sábado, 27 de febrero de 2010

Paseo en la noche de estrenos del PNR

La Plataforma de Nuevos Realizadores en su cita mensual de estrenos presenta cinco nuevos cortometrajes


Viernes 26 de febrero de 2010. Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes. Madrid


Cartel del cortometraje Paseo
Cartel del cortometraje Paseo
Mientras fuera llovía, dentro, la Plataforma de Nuevos Realizadores, presenta cinco trabajos muy desiguales. Abre la noche El sol en el sol del membrillo, una pobre práctica de clase que firma el colectivo Los hijos (Natalia Marín, Javier Fernández y Luis López). Se trata de un experimento que debería haberse quedado en un cajón por lo poco que es capaz de aportar a un espectador.

El chupinazo, de Eva Patrica Fernández Manzano, es otra especie de probatura que sabe a guiso primerizo por sus cuatro costados. Aunque con mayor intención de cine, la historia se queda algo corta, a la vez que previsible, y el sonido resulta bastante defectuoso. Pero apunta maneras.

Por segundo mes consecutivo Eliazar Arroyo Fraile nos trae uno de sus cortos. En este caso presenta Triángulos. Repite estructura fragmentaria en tres bloques y resuelve con un final abierto, el suyo ya es un lenguaje cinematográfico propio. Sin duda lo que más aporta es su mensaje de integración y en la columna de los debes se le podría marcar un «necesita concretar», aunque sólo sea un poquito.

El mismo trasfondo de integración lo comparte La niña que tenía una sola oreja de Álvaro León. Es una pequeña historia animada con buenos dibujos, pero que se hace un tanto repetitiva. El centro de la historia encierra una hermosa historia: cuando la madre le cuenta a la niña, a través de un cuento, cómo perdió su oreja.

Pero si la noche mereció la pena fue por el excepcional Paseo de Arturo Ruiz Serrano. Desde la primera imagen descubres que lo que ha construido con su trabajo es cine. Parte del éxito es su elenco. Tanto Pepe Sacristán, como Paco Tous y Carlos Santos aportan su maestría para hacer redondo el argumento, ellos crean todo el ambiente y sobrecogen con sus palabras, sus gestos... Pero también deslumbra el propio texto, su ritmo, el saber mantener un interés sobre el pequeño enigma de dónde están los personajes y qué les va a pasar. Aplaudo también la intención del corto. Lo dicho, una pequeña joya para cerrar la noche.

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