrera en solitario, pasan por el grupo primero Luismi para los directos y grabar el disco Nuevas aventuras y después Mario con el que se edita Héroes y villanos. Ahora para cerrar un ciclo de 30 años se edita Integral, que recoge todas las grabaciones del grupo y cinco versiones inéditas en cuatro cd's, además de un libro que explica toda su historia. El recopilatorio apareció en el mercado el pasado 15 de diciembre, presentando un buen diseño y con un contenido atractivo que hacen que merezca la pena comprarlo.

Durante todos estos años se han movido por diferentes estilos: ska, pop, rock, psicodelia y muchas versiones que ellos han traducido y personalizado como es el caso de Callao una adaptación del tema Victoria de los Kinks. Ellos han personafizado la movida leonesa, no sólo con su música sino también apoyando y produciendo a muchos de los grupos que desde aquí han salido.

Había escuchado sus canciones en la radio, pero fue en el año 82 cuando les vi por primera vez en directo. Un concierto al aire libre, en uno de los laterales del Palacio de Deportes de León, en el que tocaron también Derribos Arias y P.V.P. que por entonces empezaban a sonar con Miedo y El coche de la plas. Aquella tarde me hice totalmente cardíaco como la mayoría de los leoneses de mi generación. No puedo separar mi vida de temas como Salid de noche, Chicas de Burda, Lo tienes claro, Obsesión, Encadenado, Pánico en el hospital, La costa Oeste, Silencio en el dial, El adiós, La lluvia del ayer, Los blues de Tomás y sobre todo Las noches del Toisón.

Me he dejado para el final su vertiente de compromiso. Apoyo constante a la cultura, ya que ellos impulsaron la vida musical, abierta a la movida, de los años 80 programando y trayendo a León para que tocaran en directo todos los grupos que entonces significaban algo. Y compromiso social como fue la preparación del festival musical de apoyo a la marcha minera a Madrid. Los años pasaron, Kike y Carlos comenzaron carreras en solitario, intercalaron labores de producción musical, entre los que figuran The Refrescos, Flechazos, Los Berrones, el primer disco de Los Rodríguez, la Orquesta Sinfónica de Matanzas, Deicidas, La Coartada, Piñón Fijo...

A modo de pequeño anecdotario: En 1980 Los Cardiacos ganan el concurso musical Ritmo del verano en la madrileña plaza de Las Ventas y consiguen su primer contrato discográfico para editar dos sencillos que tantearan el mercado. Ese mismo año se llevan también el primer premio del festival ciudad de Valladolid. Después vino la gira como teloneros de Sting en 1985. Tocaron en Aplauso, emitieron su vídeo en La bola de cristal. Otro galardón obtenido por el grupo fue ser elegidos en 1988 el mejor grupo en directo por la sala madrileña Agapo.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Animales de compañía, una ácida crítica familiar

Cuando la familia se reúne para celebrar con una cena el cumpleaños del cabeza de familia puede pasar casi de todo, lo mismo una comedia que un drama


Cartel de «Animales de compañía»
Cartel de «Animales de compañía»
Animales de compañía habla de las relaciones familiares con inteligencia. La familia más perfecta se deshace a los primeros arañazos que escarben en ella. No hay familias convencionales, cada una está construida a través de sus peculiaridades, con distancias y parcelas privadas, pero también con las semejanzas que se dan entre los miembros, unos parecidos que, a menudo, duele reconocer. En ella se establecen pactos y vínculos con los que intentar sobrevivir, acuerdos que perduran mientras los intereses resulten coincidentes, que se rompen y se zanjan porque todos conocen los puntos débiles del resto. Asuntos pendientes que vuelven a ponerse sobre la mesa y que esta vez también se dejarán abiertos para que puedan surgir en la próxima cena en la que se vuelvan a juntar, independientemente de que de ésta todos salgan diciendo que será la última.

Se trata de una obra coral, de personajes, cimentada en un guión que engancha desde su primera línea, tanto por los conflictos que plantea como por los diálogos que van de la pura ironía a la dureza de las verdades más directas dichas cara a cara. Es la cena de cumpleaños del cabeza de familia, la que les reúne dentro de una casa en la que guardar las apariencias es imposible y dónde la franqueza causa dolor. Personas a las que les une la sangre, pero que se encuentran alejados los unos de los otros: intereses diferentes, posturas políticas contrapuestas, celos familiares... Una tragedia contada, sobre todo, con mucho humor.

Nancho Novo y María Botto en una escena de «Animales de compañía»
Nancho Novo y María Botto en una escena de «Animales de compañía»
Son muchos los temas que surgen durante la cena, todos inconvenientes, pues cada uno de los miembros mantiene una rígida postura política que no soporta el diálogo. El pragmatismo del silencio no sirve porque alguien lo revienta con un comentario guardado durante mucho tiempo y que encuentra en un momento la forma certera de ser disparado; la ironía tampoco resulta convertida en un cartucho de sal dentro de un vaso de agua. Acercarse los unos a los otros resulta imposible y lo único sensato debería ser huir. Sin embargo no lo hacen, y hay radica el motor de la película, condenados a soportarse por una noche va surgiendo la acidez como sello más claro de la película.

El otro punto fuerte está en un escogido reparto que interpreta tres generaciones, insatisfechas a su modo las tres y con sus diferentes cuentas pendientes que soportan como grilletes. Excelentes sus trabajos en los que destacan Miguel Rellán (el sobrio padre) y Nancho Novo (el irónico novio de la hija mediana) que presentan el interesante duelo de machos alfa y al que se van uniendo Mireia Ros (la utópica madre), María Botto (la incoformista hija mediana), Cristina Alcázar (la insatisfecha hija mayor que aparenta llevar la misma vida perfecta para la que fue educada), Javier Pereira (el antisistema hijo pequeño) y Francisco Boira (marido gris de la hija mayor) para enfrentarse entre ellos haciendo caminar la acción por los derroteros más inesperados.

La historia trascurre en tiempo real, dentro del chalé familiar, con un decorado de diseño que reparte el espacio entre las actividades de padre (constructor de muebles, especialmente sillas extrañas) y la madre (fotógrafa). Características todas ellas que dan a la película una marcada identidad teatral.

A pesar de ser una película que participó en la Semana Internacional de Cine de Valladolid del 2008, la distribuidora ha decidido estrenarla en fechas navideñas, tal vez por tener un punto en común con el pánico que irremediablemente surge en estas fechas a las reuniones familiares en torno a una copiosa comida. La decisión ha llevado a que este sea el último estreno de cine español del año.

Por mi parte, decir que hacía tiempo que no me reía tanto en una sala de cine.

A modo de pequeño anecdotario: Animales de compañía supone la segunda película de Nicolás Muñoz. En 1999 dirigió Rewind y, entre una y otra, se dedicó a realizar el documental El viaje de Susu y a escribir dos novelas, con una de ellas Cenizas obtuvo en 2008 el premio Javier Tomeo. El guión lo escribe Nicolás con su hermano Rodrigo, ambos son hijos de la pintora Lucía Muñoz.

domingo, 20 de diciembre de 2009

El 2010 está a las puertas

Felicitación para el nuevo año 2010

jueves, 17 de diciembre de 2009

Bodas de sangre, avocados al sentido trágico del destino

Plaza dirige un Lorca en lucha contra lo irracional de nuestras raíces para que no brote más sangre


Martes 15 de diciembre de 2009. Teatro María Guerrero. Madrid


Cartel de «Bodas de sangre»
Cartel de «Bodas de sangre»
Gratamente sorprendido de la maravillosa interpretación de Consuelo Trujillo (la madre), llena de matices que saben en la boca a verdad pura. Un trabajo y un resultado que no se ve sobre un escenario con frecuencia. Parece que el personaje se le ajusta a la piel como si lo hubieran construido a su medida; luego ella lo carga de la falsa fuerza de la moral tejida por la tradición, con templanza adusta de una mujer endurecida por un pasado trágico de sangre y muertes cercanas. Portentosa, encabezando un buen reparto donde Carlos Álvarez-Novoa (el padre de la novia) le ofrece estupendas réplicas y se vislumbra en Noemí Martínez (la novia) y en Olga Rodríguez (la mujer de Leonardo) a dos actrices con mucho futuro.

No soy mucho de teatro clásico, en unos casos porque su mensaje se me ha vuelto manido por el tiempo y en otros porque me resulta demasiado simple para estas épocas de informaciones tan rápidas como abundantes. Es cierto que hablan de sentimientos básicos, inalterables y consustanciales al ser humano y a sus construcciones sociales, pero no me gusta escuchar historias repetidas o sabidas. Con la costumbre de acudir a las salas voy aprendiendo de estructuras narrativas, soy perro viejo para dejarme sorprender con facilidad, busco novedad y me da por intentar explorar lo complejo. Cambio y espero que el teatro cambie conmigo. Varían los decorados, el vestuario... pero, ¿y las historias? ¿Alguien las dota de un nuevo punto de vista que las enriquezca más allá de lo puramente estético?

Una escena de «Bodas de sangre»
Una escena de «Bodas de sangre»
Confluyen en esta obra el Centro Dramático Nacional y el Centro Andaluz de Teatro, como si un río de corrección y otro de visceralidad se mezclasen. Apegados a su tierra, royendo sus tradiciones, buscando entre sus señas de identidad para al final comprender que están abocados a un destino irremediable. Es la hora de la sangre que a borbotones brota conducida por unos instintos irrefrenables. La contaminación del ser humano desde su nacimiento por una miseria ancestral que no se puede cambiar porque la tradición así la impone, dentro de una sociedad opresiva y todopoderosa que les vigila y anula, incapaz de desarmar el entramado que la incultura ha ido elaborando con la fuerza que la losa del tiempo impone a los hombres vencidos.

Lorca tiñe este entorno de los instintos de una poética hermosa que permite remarcar lo simbólico e integrar lo fantástico con suma naturalidad. Las palabras son muy importantes en esta obra, ellas le dan un sentido de oasis a lo que la acción impone.

Se vislumbran también las dos Españas que se estaban fraguando por entonces. Vienen representadas por la familia del novio frente a la de Leonardo que muestran una clase que tiene para comprar las más hermosas medias caladas de seda y enfrente la otra, la de quienes sobreviven miserablemente en una tierra de secano que nada produce. Sin embargo ambas se miden de la misma forma, con la navaja en la mano, a golpes, con la sangre como juez. Cuando la boda fracasa, la madre grita: «Dos bandos, tú con el tuyo y yo con el mío» y entonces comienza a caminar la tragedia sobre el escenario.

Perfectamente intercalados los momentos musicales tradicionales que se cantan en directo (la nana y las canciones de boda). Bonitas voces que acercan los sentimientos, coreografías que ilustran los ritos para aproximar la emoción. Son parte inseparable de la obra que a su vez la enriquecen. No así la canción de «La Luna» que al sonar grabada resulta falsa, distante, alejada y que, por comparación, empobrece el montaje. Soy de la opinión de que debería cantarse en directo, dentro de la obra, y si Ana Belén -la voz grabada que la interpreta- no estaba disponible, muchas otras cantantes tenemos que podrían haber llevado a buen puerto esta canción en un directo que a todas luces es necesario y exigible. Así, tal como está ahora, lo que parece es una concesión injusta del director que él mismo debe conocer ya que trata de distraernos de la circunstancia, mientras suena la canción, con una visual y lumínica interpretación simbólica de la luna por parte de la bailarina aérea Diana Wrana.

A modo de pequeño anecdotario: Para esta tragedia, Lorca tomó como punto de partida el triste suceso que ocurrió en Almería en el año 1928 y que popularmente se conoció como el El crimen de Níjar. Sobre esta realidad trabajó su poética apoyada en ritos ancestrales como son las danzas y las canciones de cuna y de boda.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

«Avatar»: el canto pacífico de unión con la tierra

Una carísima película para adolescentes apoyada en el 3D y los efectos digitales


Cartel de «Avatar»
Cartel de «Avatar»
El miedo a que nos invadan los extraterrestres ha desaparecido. Ahora lo que nos planteamos es que sea la raza humana la que colonice otros mundos. Ya somos fuertes, tenemos un sistema económico a prueba de crisis y una cultura que nos permite transformar los personajes creados para sustituirnos virtualmente en seres con mayor humanidad que la nuestra. El problema, como siempre, es la avanzadilla, esos almas puras que conviertan el impulso de la colonización en una realidad latente: militares sobradamente preparados para matar, aniquilar y destruir, sin prejuicios que les pesen. Tampoco el motivo de la colonización tiene lo más mínimo que ver con el altruismo, es simplemente un yacimiento de un mineral llamado Unobtainium que por su escasez y utilidad le coloca un altísimo valor en el mercado. Las industrias señalan y los estados soberanos ponen a sus militares al servicio de los intereses de estas trasnacionales (cualquier parecido con lo del secuestro del Alacrana y lo que pedían los armadores con las frases previas de esta reseña ha sido pura casualidad). Vivimos tiempos difíciles llenos de piratas desnudos y hambrientos con una kalashnikov en la mano derecha y un movil en la izquierda para hablar con encorbatados abogados británicos que puedan mediar en el conflicto. Tiempos de mercenarios.

Cuando se invade un planeta (Pandora) es como cuando se «libera» un país (Afganistán, Iraq...), que realmente la cultura que hay sobre él no influye en las decisiones; la población civil en general resulta un estorbo, están equivocados en sus planteamientos radicales e integristas y además son incapaces de entender el progreso que representa un libremercado feroz regido por teorías neoliberales que a su vez son el trasfondo de la democracia capitalista, ya que por ignorancia desconocen que el beneficio de las empresas debe supeditar cualquier otra realidad o derecho. Es así como crecen los países.

No digo que «Avatar» comparta este mensaje, pero sí que lo dibuja como telón y punto de partida, donde alguno de estos conceptos los discutirá y otros los asume con naturalidad incuestionable. La ciencia-ficción es lo que tiene que habla de nuestras realidades y miedos sin explicitarlos.

Una escena de «Avatar»
Una escena de «Avatar»
Pandora es un planeta donde viven unos feos indígenas -o salvajes, según quién hable- llamados los Na’vi. Una de las tribus es el Clan Omaticaya y practican un amor milenario a la tierra y a la naturaleza, con las que se encuentran en perfecta comunión. Su ética resulta intachable y ejemplares sus comportamientos con el resto de las especies. Algo que a la larga decantará la decisión entre fuerza y razón del protagonista Jake Sully (Sam Worthington), un ex-marine paralítico que por azares de la vida va a convertirse en un avatar dentro de ese mundo en el que vivirá un proceso de aprendizaje vital. Es aquí dónde cambia el mensaje, aparece un cierto antimilitarismo -en realidad una crítica a los métodos, otros términos no se discuten- y un claro mensaje a favor de la naturaleza que nos pide un paso adelante para defenderla de nuestra propias agresiones.

El 3D y los efectos digitales son técnicas y como tales se usan en la película; sirven para plasmar como reales puras virtualizaciones imaginadas. El objetivo se cumple, tenemos un universo construido con coherencia con una hermosa selva, un árbol algo más que gigante sirviendo de hogar, con cascadas idílicas y montañas que flotan. Donde los indígenas montan caballos salvajes y vuelan sobre banshees un cielo que está dominado por un predador de la especie de los leonopteryx que da origen a una de las leyendas o simplemente pasean románticamente. Danzas y rituales, pero sobre todo bondad, son los elementos que, unidos a una especie de conector al final del pelo recogido en una cola, permiten la comunión con la madre naturaleza. Simbiosis que necesita protección con la llegada de los humanos para subsistir.

Pero no todo es un canto a la armonía, hay una gran parte del presupuesto que se dedica a las dos épicas batallas, con cierto sabor a «La guerra de las galaxias» que permiten el mayor despliegue de efectos y sonoridad de la película. Se ha trabajado en ellas a conciencia, en cada uno de los detalles, para su lucimiento, por puro sentido del espectáculo y sin duda sus imágenes se fijan en la retina. Es aquí dónde más se nota la mano del director, guionista, productor y editor James Cameron que deja ver con nitidez tanto sus deseos como su concepción del cine.

Los indígenas y los avatares no llevan actores de carne y hueso dentro, pero sí que han sido grabados previamente por actores que se han encargado después de sus voces, lo que ha permitido generar las escenas. Las personas humanas, dentro de la trama, resultan demasiado caricaturizadas. Dos ejemplos claros son el malísimo Coronel Miles Quaritch (Stephen Lang) que más parece por su look un personaje de videojuego o el codicioso Carter Selfridge (Giovanni Ribisi) que bien en un futuro podría ser uno de los malvados de Batman. Algo más humanos resultan los personajes de la doctora Grace Augustine (Sigourney Weaver) y la piloto Trudy Chacon (Michelle Rodriguez).

Si me preguntan a quién le podría gustar, diría que es una película muy orientada a un público adolescente, no sólo por los efectos y la tecnología que la envuelve, sino por su ritmo y mensaje desgranado en píldoras elementales de consignas sencillas. Con concesiones abundantes a dicho público, buscando una estética cercana a los videojuegos, exagerando las caricaturas en los personajes de comportamiento ruín y con una sensualidad latente que va desde el desprecio pasando a la ternura y desembocando en una una historia de amor de libro clásico. Destaca lo especialmente cuidado del lenguaje que en ningún momento resulta sexista.

Para terminar con mi opinión, confesar que se me hizo larga, además de serlo, por la sencillez del argumento, y porque llegados a un punto los efectos, aunque sigan siendo excelentes, ya no me engatusaban de la misma manera. Sí que me gustó la estética, que me llevó incluso a encontrarles su punto a los indígenas a los que había definido al principio de feos.

A modo de pequeño anecdotario: Detrás de esta película no sólo está la creación de una escenografía y unos seres. También se trató de crear todos los detalles propios de su cultura. De esta forma el lingüista Paul Frommer colaboró con Cameron para crear el idioma de los Na’vi. Buscaban un lenguaje original que a su vez resultase familiar e identificable, así que comenzaron con unos tipos de sonidos básicos sobre los que elaborar la paleta del lenguaje. Después se establecieron las propiedades estructurales del idioma, las normas de pronunciación y la construcción de las palabras. El vocabulario final consta de mil palabras y tiene su propia gramática.

Para la creación de movimientos se contó con Terry Notary, una ex protagonista del Cirque du Soleil, y el coreógrafo Lula Washington que aportó los pasos de los bailarines Na’vi.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Los miedos y el dolor de «Drácula»

En el Centro Dramático Nacional se puede ver un «Drácula» cercano a la novela de Bram Stoker


Viernes 11 de diciembre de 2009. Teatro Valle Inclán. Madrid


Cartel de «Drácula»
Cartel de «Drácula»
De esta versión me gusta su escenografía, sencilla, sin grandes aparatos y con un único truco que consigue hacer levitar a una de sus actrices. No era fácil recorrer escenarios tan dispares, pero el reto se supera con acierto: paneles multiusos, luces de colores, velas que provocan sombras, humo, vestuario diferenciador... Me parece muy estético comenzar con tres haces de luz cayendo sobre el público mientras se escucha un aria.

¿De qué habla Drácula?, ¿de vampiros?, ¿de demonios aunque sean interiores?, ¿del dolor insoportable?, ¿de aquello que no se cura con medicinas? Todo el mundo cree conocer el personaje de Drácula, no en vano es uno de los mitos sociales que se maneja en nuestra cultura. Quizá pocos han leído el original y lo que reconocen es una imagen transformada por interpretaciones de otras obras y autores, por fragmentos que acercan más al personaje al deseo y al placer buscando una estética determinada.

Este Drácula es fiel al creado por Bram Stoker, considerado por muchos el original, la sorpresa con la que se encontrará el espectador confundido con los otros «dráculas» y al que verá que no conoce tanto. De claro aire romántico, se aleja de la sangre y vísceras que otras iconografías más habituales para traer un personaje reflexivo, acosado por el dolor. Un Drácula que llega a Inglaterra y que por eso se hace peligroso, ya que a nadie molestaba la existencia que llevaba en Transilvania, tierra inculta y salvaje en el que la vida y la muerte son valores que al Occidente de fuera de sus montañas no inquietaban. Pero viene de fuera para quedarse, comenzando su lento proceso de vampirización, con sus normas y pasos, tan alejado del simple mordisco al que nos tienen acostumbrados y más relacionado con un lento vaciar del alma humana. Dejar a su víctima anémica, sin sangre, y algo parecido le pasa a la obra, que pierde fuerza por sus cuatro costados, sin apenas el sostén de algunas ideas desnudas o algún diálogo más dramático dónde las palabras se cargan de intención. Más bien parece un esqueleto sobre el que se habría podido construir una buena obra.

José Luis Patiño, Rocío León, Xenia Sevillano y Rafael Navarro en una escena de «Drácula»
José Luis Patiño, Rocío León, Xenia Sevillano y Rafael Navarro
en una escena de «Drácula»
La interpretación de José Luis Alcobendas logra que su cónde Drácula inquiete, a la vez que pueda permitir una mayor cercanía y humanidad. Por su parte el doctor Van Helsing (José Luis Patiño) se nos aleja con sus certezas de personaje sabiondo amparado por sus creencias. Mina (Xenia Sevillano) es el eje sobre el que se articula este balancín, la persona que va venciendo las soledades con el mínimo gesto de ir tocando al resto de sus personajes, ofreciendo ese cariño que desconocen para romper su aislamiento. Renfield (Eduardo Aguirre de Cárcer) por su parte consigue romper para bien el ritmo, dinamizando con su discurso y asustando con su locura. El resto, parecen no estar en el escenario, bien por lo corto de su papel, bien por lo apáticos que se ven obligados a mostrarse.

Se acumula monotonía en las voces y se añade un exceso de contención interpretativa que el director impone, lo que logra enfriar la obra hasta temperaturas invernales. Sin garra, sin sangre, en un ambiente irrespirable de sanatorio, sin altibajos en las voces, sumamente encorsetada, sin divergencia en los tonos. Con todas estas características apenas si deja espacio para el interés del espectador. Le falta vida, sin duda, porque se ha convertido en una mera estampa. Personajes que han dejado de sentir, vencidos, sin luz, es lo que queda.

La obra, de seres solitarios, nos habla de lo que ocurre cuando nos encontramos ante un enfrentamiento inevitable con el dolor, cuando no tenemos capacidad de sobreponernos y todo nos supera. Muestra una falta de objetividad para buscar entre nuestros miedos, la misma que va echando las culpas fuera. Es un buen planteamiento, salvo en que la solución propuesta también carece de objetividad al basarse en unas firmes creencias en lo divino: es quién cree en la cruz quien puede usar la fuerza del símbolo, quien puede borrar de su cabeza los demonios que atormentan a los demás, quien está libre. Una solución que a mí me decepciona.

A modo de pequeño anecdotario: Esta no es una obra con caras conocidas para el gran público. Tanto el director, escenógrafa y todo el elenco, con la excepción de Eduardo Aguirre de Cárcer, provine de la RESAD (Real Escuela Superior de Arte Dramático). Eduardo Aguirre de Cárcer, además de interpretar a Refield, es también el director musical de la obra.

viernes, 11 de diciembre de 2009

«Hiroshima». El lento esperar a que algo suceda

A «Hiroshima» le sobran las palabras, es el musical mudo de una historia nihilista


Cartel de «Hiroshima»
Cartel de «Hiroshima»
Sin duda el cine se convierte a menudo en un arte de protesta, pero vivimos tiempos nihilistas en los que los que hay directores que prescinden del mensaje.

«Hiroshima» comienza al amanecer, con un joven sale de la panadería en la que trabaja y comienza a caminar en un largo paseo por las calles de Montevideo mientras escucha música en su iPod. La cámara le sigue y le va tomando de espaldas. Digo largo paseo porque dura cinco minutos y sin duda anticipa lo que vendrá.

Juan Andrés Stoll, hermano del director y protagonista de la película, es una persona de pocas palabras, que trabaja de noche y vive de día. Una incógnita para sus padres que buscan resolverle problemas que él no piensan que existan. Perspectivas de una realidad ambas que se alejan como trenes en sentidos contrario y que se plasma en un un enfrentamiento físico entre padre e hijo, una pelea a cámara lenta que seguramente es un deseo más que una realidad.

Hacia el minuto trece parece que va a sonar la primera palabra, pero no es así. Es el mundo de esta película un espacio en el que las palabras no pueden ser oídas, en su lugar se sustituyen por carteles al estilo del cine mudo para que el espectador pueda seguir las pequeñas conversaciones que transcurran. Las palabras únicamente se oyen, aunque de manera distorsionada, cuando el protagonista revisa viejas películas caseras o cuando balbucea un niño. En todos los casos resultan ininteligibles.

Juan Andrés Stoll en una escena de «Hiroshima»
Juan Andrés Stoll en una escena de «Hiroshima»
Una de las mejores escenas es en uno de sus trabajos ocasionales, en que se ha convertido en un modelo para dibujantes. En el plano, un asistente le acerca un cigarro para que fume sin cambiar el gesto. Fumar mientras posa como metáfora de una espera a que algo ocurra o, al contrario, hacerlo simplemente, sin voluntad. Es un ejemplo más de cómo el actor no se involucra, se limita a trasladar su problemática, sin tomar decisiones, diciendo un simple «más bien» que quiere decir un sí, pero carente de compromiso real. Lo que su cabeza escucha son sonidos ajenos a las palabras, impulsos tal vez que arrancan y se detienen mientras recorre la ciudad de Montevideo en bicicleta para llegar al campo o a un pensamiento o a la propia nada. Tal vez el director pretenda hablar de lo pendiente, de lo incumplido o de la falta de responsabilidad como algo natural.

Dicen en la promoción de la película, que la banda sonora ayuda a crear una atmósfera hipnótica, como dentro del mundo irreal del protagonista para desgranar sus emociones. Algo de ello se logra y es tal vez el único punto de enganche con el espectador, pero la verdad es que tomando la película como videoclip musical resulta larga.

Como espectador me encontré sumergido en un espacio de aislamiento, como una vía muerta sobre la que descansan trenes que nunca más han de volverse a mover, eternamente. Como si estuviera jugando el partido infinito que también aparece en dos escenas.

El final resulta más desconcertante aún: Juan Andrés Stoll sobre el escenario, como el vocalista del grupo, cantando su canción «Hiroshima», el motivo por el que se había guardado sus palabras, para explotar con fuerza mezclando palabras sin sentido.

El pase para prensa se realizó a través de Internet utilizando la plataforma de Filmin. Todo ha funcionado bien y la experiencia es positiva, aunque ver el cine fuera de una sala te hace caer en muchas más tentaciones.

A modo de pequeño anecdotario: Pablo Stoll, su director, insiste en que los sucesos narrados en la película están basados en hechos reales, salvo dos escenas que están libremente inspiradas en la novela «La ciudad» de Mario Levrero. Esos hechos reales parten de su propio hermano, Juan Andrés Stoll, un hombre solitario que está un poco separado de la realidad. No es el único familiar que interviene en la película, también actúan otro de sus hermanos y su padre.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Noche de cortos de la Plataforma de Nuevos Realizadores

La Plataforma de Nuevos Realizadores presenta cinco cortometrajes dispares


Miércoles 9 de diciembre de 2009. Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes. Madrid



Cartel del cortometraje «Día de revancha»
Cartel del cortometraje «Día de revancha»
La Plataforma de Nuevos Realizadores presentó su noche de cortos. Se trata de una actividad mensual, realizada en el Cinestudio del Círculo de Bellas Artes, con entrada libre y donde se suelen proyectar cinco cortometrajes.

Abrió la noche «Sacamocos» de Liteo Deliro que resulta infantil en exceso. Tras ella se proyectó una pesadilla, con cierto parecido a un clip musical, que pedía una reflexión sobre el estado de nuestro planeta y el deseo de concienciarnos en el reciclaje para que todo tenga un final feliz. El corto se titula «Planeta Gaia» y está dirigido por Belén Herrera.

«Penalty», de Ana Martínez, es un corto bastante más elaborado que los anteriores, donde la tensión interpretativa trasciende la pantalla. Es una historia de maltrato en el que la mujer y su hijo esperan a que el resultado del partido de fútbol del domingo sea bueno y no surja otra tarde de golpes por parte del hombre. Sin duda Pablo Chiapella, Eva Isanta y Omar Muñoz, los tres actores del corto, sujetan toda la historia con solvencia.

Rosa García presenta «Pegamento», un corto que abusa del primer plano escondiendo tras ellos los pequeños detalles del espacio escénico en los que el espectador pueda resguardarse. Se trata de una historia de amor, de celos y de infidelidades.

«Día de revancha» es una parodia divertida que dispara muchos mensajes anti-belicistas. Básicamente en blanco y negro, sin palabras pero cargada de los sonidos que producen los gestos y las onomatopeyas, nos presenta a dos lisiados cargados de medallas militares que quedan para jugar algunas partidas que diriman sus diferencias. Sobre un tablero enorme juegan al ajedrez y la cámara retoma imágenes de la primera guerra mundial. Después lanzan dardos y podemos ver cómo caen las bombas durante la segunda guerra mundial. Una partida de dominó mientras se va construyendo el muro de Berlín. Es nuestra historia y está en manos de dos personajes caricaturizados, el uno tuerto y el otro con una mano ortopédica metálica de pocos movimientos y goznes, jugándose infantilmente nuestro destino o tal vez los favores de la joven sirvienta, a la larga la única que puede ganar ayudándoles a ambos en sus trampas. Magníficas interpretaciones de sus tres actores Pepo Oliva, Emilio Linder y Amanda Guadamillas que redondean el inteligente argumento y el estupendo trabajo cinematográfico de su director Alfonso García Morelaja.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Presentación de la Nueva gramática de la lengua española

La Asociación de Academias de la Lengua Española presenta una nueva gramática colectiva y consensuada por todos


Miércoles 9 de diciembre de 2009. Real Academia Española. Madrid


Nueva gramática de la lengua española
Nueva gramática de la lengua española
Seguramente los académicos de la lengua española tienen el reloj roto, porque el tiempo no les importa demasiado. Si han tardado once años en preparar esta nueva gramática y han dejado pasar otros 78 desde la anterior edición, no era de esperar que se presentasen puntualmente ante la prensa. Como dice José Manuel Blecua, académico español, les basta con estar al siglo.

Esta Nueva gramática de la lengua española ha sido elaborada por la Asociación de Academias de la Lengua Española. Se ha estructurado en tres partes básicas: cuestiones generales, morfología y sintaxis. Se recoge en dos tomos con un total de 3.885 páginas que incluyen 40.000 ejemplos. A estas tres partes se unirá un nuevo tomo de fonética y fonología, con DVD incluido, y que según palabras de Víctor García de la Concha, director de la Real Academia Española, no ha estado lista para salir en la misma fecha debido a la complejidad enorme de este tipo de estudios.

Si en algo coinciden los académicos es básicamente en indicar que se trata de una obra colectiva y consensuada por todos, que sirve a su vez para describir en detalle y de forma minuciosa lo que los hispanohablantes compartimos y también nuestras diferencias. Su intención es la de abarcar la realidad lingüísticas de nuestro idioma, en tiempo y en espacio, de manera armónica.

José G. Moreno de Alba, director de la Academia Mexicana destacó que ésta es la primera vez que se expone y se explica el español de América, que la gramática de 1931 no figuraba y en el esbozo que se planteó en 1963 aparecía pero no se presentaban ejemplos. Esta gramática, sin ser un libro de dialoctología, explica con la descripción más completa las diferencias de construcción en lo diferentes países y regiones, su sistema lingüístico y conforma a su vez una antología de los modos de hablar.

Académicos durante la presentación de la Nueva gramática de la lengua española
Académicos durante la presentación de la Nueva gramática de la lengua española
Ignacio del Bosque, ponente de esta obra, explica que hace 20 años no hubiera sido posible completar este trabajo, que gracias a la tecnología actual se les ha facilitado el acceso a la información y les ha permitido nuevas posibilidades gracias a tener informatizado el Corpus de referencia del español actual (CREA) que permite las consultas refinadas de forma sencilla. Respecto a la gramática, que presentó él mismo hace unos años, indica que son muy diferentes, en aquella cada autor firmaba su capítulo y la de hoy es también colectiva, pero consensuada; además esta nueva presenta ejemplos.

Por su parte Humberto López Morales indica que este trabajo sirve para ayudar a conocernos mejor, derrumbar barreras y facilitar el mutuo entendimiento de toda la comunidad. Es decir, además del consenso, presenta el conocimiento, lo que puede ser considerado como un avance sobresaliente. Indicó a su vez que existirá una segunda edición orientada a la difusión universitaria y una tercera dirigida a las escuelas. Muchos de los académicos mantienen vínculos con la universidad, lo que en cierta medida garantiza su aplicación universitaria, así que el efecto de esta obra será lento, pero firme. Añadió que no existe ninguna otra lengua con una gramática tan especificada. Esta no es una gramática centrista, sino que da cabida a todos: España, Guinea, Filipinas, toda América incluyendo Estados Unidos. No tiene una concepción añeja española, está construida en pie de igualdad.

Respecto a los números, Ana Rosa Semprún de la editorial Espasa, no dio muchas pistas, simplemente indicó que ésta es una hazaña sin parangón, además de única y que los libreros se muestran muy contentos. Dijo que a lo largo de los meses de diciembre y enero saldrá en toda América y que la tirada va a ser amplia.

José Manuel Blecua, preguntado por si se habla mejor español ahora o hace treinta años, señaló que no hay un español mejor, pero que esta gramática es un texto que describe la lengua y distingue con respeto las diferencias, lo que en un futuro permitirá aplicar las distinciones con conocimiento.

Por su parte Pedro Luis Barcia, presidente de la Academia Argentina, señaló que el periodismo presenta buen nivel de lengua, pero que sin embargo donde más errores comete es en la elaboración de titulares que suelen recurrir al mal uso de las formas verbales y de algunas construcciones gramaticales atropelladas. El periodismo se ha convertido para los académicos en una fuente de uso culto del idioma. Agradeció que esta edición aparezca en las vísperas de los diferentes bicentenarios de las distintas independencias latinoamericanas, indicando que se mantiene una unidad lingüística con sus respetadas diferencias localistas.

Vidriera de la Real Academia Española con el lema Limpia, fija y da explendor
Vidriera de la Real Academia Española con el lema Limpia, fija y da explendor
A Víctor García de la Concha se le preguntó si se iba a revisar la definición del término «franquismo» como está solicitando estos días el Foro de la Memoria. El académico informó que se revisa el diccionario de una manera constante y sistemática, y que recientemente habían revisado este término habiendo llegado a la conclusión de realizar algún cambio que ahora no recordaba exactamente. Indicó que a la Academia no ha llegado petición por parte del Foro de la Memoria sobre este aspecto. Respecto a los vulgarismos recordó que la norma la hace el pueblo hablante y la Academia se limita a ver la evolución y levantar acta que oficialice dicho uso. Con relación a este tema, Amparo Morales, de la Academia de Puerto Rico, señaló que en las escuelas de su país se corrigen estos vulgarismos con el fin de estigmatizarlos.

Blas Bruni Celli, presidente de la Academia Venezolana, señaló que nunca nuestra lengua había estado tan amenazada, ya que muchos términos que vienen de la informática y la tecnología se están imponiendo a palabras propias que ya existen en español para definir ese mismo concepto. Esta gramática debe ser un arma para la defensa del idioma.

martes, 8 de diciembre de 2009

«Vivir de pie» recupera la figura de Cipriano Mera

«Vivir de pie. Las guerras de Cipriano Mera» una aventura de la utopía y un viaje por nuestra historia


Cartel de la película «Vivir de pie. Las guerras de Cipriano Mera»
Cartel de la película «Vivir de pie. Las guerras de Cipriano Mera»
Se trata de una obra que mezcla la historia con potentes imágenes poéticas para dotarla de una plasticidad especial que pueda representar unos sentimientos que trasciendan a la mera anécdota. Cipriano Mera, dirigente de la CNT, pasa de albañil a general durante la Guerra Civil. El documental de Valentí Figueres muestra una vida de entrega, ocupada en satisfacer la necesidad propia de luchar por el triunfo de la ideas libertarias que permitan una sociedad más justa.

A través de una voz en off se van leyendo textos del propio Mera mientras se desgrana su historia y sus circunstancias, para lo que se recurre con frecuencia a entrevistas con testigos de aquellos hechos que completan el tapiz. Consigue tener buenos momentos que sin embargo se encuentran alargados. No es la capacidad de síntesis una de las virtudes de su director, que se siente más cómodo entre imágenes oníricas y metáforas, las cuales, ciertamente, consiguen darle mayor vistosidad a cambio de perder cierto ritmo. No es un documental típico, aunque si utilice elementos clásicos.

Uno de los muchos símbolos que se utilizan es de las grietas que se abren en el muro de la historia, pequeñas aperturas que los seres humanos debemos aprovechar para luchar por nuestra dignidad caminando hacia la revolución social que se base en justicia, igualdad y fraternidad.

Fotograma de la película «Vivir de pie. Las guerras de Cipriano Mera»
Fotograma de la película «Vivir de pie. Las guerras de Cipriano Mera»
Es de agradecer su preocupación por retomar una figura histórica que se encuentra olvidada. Recuperar nuestro pasado y luchar contra la amnesia de estos tiempos es labor importante que se debe agradecer al director de este documental. Además de la valentía de retomar el lenguaje original de la izquierda española que hoy en día sigue siendo necesario. Un lenguaje directo, de acción, cargado de utopías y sueños de justicia social que algún día habrán de ser realidades.

«Vivir de pie. Las guerras de Cipriano Mera» con el paso de su metraje va perdiendo imparcialidad, como ocurre al dedicar demasiado tiempo al enfrentamiento durante a guerra entre anarquistas y comunistas tomando partido fehacientemente por uno de los bandos y mostrando una cierta vertiente anticomunista que no apoya en realidades sino en comentarios. Pierde con ello parte de la objetividad con la que sí había sabido documentar otros de los tramos del documental.

De la misma forma insiste en la honestidad de Cipriano Mera, convirtiendo una anécdota sobre una maleta del general italiano vencido en Guadalajara y las vicisitudes posteriores del objeto en una representación inequívoca de su trayectoria. La película no la necesita, resulta poético pero el propio personaje se defiende a sí mismo con solvencia durante el metraje sin que se dude de su honradez.

Sus dos horas de duración se hacen excesivas. Así como los dos interminables minutos hacia el final en que el director elimina todo audio para que el espectador puedas escuchar sus pensamientos y reflexionar.

A modo de pequeño anecdotario: Dice el director que este documental es la respuesta a una pregunta que se lleva formulando durante 40 años sobre si el ser humano puede mantenerse fiel a sus ideales independientemente de la situación social o histórica en la que se encuentre. Cuenta Valentí Figueres que fue un tenedor que le mostró Nardo Imbernón, hijo de un anarquista exiliado en París. Se trataba de un cubierto de plata que había pertenecido al Aga Khan III. La pieza la obtuvieron un grupo de acción de la CNT para su financiación a través de un asalto a sus propietarios en 1949 cuando estos viajaban en limusina por la Costa Azul francesa. «¿Eran Robin Hoods modernos o simples asaltadores de caminos?» Aquella conversación despertó su curiosidad por un mundo clandestino de viejos anarquistas que luchaban por «la Idea» que resumía su concepto de justicia social y libertad.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Aminetu Haidar nos recuerda los problemas que no resolvemos

Numerosa participación ciudadana en la concentración de apoyo de Aminetu Haidar y su causa


Lunes 7 de diciembre de 2009. Frente al Ministerio de Asuntos Exteriores. Madrid


Cartel convocando la concentración de apoyo a Aminetu Haidar
Cartel convocando la concentración de apoyo a Aminetu Haidar
Varios centenares de personas nos dimos cita frente al Ministerio de Asuntos Exteriores, concentrándonos en apoyo de Aminetu Haidar y para defender la dignidad de su lucha, una batalla emprendida sobre la fuerza de su carne y por encima de su propia vida con el objetivo de regresar a su casa, una tierra árida, para muchos inhóspita, de sufrimiento, pero que es la suya. Las ideas de Aminetu son un fantasma que regresa para recordar el comportamiento del gobierno español desentendiéndose de sus obligaciones tras el abandono del territorio en 1976, mientras se cedía la administración, que no la soberarnía, del territorio del Sáhara Occidental a Mauritania y Marruecos a la vez que se comprometía a organizar y celebrar un referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui.

Aminetu Haidar nos trae al tiempo presente los problemas que no resolvimos y nos recuerda de nuevo que se sigue incumpliendo de forma reiterada la legislación internacional, y que a su vez, en su territorio, se sustenta un régimen que infringe las resoluciones de la ONU y la propia declaración de los Derechos Humanos. Ésta es su lucha pacífica, aún a costa de su propia vida.

El pueblo saharaui no ha cometido actos terroristas, manteniendo una lucha pacífica y constante en pro de que se respete su capacidad de decisión para celebrar un referéndum de autoderminación que les permita ser un estado independiente, árabe e islámico: una República Árabe Saharaui Democrática.

Durante el acto se corearon numerosos eslóganes como «Marruecos, culpable; España, responsable», «Dónde están: Derechos Humanos», «Moratinos dimisión», «Que se gane el sueldo el Rey», «Soy amigos de torturadores», «Aminetu a El Aiún» o «Todos somos Aminetu».

Entre los asistentes a la concentración se encontraba el coordinador de Izquierda Unida, Cayo Laro, al que acompañaba Paco Frutos.

Texto del manifiesto de apoyo a Aminetu y convocatoria de concentración en Madrid lunes 7/12/09 EN DEFENSA DE LA DIGNIDAD

Instantánea de la concentración de apoyo a Aminetu Haidar (foto: Fernando Jiménez Briz)
Instantánea de la concentración de apoyo a Aminetu Haidar (foto: Fernando Jiménez Briz)
La ciudadanía y las organizaciones hoy aquí presentes, conmovidos e indignados, denunciamos a los gobiernos de Marruecos y España ante el impune atropello que están perpetrando contra la vida de la activista saharaui Aminetu Haidar, defensora pacífica de los derechos humanos y del derecho internacional, y en aplicación del mismo, del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui.

Actuando en connivencia, ambos gobiernos, uno deportando y el otro aceptando su papel de secuestrador, al permitir su entrada en territorio español de forma irregular e indeseada por ella, pisotean el derecho internacional, la manoseada «legalidad internacional», a la que, sin embargo, apelan cínicamente para justificar las fechorías de saqueo y agresión a distintos pueblos a las que contribuyen vergonzantemente.

Ha sido la propia Aminetu Haidar la que ha expresado con absoluta rotundidad el papel de cómplice necesario del gobierno español en esta situación que amenaza con terminar en tragedia, cuando ha denunciado que la actuación de Moratinos sólo pretende dilatar el camino claro de lo que es una violación flagrante de los Derechos Humanos, del Derecho Internacional, del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, firmado tanto por España como por Marruecos, y que establece que nadie podrá ser arbitrariamente privado del derecho a entrar en su propio país.

Dibujo de Aminetu Haidar realizado por Kalvellido
Dibujo de Aminetu Haidar realizado por Kalvellido
Aminetu defiende con su actuación su dignidad personal que, a su vez, le exige un compromiso innegociable con la libertad de su atormentado pueblo, porque son ya 34 años de oprobiosa, violenta e ilegal ocupación marroquí los que sufre el pueblo saharaui. Ocupación que ha sido denunciada por sucesivas resoluciones de Naciones Unidas y que no ha logrado el reconocimiento de ningún país del mundo, pero donde se practica el destierro, la tortura, el encarcelamiento sistemático de los resistentes saharauis ante la indiferencia de esas mismas potencias. Ahora mismo hay 7 activistas saharauis: Ahmed Alnasiri, Brahim Dahane, Yahdih Ettarouzi, Saleh Labihi, Dakja Lashgar, Rachid Sghir y Ali Salem Tamek encarcelados en Marruecos por haber visitado los campos de refugiados en Tinduf y a los que un tribunal militar les imputa cargos que pueden llegar, de ser condenados, a la pena de muerte.

La huelga de hambre de Aminetu, es la respuesta pacífica de una activista honorable con convicciones, principios y coraje para defenderlos. Alguien, como Aminetu, que ha demostrado que sus convicciones no se venden tiene que ser sin duda muy desconcertante para quienes sólo conocen las razones de Estado, y mercadean con lo que sea con tal de que les proporcione beneficios. Y, sin embargo, la existencia de personas con la dignidad de Aminetu son una llama de esperanza para los hoy aislados defensores de la justicia, la libertad y la soberanía de los pueblos.
Conmovidos por el ejemplo de coherencia personal de esta luchadora saharaui, pero profundamente preocupados por su vida, exigimos a las autoridades españolas y marroquíes, responsables de la situación actual de huelga de hambre en la que se encuentra Aminetu Haidar, que le permitan el regreso inmediato y sin condiciones a El Aiún (Sahára Occidental).

domingo, 6 de diciembre de 2009

Al final, somos lo que eligimos

«Tú eliges», una nueva lucha de Antonia San Juan frente a la educación victoriana


Cartel de la película «Tu eliges»
Cartel de la película «Tu eliges»
Escrita y dirigida por Antonia San Juan, «Tú eliges» es una comedia, o un drama, según por el lado que se mire, con una marcada intención de romper los esquemas del espectador. Sabe obtener carcajadas en varias escenas con los elementos más simples y a la vez obligar a reflexionar. La película propone que cada uno elija su destino, porque al final nos convertimos en el resultado de las decisiones que hayamos ido tomando a lo largo de la vida, sin admitirse las excusas de los chantajes que los demás puedan realizar sobre nosotros. Un canto claro a bajarse las máscaras colocadas en los rostros por la rígida educación victoriana y católica, que impone lo que se ve ante lo que se siente.

Con muchas tramas en paralelo (ruptura de una pareja dedicada al mundo del espectáculo, preparación de la fiesta de presentación de un nuevo disco, citas a ciegas...) las historias van confluyendo, aclarándose el parentesco y las relaciones que van uniendo a todos los personajes. Nos cuenta un día en su vida y lo que vemos es que habla, sobre todo, de soledades, de distancias entre las personas. La vida es tomar partido, elegir, y después responsabilizarse de esas elecciones que van construyendo la soledad que habitamos.

Luis Miguel Seguí y Antonia San Juan en una escena de «Tú eliges»
Luis Miguel Seguí y Antonia San Juan en una escena de «Tú eliges»
La película tuvo poco tiempo de rodaje, apenas 20 días, que además Antonia San Juan aprovechó para rodar otro corto: «Las once». Sus preocupaciones como directora se notan en una merma interpretativa de su personaje. A la película también le falta ese algo más de tiempo para haber pulido las aristas y que así se hubiera convertido en un film más acabado y de calidad excelente.

En cuanto a las interpretaciones, grandes cómicos como Neus Asensi, Secun de la Rosa o Félix Navarro consiguen la risa y a la vez saben dar paso a la tragedia. Luis Miguel Seguí representa a un personaje perdido que interpreta con sobriedad. Antonia San Juan trata al suyo con rigidez y cierto hieratismo. Tiene un corto papel Andrés Lima al que su labor de director en Animalario va alejando de las pantallas; es la suya una interpretación modélica para servir como contrapunto perfecto al huracán Neus. Finalmente la Mala Rodríguez, además de ofrecernos la banda sonora, también actúa en la película con un papel que sabe llevar a buen cauce.

Dice en primera persona Antonia San Juan que las mujeres «somos unas hijas de puta» y luego más seria cuenta que la sociedad cristiana trata muy mal a la mujer, salvo que sufra, «que tenga cárcel». No sólo critica este aspecto, habla también de que esta sociedad presenta una incapacidad para cuestionarse nada y se orienta a que el individuo no se convierta en responsable de sus propios actos para que así no pueda comandar su vida ni promover cambios de forma consciente. Su película se mueve por estos cauces, provocando preguntas y respuestas sociales en el individuo, presentando mujeres cotidianas esforzándose por ser felices, con sus batas y sus conversaciones de café, atraídas y engañadas, pero fuertes siempre.

A modo de pequeño anecdotario: Antonia San Juan llegó con «Tú eliges» al Festival de Málaga de Cine Español y habló de lo difícil que es hacer cine, de que había tenido que usar sus ahorros y también de cómo la madre de su pareja, Luis Miguel Seguí, había invertido los suyos en ella. No era un proyecto descabellado, sus cortometrajes anteriores «V.O.» y «La china» habían tenido cierto recorrido y éxito. Respecto al corto «V.O.» decir también que obtuvo más de 30 premios y que llegó a estar nominado para los Goya de la Academia de Cine de España. Contaba Antonia que necesitó hacer aquel corto para poder salir del personaje que había interpretado en «Todo sobre mi madre». En Málaga, aún no contaba con distribuidora que permitiera a su primer largometraje exhibirse en las salas de España. Finalmente Sorolla Films ha apostado por la película.

sábado, 5 de diciembre de 2009

«La tierra», una historia sencilla que se alarga

«La tierra» nos muestra una violencia opresora en los entornos tradicionales


Sábado 5 de diciembre de 2009. Teatro Valle Inclán. Madrid


Cartel de «La tierra»
Cartel de «La tierra»
Sin duda es su escenografía lo mejor de «La tierra». Nubes en el cielo, el olivar sobre un cerro de arena, la luna llena, la valla de madera que también representa las fachadas de las viviendas del cortijo y la tierra que parece colarse en todas partes. El espectador la huele durante la obra, una tierra que va siendo empujada, movida y estrujada por los actores y que como imperceptible polvo forma parte del necesario aire que se respira en las butacas. Una tierra entre arena y ceniza, seca y yerma de un lugar en el que hace mucho que ya no llueve porque la naturaleza castiga un crimen silenciado por el pueblo.

Bien iluminada, con acertado uso de las sombras, con excelente manejo de los espacios, de una marcada poética en palabras e imágenes y con una gran visión de conjunto para la escena, la obra no desaprovecha momentos para afirmarse como una plástica postal dramática, como si fuesen instantes que estuviesen esperando a ser fotografiados. Los sentimientos, escondidos y encerrados, temerosos y temblones, callados, avergonzados, como corresponde a una sociedad rural oprimida, son interpretados a la perfección por el elenco. Sin embargo algo cojea en el argumento.

«La historia ocurre ahora», como dice uno de los personajes, pero viene de nueva años atrás, así que sobre el escenario se entrecruza el presente con el pasado a través de varios flashback. No hay problema de distinción, el autor y el director han cuidado estos detalles y en pocos segundos uno siempre sabe si está en el presente o en el ayer. Podría ser un elemento que dinamizara la obra, pero recurren a ello en exceso, hasta el punto que se obtiene el resultado contrario: el texto se ralentiza, pues están explicitando algo que ya se viene intuyendo con suficiente fuerza desde mucho antes. Sí, la historia es sencilla y resulta previsible, a mitad de la obra ya no quedan secretos para el espectador pues torpemente ha sido desvelado cada uno de ellos.

Una escena de «La tierra»
Una escena de «La tierra»
Dramáticamente resulta hermoso de qué forma, simulando la cámara rápida del cine, pasa, cuando arranca la obra, toda la historia que se va a contar en unos segundos. Su estética es sobresaliente, pero las pinceladas que deja en la retina se convierten en un poso que destruye toda intención de sorpresa posterior.

La obra tiene grandes momentos y siempre está latente la potencialidad de una historia que puede crecer. Sin duda el momento en el que María (Marta Poveda) le describe a Mercedes (Andrea Soto) cómo es la vida de Madrid es una de las mejores piezas, en pocas palabras cuenta las sensaciones de soledad y distancia que producen las grandes ciudades. O Pilar (Nieve de Medina) con el gesto torcido por la vida. O a Miguel (Raúl Prieto) y a Pozo (Mariano Llorente) tumbados sobre la tierra mientras charlan y comparten una botella que es la vida misma. Se perciben en general las buenas intenciones del autor de crear un texto interesante, pero que no se llega a plasmar del todo, que se ha quedado en un intento.

A la obra le sobra el personaje del fantasma de Juan (Julio Vélez) para explicar al espectador lo mismo que los actores van mostrando, aburre y me vuelve perezoso, para qué interpretar si este señor me va a contar lo que pasa e incluso describir los sentimientos de los otros personajes. El espectador no necesita que se lo den mascado. De la misma forma ocurre con la protagonista, que a veces parece salirse de su cuerpo para hablar en tercera persona de lo mismo que está diciendo, para diseccionar su alma y unos sentimientos que al autor le deben parecer demasiado profundos para ser representados. Son momentos muy literarios pero que puestos sobre un escenario estropean el trabajo de los actores.

La violencia como algo cotidiano forma parte inseparable de la obra y su reflejo sobre las personas consigue resultar impactante. De la misma forma, buena representación de la tradición como un conjunto de respuestas establecidas para conformar el comportamiento que se impone, define todas las posibilidades y supone la carga que los personajes aguantan.

Me dejaba para el final la lluvia, que al final de la obra cae con fuerza sobre la tierra redimida.

A modo de pequeño anecdotario: La historia de «La tierra» es larga y curiosa, así que la resumo. Fue escrita por José Ramón Fernández entre 1994 y 1997. Resultó finalista del premio Tirso de Molina 1998. En ese mismo año el texto fue leído en el desaparecido festival de teatro de Sitges y se publicó en Primer Acto y posterirmente en un libro que también contenía «Para quemar la memoria», lo que propició una lectura dramatizada dirigida por Juan Simón y una puesta en escena de Luisma Soriano en la ESAD de Murcia. Siguieron una lectura dirigida por Luis Miguel González en Madrid y otra dirigida por Horacio Videla en el II Festival de Dramaturgia Europea de Santiago de Chile en 2002. Año también en el que se publica en Internet dentro de la colección de Plácido Rodríguez por Caos Editorial. A principios de 2006, Gerardo Vera se interesa por la obra para el Centro Dramático Nacional, pero el autor se había comprometido con Emilio del Valle y Producciones Inconstantes y la obra se estrena en febrero de 2007. Tras el tiempo de explotación por Inconstantes, Gerardo Vera volvió a plantear la producción por el CDN de este texto, marcando como director a Javier G. Yagüe, con el que el autor había trabajado en la Trilogía de la Juventud («Las manos», «Imagina» y «24/7») en la Cuarta Pared. Mientras tanto el texto se publicó otras dos veces y en el 2009 el texto fue traducido al rumano, griego y francés.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Ya llovío. Treinta años de Nuberu

Llega a Madrid la exposición itinerante «Ya llovió. Treinta años de Nuberu (1978/2008)» que recoge un repaso en imágenes y sonidos a la trayectoria del grupo musical Nuberu con motivo de su despedida de los escenarios y que resulta una buena disculpa para hacer un recorrido por treinta años cruciales de la historia de Asturias




Cartel de la exposición «Ya llovió. Treinta años de Nuberu»
Cartel de la exposición «Ya llovió. Treinta años de Nuberu»
Anoche se inauguraba la Exposición sobre el grupo musical Nuberu, que recoge imágenes y objetos que reflejan su trayectoria musical. No son solo instantáneas y recuerdos, la exposición muestra también su compromiso político y social dentro de los movimientos obreros y solidarios, lo que supone una mirada hacia la Asturias y la España que salía peleando de una Dictadura para encontrarse ante una Transición que marcaba los caminos de la Democracia. La Exposición se puede visitar hasta el 8 de enero de 2010 en la Delegación del Principado de Asturias en Madrid.

Nuberu tiene sus orígenes en el colectivo Camareta formado por jóvenes vecinos del concejo de San Martín del Rey Aurelio. Dos de aquellos muchachos eran Chus Pedro Suárez y Manolo Peñayos que, con el nombre de Nuberu, en 1978 tuvieron la oportunidad de grabar su primer disco «Asturies, ayer y güey».

El Delegado del Principado en Madrid, Miguel Munárriz, abrió la exposición con unas palabras para destacar que Nuberu trascienden lo musical para convertirse en historia de Asturias.

Por su parte, Gema Suárez, Concejala de Cultura del Ayuntamiento de San Martín del Rey Aurelio (municipio del que provienen Chus Pedro y Manolo), recordó que esta exposición que hoy llega a Madrid comenzó su andadura en el Teatro Municipal de El Entrego, a principios de junio. Recalcó que aquí también se resume la inquietud cultural y política de todo un concejo que siempre se ha mostrado inquieto en ambas facetas. Hoy el territorio de San Martín del Rey Aurelio se ha convertido en una factoría cultural, donde sus gentes han cambiado la mina por la escritura y la música.

«Ya llovió. Treinta años de Nuberu»
«Ya llovió. Treinta años de Nuberu» (foto: Toni Gutiérrez)
Tomó la palabra Pablo Manzano, presidente de la Fundación Nuberu, para realizar un repaso por la trayectoria del grupo, desde aquel primer disco y su primer concierto en el cine sindical de El Entrego, e incluso antes, cuando Nuberu formaba parte de la plataforma de artistas en apoyo al PCE. Ya desde entonces expresaban un canto a la solidaridad y al mundo del trabajo. Compusieron muchos himnos generacionales, que aún hoy siguen siéndolo y siempre se han mostrado como artistas comprometidos con lo asturiano. Su disco «Como tú yes» fue el primer disco que se grabó en directo en Asturias. En el 2008, Chus Pedro y Manolo toman la decisión de concluir Nuberu después de 30 años cantando en una lengua que oficialmente no existe. Esta exposición, cuando finalice de viajar retornará a la Fundación donde se quedara permanentemente.

La directora general de promoción cultura y política lingüística del Principado, Consuelo Vega, recordó que este año 2009 el Gobierno del Principado de Asturias concedió a Nuberu una de sus Medallas de Asturias 2009, que son más altos reconocimientos que otorga la comunidad asturiana y sirven para premiar méritos verdaderamente singulares que concurran en personas e instituciones cuya importancia y trascendencia para los intereses generales de la Comunidad Autónoma les haga acreedoras y dignas de tan elevada recompensa. Galardón conseguido tanto por su música como por su trayectoria difundiendo la música tradicional, la cultura y la lengua asturiana. Trayectoria que comienza en el 78, cuando el pueblo recupera la voz y la palabra. La mirada a este exposición debe servirnos a todos para que nos reconozcamos un poco más y un poco mejor.

Instantánea de la exposición
Instantánea de la Exposición (foto: Toni Gutiérrez)
Manolo Peñayos resultó breve en su intervención. Agradeció a Víctor Manuel, presente en el acto, todo la ayuda que siempre les ha brindado. Habló de la exposición que, paseando la historia de Nuberu, llega a Madrid, lo que le sirvió para recordar aquellos tiempos en los que cantaban «Dios te llibre de Castiella» como expresión del centralismo. Preparándola se encontraron repasando muchos vídeos, lo que les trajo muchas emociones, sobre todo revisando las manifestaciones de entonces. Cerró su intervención prometiendo que seguirán trabajando por la cultura.

Cerró el acto Chus Pedro Suárez, un tanto afónico, para decir que «Nuberu somos mucho más que dos», que son todos aquellos que comparten una forma de sentimiento de comprometerse con la cultura asturiana. Dice que la historia de Nuberu se resume en una tayuela, que como ella se apoyan en tres patas. La primera es el compromiso político con el mundo del trabajo y de la solidaridad, no en vano son de la cuenca minera del Nalón y no pueden dejar atrás su contexto social. La segunda de las patas es la tradición innovada para envolver y llevar lo tradicional a un entorno más universal que pueda ser compartido en cualquier parte del mundo. Finalmente, la tercera, el compromiso con la lengua asturiana. Aquí aprovechó para decir que a los políticos les juzgará la historia por no entender la necesidad de dotar al asturiano de oficialidad. A Víctor Manuel le da las gracias, no sólo por aquel primer disco que les ayudó a grabar, y por la ayuda que durante toda su trayectoria les ofreció, sino porque gracia a él existe Nuberu y sus discos. Se disculpa por el estado de su voz que no le permite cantar como estaba previsto, dice que le ha pasado como a la sidra, que en el momento que pasa el Negrón se estropea.

Chus Pedro pidió al público que coreara sus canciones, mientras al piano interpretaba las melodías Gabino Antuña.

jueves, 3 de diciembre de 2009

La cotidianidad de «La ventana»

«La ventana» nos muestra ese punto de la vejez en el que el ser humano se convierte en perdedor


Cartel de «La ventana»
Cartel de «La ventana»
Tras un largo recorrido por festivales, el director argentino Carlos Sorín estrena en las salas comerciales su película «La ventana». En España participó en la Seminci de 2008.

El argumento de la película es sencillo: Antonio (que interpreta Antonio «Taco» Larreta) es un escritor mayor que se encuentra postrado en la cama por una enfermedad. Hoy vendrá a visitarle su hijo, que vive en el extranjero y al que hace muchos años que no ve. Su hijo sin duda se habrá convertido en un extraño. Antonio sabe que es la última oportunidad para que todo salga perfecto, pero, aunque su testarudez no lo reconozca, su cuerpo está ya vencido.

Por la ventana se cuela el paisaje de la Patagonia convertido en un personaje más de la obra y una metáfora de la vida y el tiempo que se van alejando y que el protagonista necesita tocar con sus manos. Son campos de cereales, repletos de luz, con cielos azules con nubes de algodón y extensiones que se confunden con el horizonte. Naturaleza que enseña a Antonio los ciclos de la vida, que unas cosas finalizan para que puedan comenzar otras. Sin duda es la fotografía una de las piezas fundamentales de la película.

Sobre ese paisaje de Bahía Blanca se levanta la Estancia San Juan, una casa señorial en la que vive el protagonista, un claro reflejo de su carácter, el de un hombre que niega su situación desafiando su estado físico con arrogancia, empeñado en un «yo puedo» sin asumir que se trata de una batalla perdida. Esa lucha frente a la derrota segura es quizá el mayor encanto de la película. Sorprende de la casa que parece encontrarse en un lugar perdido del mundo, pero en su interior está llena de ajetreo: la mujer que se encarga de la estancia, el hombre de los recados, la enfermera, el afinador del piano, el médico, los excursionistas, el niño vecino, el hijo y su esposa. Todos van y vienen de un lado para otro en el quehacer de sus tareas diarias, cruzándose y charlando con la cotidianidad propia de la vida, con naturalidad.

Antonio Larreta en una escena de «La ventana»
Antonio «Taco» Larreta en una escena de «La ventana»
Hablé del paisaje y de la casa, y releyendo veo que no he hecho otra cosa que describir a su protagonista. Sorín no suele utilizar actores profesionales en sus películas. Ésta no es una excepción: ha elegido al escritor, dramaturgo y guionista uruguayo Antonio «Taco» Larreta y sin duda es él quien más impregna de su propia vida al personaje, le traslada su carácter y una mirada afilada de dignidad invencible. «Taco» no es un desconocido: en 1971 obtuvo el Premio Casa de las Américas por su obra teatral «Juan Palmieri». En 1980 ganó el Premio Planeta por su novela «Volavérunt». Entre las películas en las que ha participado como guionista está lo mejor de nuestro cine: «Los santos inocentes», «La casa de Bernarda Alba», «Las cosas del querer», «El maestro de esgrima», «Volavérunt» y «Juana la Loca».

Su interpretación está llena de humanidad, cargada de silencios y gestos que su mirada completa. Arrogante por naturaleza, duro y desafiante. Manda afinar el piano porque él es un hombre de aquellos tiempos en los que no se mostraba el cariño a los hijos, así que busca símbolos para decírselo.

La película, en muchos momentos triste y melancólica, explora el retorno a la infancia en el final de la vida, cuando las personas van sintiendo una cierta lejanía con los afectos y se ven irremediablemente envueltas en la soledad. Conceptos que plasma a la perfección durante la película.

Como decía, su argumento es sencillo, sin que pasen grandes cosas, un retazo de cotidianidad, y apenas nada más.

Carlos Sorín, director de «La ventana» durante la rueda de prensa
Carlos Sorín, director de «La ventana» durante la rueda de prensa
Carlos Sorín, durante la rueda de prensa, reconoce no estar obsesionado con la vejez, pero sí interesado en que con la edad se cambia la relación con la realidad, surge una fragilidad especial y «en ese punto todos son perdedores».

Preguntado por Chejov, el director lo muestra como un ejemplo para sus películas en las que no pasa nada, todo es cotidianidad, pero al final estalla la tormenta que ha permanecido latente durante toda la obra. Pero esto es cine, y aquí, según Sorín, las palabras son accesorias, lo esencial es el primer plano y el gesto para que el espectador intuya lo que pasa por la misma situación, no por lo que se le dice. Cuando se reduce la palabra se hace crecer los visual. Dice no entender que las funciones de guionista y editor en el cine no recaigan directamente sobre el director, ya que las entiende esenciales al proceso de autoría. En su caso se encarga él de editar y normalmente también usurpa la labor del guionista. En «La ventana», cuando tenía la historia armada y reafirmado en sus limitaciones como guionista, se decidió a reunirse con el escritor Pedro Maizal buscando otro punto de vista que pudiera darle una visión diferente para aportar a la película.

Sobre «Taco» Larreta dice que añade al personaje su propia dignidad y orgullo. Todo eso estaba mínimamente en el guión y que en el momento de editar ve que resulta algo esencial. La edición es la etapa de reflexión del director.

Durante la película se plasma un sueño del protagonista, para ello se muestra con una película antigua. Preguntado sobre este tema, Sorín comenta que es un recurso narrativo que le sirve para representar, dentro de su poética, ese momento. Encontró que una película rayada en blanco y negro le servía tanto para representar el sueño como el paso del tiempo.

Respecto a sus nuevos proyectos, dice que cuenta con un disco duro en el que los va almacenando, que una veces retoma alguno de ellos y otras recicla personajes. Ahora mismo está trabajando en uno de estos proyectos.

A modo de pequeño anecdotario: Carlos Sorín tiene una política curiosa a la hora de hacer cine: elige actores no profesionales, así que su primer trabajo es encontrar personas parecidas a sus personajes. Cuando encuentra su protagonista intenta conocerlo y reescribe el guión para que así no tenga que interpretar. Para esta película buscaba un escritor con 86 años, con la voz ya quebrada. «Cuando encontré a Taco me salté una de mis normas, nunca doy el guión a los actores, pero en este caso se trataba de un hombre que conocía el mundo del cine y que había escrito muchos guiones, así que entendí que debía dárselo. Él se lo estudió y se lo aprendió perfectamente, con sus puntos y comas, precisamente lo que no quería. Así que pedí a los asistentes que hicieran desaparecer de su camerino el guión y todos los demás que hubiese por el rodaje. Le resultó duro y me dijo que tal vez él no era la persona que yo estaba buscando para el papel. Al final se dejó llevar. Yo quería sacarle lo que es él y después del tercer día comenzamos a conseguirlo».