martes, 30 de marzo de 2010

Soul kitchen, la comedia de Fatih Akin

Una película disparatada que mezcla cocina y música


Cartel de la película Soul Kitchen
Cartel de la película Soul Kitchen
Fatih Akin es conocido por su cine dramático, de preguntas sin respuestas y de los caminos que se emprenden para encontrarlas, donde lo hijos de inmigrantes van en busca de su origen para terminar de construirse a sí mismos. Sin embargo Soul kitchen supone un cambio de registro. Dice que cuando murió Andreas Thiel, su productor, comprendió que «reír forma parte de la vida y del cine», así que decidió liberarse y se atrevió a probar con lo que le apetecía: una comedia. Se tomó unas vacaciones de los temas intensos y le abrió la puerta al humor y la diversión. El experimento le ha salido perfecto a este director alemán de origen familiar turco. Yo al menos me divertí mucho viéndola, manteniendo una sonrisa dulce y un tanto idiota durante toda la película que me duró el resto de la noche. Reírse es una gran terapia.

Reconozco que la filmografía de Fatih Akin me resulta exquisita. Entré en contacto con ella a través de Contra la pared una película durísima que te roba el aliento. Después Al otro lado resultó otro largometraje impactante, de los que difícilmente se van de la cabeza. Más tarde tuve la suerte de poder ver otras dos de sus películas anteriores In July y Solino que me parecieron deliciosas. Todas ellas hablan de raíces sociales del individuo y de la búsqueda de la identidad personal. En Soul Kitchen no hay viaje, los protagonistas han encontrado su lugar, la geografía que los conforma. Supongo que Akin ha hallado su propio sitio y ha terminado la búsqueda que emprendió en las películas previas. Hamburgo son sus raíces. Dice el director que cómo va a cambiar de ciudad si «aquí me siento bien. Me sé todos los atajos. Conozco todas las salas de cine. Sé dónde encontrar un buen médico, dónde comprar las mejores verduras. ¿Por qué me iría a otro sitio?». El director nos muestra una ciudad divertida, fresca, con bares fantásticos, de arquitectura moderna y en la que resulta fácil encontrar buenos sitios para comer. Está rodada en el barrio de Wilhelmsburg que en cierta forma sirve para representar la transformación de la ciudad y por otro lado para denunciar la mano negra de los intereses económicos que impulsan esta rápida metamorfosis. Es un viejo barrio industrial del que están desapareciendo sus obreros y los emigrantes que allí vivían pues la especulación busca convertir todo el distrito en un lugar de moda. Los delincuentes no son quienes a primera vista nos lo parecen. En todas las ciudades europeas hay barrios con inquietudes culturales, con población bohemia que les va dando la forma de su personalidad diferenciada y al que luego llegan los burgueses con su dinero para vivir una vida con la que sueñan pero que son incapaces de fabricar.

La película, antes de llegar a nuestras salas, ha tenido un recorrido previo. Se presentó a concurso con tan buen resultado a la Mostra de Venecia que obtuvo el Premio Especial del Jurado. En nuestro país inauguró el Festival Internacional de Cine de Gijón, festival que también ofreció una retrospectiva completa de la obra de su director.

Adam Bousdoukos y Moritz Bleibtreu en una escena de la película Soul Kitchen
Adam Bousdoukos y Moritz Bleibtreu en una escena de la película Soul Kitchen
Como decía, esta es una comedia frenética, pero si alquien piensa que por eso Akin pierde alguna de las señas de identidad de su cine, se equivoca. Soul Kitchen mantiene la misma intensidad, profundidad, compromiso y sinceridad que el resto de su filmografía. Además le añade frescura y un ritmo vital maravilloso. Para ello la ha cargado de alegría, tanta que llega a desbordarse cuando les ocurren los más disparatados desastres a sus personajes. Es, ciertamente, una película más sencilla que las anteriores, con pretensiones modestas, pero con el atrevimiento por bandera.

El nombre viene de jugar con dos conceptos, el de cocina y el de alma, pues la música alimenta el alma y, en concreto, el soul es el corazón del restaurante «Soul Kitchen». Así que uno de los principales pilares de la película es la contagiosa banda sonora que acompaña para fijar el ritmo como segunda piel del humor. La banda sonora ha sido compilada por Kalus Maeck, toda una leyenda del punk en Alemania y resulta una gamberra mezcla con mucho funky al estilo Kool & The Gang, Quincy Jones o Mongo Santamaría, soul como el de Curtis Mayfield, Rhythm & Blues tan clásico como Sam Cooke y Ruth Brown, hip hop del que suena en Hamburgo, los sonidos electrónicos de los clubs nocturnos, el rembetiko griego, la canción La paloma versionada por Steve Baker, el reggae de Burning Spear y hasta un melódico local como es Hans Albers quien fuera un cantante y actor muy popular en los años treinta y cuarenta del siglo pasado. Y lo mágico es que todo encaja y tiene su lugar. Funcionan bien las mezclas y los pies se van solos a marcar el compás con cada tema, especialmente acompañando los maravillosos títulos de crédito que cierran la película.

Suena también, como una ironía de las circunstancias más caóticas, el clásico de Louis Armstrong The Creator Has a Master Plan (El Creador tiene un plan maestro). Y es que a Zinos Kazantsakis (Adam Bousdoukos) le persiguen las desgracias y fatalidades hasta convertirlo en un guiñapo. La vida le arrastra por infortunios que curiosamente dejan en mano de la casualidad la solución. Perseguir a su amor como incondicional respuesta le obliga a confiar en la familia por mucho que dude en que a su hermano Illias (Moritz Bleibtreu) le quede un mínimo de sentido común. No se equivoca, pero que más da, hay que dejar fluir a la vida. Y eso es lo que más me encanta de la película, que no tiene términos medios.

Si Adam Bousdoukos interpreta a un hombre movido desde la pasión por el destino con un resultado excelente, mejor aún es el trabajo de Moritz Bleibtreu, a quien le toca lidiar con un delincuente que quiere redimirse, pero que no está en su carácter poder conseguirlo. Él no es gracioso, pero todo lo que hace sí. Esa condición no suele ser fácil de representar, pero en Bleibtreu resulta natural.

Birol Ünek y un reparto femenino que resulta excelente completan el elenco artístico. Ünek, actor habitual de las películas de Akin, tiene un papel corto, de contraste, a un paso de la locura y a otro de un raciocinio, pero en sus breves apariciones se queda con la cámara y roba la escena. Por su parte las tres mujeres son la brújula que marca el norte de los hombres. Anna Bederke debuta y sin embargo parece mostrar una sobriedad envidiable. Por su parte, Pheline Roggan se luce con un personaje que resulta una montaña rusa emocional. Y Dorka Gryllus, a pesar de sus pocas escenas, se convierte en imprescindible para «enderezar» lo que está «torcido».

Me gustaba mucho más el cartel de la versión alemana, con el que se presentó en Gijón. Mucho más luminoso, explicito, moderno y sobre todo alegre. Aquí se ha optado por una insulsa imagen con sus cinco artistas principales.

A modo de pequeño anecdotario: Fatih Akin prepara en estos días un documental acerca de la lucha que lleva el pueblo de Camburnu, en la montaña turca, a luchar contra la instalación de un enorme basurero en el centro de una idílica región llena de plantaciones de té. De momento le ha dado el significativo título provisional de Garbage in the Garden of Eden (Basura en el Jardín del Edén).

viernes, 26 de marzo de 2010

Atardecer en la playa de San Lorenzo

Una bonita estampa gijonesa


Atardecer en la playa de San Lorenzo (Gijón)
Atardecer en la playa de San Lorenzo (Gijón)
Cuando estoy en Gijón me gusta pasar unos minutos de la tarde acodado sobre la barandilla blanca de la playa de San Lorenzo. Tal vez no haya otro instante similar en el día. Por detrás la gente paseando o corriendo, por delante el mar infinito. Sobre la arena, lo mismo, personas caminando de aquí para allá. Ayer bajé un poquito más tarde, casi atardeciendo. La luz se apagaba lentamente hasta que de pronto el alumbrado público se encendió como una larga hilera de luciérnagas bordeando la playa. Miré uno de los termómetros urbanos y me contó que había 14 grados de temperatura. La brisa era suave, no molestaba y el mar estaba tranquilo, apenas si sonaban las olas al romper. Abajo una mujer hacía una fotografía directamente al mar. Desde arriba yo la tomaba a ella con mi cámara, como si todo fuera recursivo.

La marea estaba muy baja, la playa parecía haber crecido y se mostraba espléndida. No pude resistirme, descendí por la escalera número 9 y caminé, como los demás, sobre la arena. Unos iban deprisa, quemando calorías o manteniendo una forma impecable. Otros lo andaban despacio, dejando ir sus pensamientos para mezclarse con el runrún del agua. Yo me hice de este segundo grupo. Había muchos estudiantes que acaban de terminar las clases y venían a contarse sus historias. Oía sus risas y pensaba que la felicidad debía ser algo parecido a esto.

Ascendí por la 4, la más ancha, entre peldaños verdecidos por las algas. Algunos intrépidos se cambiaban allí después de un baño rápido, escondiéndose entre sus toallas con la costumbre de quien lo hacía a diario. Arriba me encontré con el bullicio del paseo y me perdí en la ciudad caminando despacio por el placer de gastar el tiempo entre la gente. De pronto comprendí que me había contagiado del ritmo de Gijón, que ya había dejado las prisas madrileñas en la maleta.

jueves, 25 de marzo de 2010

Después del Marítimo, una parte de la memoria social de Gijón

Luis Felipe Capellín nos habla de los niños que aprendieron a vivir más allá de sus limitaciones




Cartel del documental Después del Marítimo
Cartel del documental Después del Marítimo
Gijón es de esas ciudades que tienen interés por recobrar su memoria social y para ello dedica una partida en el presupuesto de su Ayuntamiento. Dentro de este programa, Luis Felipe Capellín nos trae su documental Después del Marítimo que se estrena en el Centro de Cultura Antiguo Instituto de Gijón.

Capellín presenta al equipo con el que ha trabajado para elaborar y rodar esta película documental de 29 minutos. Antes de la proyección, el director pide al público que lo miren con el mismo cariño con el que está hecho. Es cierto, la película habla con cercanía y ternura del Sanatorio del Marítimo. Lo hace mediante diferentes testimonios y teniendo como hilo conductor a Gerardo Alonso Matías, un vallisoletano que llegó a la ciudad para trabajar en el Sanatorio. Se quedó y sin duda es una de las personas que ayudó a que el Marítimo mejorase su calidad.

El Sanatorio del Marítimo se encargó de tratar a niños que presentaban deficiencias. Allí se atendía a disminuidos tanto psíquicos como físicos. Hay que remontarse a la España de postguerra, tiempos de hambre y de enfermedades porque escaseaban la penicilina y las vacunas. La polio se extendía y aquí se les curaba, pero a la vez se les ofrecía a esos niños una formación, talleres para que aprendieran un oficio y se convertía en un trampolín que les permitía encontrar un trabajo. Fueron las del Marítimo una de las primeras aulas hospitalarias que existieron en aquella gris España.

Los que fueron alumnos y pacientes relatan su experiencia. José Manuel Regueiro lo hace con gracia y con fuerza, la de quien se construyó como persona allí dentro. Juan Ramón Zapico y Secundino Lage son más reflexivos en su mirada. Manuel Antonio Machado se muestra más pragmático. Pero todos coinciden al volver la vista atrás, aparece la nostalgia y el agradecimiento.

Gerardo Alonso Matías, Juan Ramón Zapico, Jesús Montes, Luis Felipe Capellín y José Manuel Regueiro durante la presentación del documental Después del Marítimo
Gerardo Alonso Matías, Juan Ramón Zapico, Jesús Montes, Luis Felipe Capellín y José Manuel Regueiro durante la presentación del documental Después del Marítimo
También tienen voz los que allí trabajaron con sus recuerdos. Por un lado el citado Gerardo Alonso y por otro el fisioterapeuta José Manuel Loza quienes hablan de los medios y de los niños. El Sanatorio ofrecía dos servicios, el primero de hospitalización y el segundo de ambulatorio. En aquellos años, socialmente no se permitía la convivencia entre ambos sexos, así que las niñas podían acudir a las consultas, pero no ser hospitalizadas. Tuvo que ser después de la muerte de Franco cuando se comenzara a convertir en un centro mixto.

Los tiempos de los que habla el documental, el Marítimo estaba gobernado y atendido por los hermanos de San Juan de Dios, ellos se encargaban de pedir limosnas con las que mantener el centro, por lo que es frecuente oír hablar de ellos con el término de «limosneros». En aquella época las clases pudientes sufragaban la curación de los niños. Era una especie de apadrinamiento, y los niños sobre su cama tenían una placa con el nombre de su benefactor. Capellín ha tratado con mucho respeto a la orden religiosa que sin duda tuvo sus luces y sus sombras.

Siempre se ha relacionado al Sanatorio con el deporte gijonés, por eso uno de los testimonios es el de futbolista Antonio Maceda, que también ofrece una visión hacia el Marítimo que podría ser la misma que tiene un ciudadano cualquiera.

El documental termina con una bonita puesta de sol sobre la playa de San Lorenzo. Se enciende la luz de la sala y sobre la mesa los protagonistas se encargan de abrir un debate. Cuenta Gerardo Alonso que el documental refleja el espíritu de lo que fue el Marítimo de entonces. Ahora es otro su objetivo, centrado en la discapacidad intelectual, incluyendo también a los adultos. Cuenta que el término «deficiente» surge a nivel oficial en los años 60. Antes no se aceptaba a las personas con deficiencias, eran tratadas por las propias familias, en cierto sentido porque sentían vergüenza. Costó muchos años de lucha una integración como la que hoy en día contamos.

El equipo del documental: Noelia, Iván, Luis Felipe Capellín y Carmen Colunga
El equipo del documental: Noelia, Iván, Luis Felipe Capellín y Carmen Colunga
Por su parte Juan Ramón Zapico, recuerda que es un protagonista no deseado de la historia del Sanatorio. No deseado pues es una enfermedad la que le lleva a ser hospitalizado antes de cumplir los cinco y que le mantiene allí durante seis años. Dice que eran las circunstancias de aquella época, donde se le complicó una enfermedad por un mal diagnóstico y que fue esto lo que le llevó al Marítimo. Comenta que la sociedad de Gijón marginaba entonces a esta institución. Habla con ternura de aquella época, que marcó su formación y que también le «pegó» lo de ser del Sporting.

Jesús Montes representa al Ayuntamiento de Gijón y explica el interés por recuperar la memoria social de la ciudad. Un trabajo que habrá que seguir realizando. Le sigue José Manuel Regueiro que cuenta su división del mundo en tres tipos de disminuidos, los psíquicos, los físicos y los demás. También se queja de los cambios de la ley, ya que se exige un 65% de minusvalía para poder cobrar una pensión, y todo porque al gobierno no le cuadran los números. Finalmente Luis Felipe Capellín recuerda que el Sanatorio del Marítimo es muy desconocido por la ciudad de Gijón y que es necesario que los gijoneses tengan un conocimiento mayor de su propia historia.

El público expresó su satisfacción con respecto al documental y varios fueron los comentarios agradeciendo el esfuerzo por recuperar la dignidad de estos temas tan sensibles de la ciudad.

A modo de pequeño anecdotario: José Manuel Loza trabajaba de fisioterapeuta del Sanatorio, labor que también realizaba para el Sporting. Por aquellos años el Marítimo tenía mejores medios que el equipo de fútbol, por lo que cuando algún jugador se lesionaba iba allí a rehabilitación. Jamás se les cobró nada. A cambio el club entregaba un pase para que los niños del Sanatorio pudieran asistir a los partidos.

martes, 16 de marzo de 2010

Asociación Amigos de Mieres. Cultura contra el franquismo

Amigos de Mieres fue una asociación con fines culturales que se mantuvo activa desde 1968 hasta 1991. El libro de Francisco José Faraldo recoge la crónica del surgimiento y vida de este movimiento asociativo


Lunes 15 de marzo de 2010. Ateneo de Madrid


Portada del libro Asociación Amigos de Mieres
Portada del libro Asociación Amigos de Mieres
Tras recorrer diferentes poblaciones asturianas se presenta en Madrid el libro Asociación Amigos de Mieres, una publicación de la Fundación Juan Muñiz Zapico y la editorial KRK que supone el primero de los títulos de la colección titulada Cultura popular y lucha por la Democracia en Asturias.

Jaime Ruiz Reig, presidente de la sección de educación del Ateneo de Madrid, comenzó el acto presentando a la mesa de ponentes y comentando a los amigos que se habían acercado al acto la mucha falta que hacen libros de este tipo. La Asociación de Amigos de Mieres se convirtió en un referente para todo el país, incluso desde Madrid se conocían sus actividades. Fue una promotora de actos culturales y de encuentro entre gentes que buscaban un margen de libertad, un lugar en el que hablar, opinar, proponer y resolver alguna iniciativa. A la vez de todo esto, trataba de ser un foro a través del que mostrar las contradicciones del régimen del general Franco ante la sociedad que vivía aquel momento. La Asociación responde a un movimiento ciudadano vinculado a la cultura y comparte el momento de eclosión de este tipo de organizaciones que comenzaban a florecer en Asturias (cuatro en Gijón y varias más en las cuencas mineras) a la luz de la promulgación en 1964 de la Ley de Asociación y que permitieron empezar a construir el futuro. Recuerda Ruiz las excursiones que se organizaban, así como el cine y el teatro, pero sobre todo se acuerda de la excepcional biblioteca que tenía para uso de sus socios, tanto por volumen como porque había libros que no se podían encontrar en ningún otro sitio.

Para cerrar su intervención se pregunta cómo es posible que aquello que vivió las peores épocas se extinguió con la llegada de la Democracia. Un espíritu que no ha vuelto a recuperarse como puede verse en nuestro presente, donde los centros culturales no son masivamente visitados.

Francisco Caño, Jaime Ruiz Reig, Francisco Faraldo, Rafael Hernández y Benjamín Gutiérrez presentando el libro Asociación Amigos de Mieres (foto Toni Gutiérrez)
La mesa compuesta por Francisco Caño, Jaime Ruiz Reig, Francisco Faraldo, Rafael Hernández y Benjamín Gutiérrez presentando el libro Asociación Amigos de Mieres (foto Toni Gutiérrez)
Benjamín Gutiérrez, director de la Fundación Juan Muñiz Zapico, comenzó agradeciendo al Ateneo que les haya permitido salir de su ámbito para llevar la historia de Asturias a otros lugares. Dio las gracias también al Club de Amigos de la Unesco de Madrid y a la Federación de Asociaciones de Vecinos de Madrid ya que representan ambos organismos la unión de asociaciones que trabajan por la difusión de la cultura. A continuación explicó que representa a una fundación de Comisiones Obreras de Asturias que tiene el honor de llevar el nombre del líder sindical Juan Muñiz Zapico, Juanín. La Fundación se ocupa de la memoria, pero de la de las clases obreras, de los que luchan desde abajo. Dentro de este concepto se han preocupado de recoger la historia de la Asociación de Amigos de Mieres y ahora están trabajando de igual manera con la Asociación de Amigos del Nalón. Ambas fueron un referente de la lucha antifranquista desde el ámbito de la cultura. Aquel fue un espacio primordial que sirvió para enseñar lecciones de democracia, algo que hoy en día vamos olvidando.

Amigos de Mieres nació con la referencia del Club de Amigos de la Unesco de Madrid para desarrollar su actividad, y este libro es una crónica de aquella historia nuestra. A Benjamín Gutiérrez le gusta pensar que aquello tiene un final abierto, ya que puede dar origen a nuevas asociaciones que acerquen la cultura a todas las personas. Comenta que hoy en día no existen asociaciones que realicen el volumen de actividades que entonces fomentaban los Amigos de Mieres.

Francisco Caño, expresidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Madrid, dice que el libro es una historia reciente y a la vez un pensamiento de futuro. Habla entonces de la Federación de Asociaciones de Vecinos que agrupa a 260 asociaciones y que se articuló como un movimiento vecinal que buscaba formar células y piquetes que permitieran un cierto aperturismo del Régimen.

Repasando el libro encuentra muchas similitudes entre los Amigos de Mieres y las asociaciones de vecinos madrileñas. Comparten un componente claramente antifranquista, ambas sufrieron una fuerte represión y, sin duda, las dos tenían las mismas ilusiones. Hay otras maneras de vivir que la cultura nos enseña, nos muestra la fuerza de la palabra. Lo mismo ocurre con el deporte y con el resto de actividades que a través de la convivencia abrían una ventana en el paisaje opresor de la Dictadura, un instante donde se imponía el compartir.

Caño recuerda de aquellos tiempos la emoción de luchar contra lo prohibido, contra lo tutelado por el rígido estado dictatorial que gobernaba. La palpitación de rebelarse a fin de cuentas. Aquellas organizaciones son ejemplos que se deben poner en valor, ya que nuestro futuro se labrará desde el presente con el conocimiento del pasado, de aquellas estrategias con políticas de alianzas entre organizaciones afines.

Francisco Caño, Jaime Ruiz Reig, Francisco Faraldo, Rafael Hernández y Benjamín Gutiérrez presentando el libro Asociación Amigos de Mieres (foto Toni Gutiérrez)
Francisco Caño y Jaime Ruiz Reig durante la presentación del libro Asociación Amigos de Mieres (foto Toni Gutiérrez)
Aquella lucha significó mucho para quienes lo vivieron y hay que saber mantener la luz. Sin embargo, piensa Caño que hoy no hay el suficiente empuje en la sociedad para repetirlo, y eso aunque las condiciones actuales son similares, pues de nuevo nos encontramos sin espacios de participación democrática. Hoy en día los movimientos sociales se estructuran en torno a las empresas y los sindicatos y también mediante las O.N.G.

Habla de los años noventa, cuando las diferentes asociaciones se vieron mermadas e incluso cercenadas, en un lento camino con el fin de ser expulsadas de los espacios democráticos para permitir la entrada de los nuevos agentes sociales articulados a través de los partidos políticos. Unas veces vivieron la escasez de recursos y otras decisiones políticas directas. No fueron las únicas causas, también se dieron casos de falta de capacidad organizativa y de una perdida progresiva del contacto con la calle. Pero no vale lamentarse, es necesario seguir luchando y trabajando para que este tipo de asociaciones vuelvan a funcionar. No se puede dejar que la historia la escriban los de siempre. Los grandes cambios se han movido desde abajo, por impulso de la gente corriente. Hay que promover estas pequeñas historias, que a su vez son la gran historia del Pueblo.

Rafael Hernández, expresidente del Club de Amigos de la Unesco de Madrid (C.A.U.M.), indicó que el C.A.U.M. fue uno de los animadores en la creación del Amigos de Mieres y que ellos siempre han estado apoyando al movimiento obrero de Asturias. Después recordó los orígenes del Club. Habló de antes de formalizarse, cuando eran simples reuniones de amigos obreros en el barrio. Contó que surge como contestación de los largos años de represión que la Dictadura impuso a los movimientos sociales. El C.A.U.M., primero de todos los Club de Amigos de la Unesco en España, se convierte en una corriente importante por su entusiasmo para luchar contra el régimen entonces y contra el capitalismo imperante ahora. Dice Hernández que encontraron muchas causas que pueden considerarse el apoyo moral que necesitaban para surgir. Habla de algunos indirectos como la Revolución cubana, o de la aparición de Kruschev con su doctrina de la Coexistencia Pacífica que impulsaba su programa y proyecto de un desarme completo y de otros más próximos, como el surgimiento de las primeras Comisiones Obreras y de los 1º de Mayo que se organizaban con participación popular en diferentes provincias. Otro factor importante fue el nacimiento de un movimiento ciudadano activo que fue formado las primeras asociaciones vecinales, donde unos se apoyaban en otros. Había sobrados motivos de índole político y social. Todos estos factores les animaron para crear una plataforma contra la falta de cultura y de derechos públicos que la Dictadura limitaba.

Rafael Hernández y Benjamín Gutiérrez durante la presentación del libro Asociación Amigos de Mieres (foto Toni Gutiérrez)
Rafael Hernández y Benjamín Gutiérrez durante la presentación del libro Asociación Amigos de Mieres (foto Toni Gutiérrez)
LLegó entonces la Transacción que es como llama Hernández a la Transición y lo que vino con ella fue el desánimo, ya que no pudo cumplir las expectativas al convertirse en una mera negociación, donde se mercadeaba con la legalización de algunas organizaciones a cambio de poder entrar en Europa. La Transacción fue una etapa que sirvió para desmembrar y que después «logró» que hayan ido desapareciendo muchas cosas conquistadas con la lucha obrera y ciudadana. El Club se mantiene activo y sería necesario hacer renacer Amigos de Mieres. Dice Hernández que les conoció a través de compañeros de Comisiones y posteriormente en los actos del día de la Cultura que se celebraba en Gijón anualmente, celebraciones en las que el pueblo tomaba la calle.

A continuación intervino el autor del libro, Francisco José Faraldo. Dijo que la mesa estaba compuesta por personas muy relacionadas con el tema del libro: vecinos, ateneos, C.A.U.M. y Fundación Juan Muñiz Zapico, lo cual, además de pertinente, para él resultaba una gran satisfacción. Del Ateneo de Madrid guarda grandes recuerdos, no en vano cuando era niño su padre venía aquí a preparar sus estudios y a él le traía mientras tanto para que fuera haciendo sus tareas escolares.

Arranca recordando que también este libro es Memoria Histórica fundamental, pues trata de dar a conocer nuestro pasado más reciente y fijarlo para que también lo conozcan las generaciones que vengan detrás. Comenta que el trabajo que realizó está entre la crónica y el reportaje y que para ello se documentó en los archivos de la Policía y en el de Mieres, así como se entrevistó con las personas que vivieron aquella época. Tuvo casos de testimonios contrarios, entonces suprimía los dos porque quería ser riguroso y que todo lo escrito en el libro esté documentado.

Amigos de Mieres nace por inspiración del C.A.U.M. En un principio se pensó en ser un Club de Amigos de la Unesco, pero no fue posible. Tuvo un origen de movimiento vecinal para intentar resolver los problemas que ocasionaban los camiones en las barriadas obreras de San Pedro y Santa Marina. Con este propósito surgen las primeras reuniones de comerciantes. Buscando hablar con más sosiego de los problemas ciudadanos se crea una plataforma compuesta por pequeños comerciantes comunistas y algún socialista y que posteriormente, aprovechando los resquicios de la nueva ley de Asociaciones, se convierte en una asociación cultural. Se crea una hoja para darse a conocer a los vecinos, luego una promotora cuyo primer acto es la la conferencia del filósofo Gustavo Bueno en el teatro Capitol que tenía un aforo de 500 personas. La gente acude en masa para escuchar hablar del Desarrollo de la Humanidad, lo que crea una gran alarma en la Policía. Para la segunda conferencia de Bueno hay una gran movilización y un gran despliegue policial. Es en la sede de la Asociación y como no caben todos hay que colocar altavoces para que se pueda seguir desde la calle. Desde Gobernación mandaron a los policías más ilustrados para realizar informes en los que también daban sus opiniones. Lee el autor uno de estos informes porque resulta curioso e interesante el tono adoptado.

La Asociación despertó muchas esperanzas, pues la clase obrera de allí era leída, con tendencia al debate, no siempre pacífico. Pronto se distribuye la actividad en departamentos y comienza a crecer de forma desmedida. Se celebran concursos de pintura y dibujo al aire libre a los que la Administración pone trabas, pero no consigue limitar la participación popular. En aquella época ser socio podía ocasionar muchos problemas, incluso participar en uno de estos concursos, y por lo tanto asociarse resultaba un compromiso muy fuerte. Se crea un intercambio de estudiantes de secundaria con institutos franceses. Surge el Cine Club Buñuel que llega a realizar una proyección diaria. Allí se verán documentales llegados a través de las embajadas, mucho cine que consiguió eludir todas las prohibiciones. La sección de teatro consiguió que por allí pasaran todos los grupos de teatro independiente de la época.

Célebre es la historia del homenaje a Alfonso Camín al volver de México. Al solicitarlo la Asociación, Gobernación lo prohíbe. La extrema derecha, sin embargo, pide que se permita, pues Camín es una personalidad que había llegado a donar más de 5.000 libros a la biblioteca, libros que en su mayoría el Régimen no permitía. Jaime Huelga, falangista reconocido, intenta dar otro sesgo al acto, llenándolo de gaitas y patriotismo. Al final el acto se realiza y la Asociación consigue introducir también un componente conmemorativo y de recuerdo social.

Francisco Faraldo durante la presentación de su libro Asociación Amigos de Mieres (foto Toni Gutiérrez)
Francisco Faraldo durante la presentación de su libro Asociación Amigos de Mieres (foto Toni Gutiérrez)
Los actos de la Amigos de Mieres consiguen gran afluencia popular y se alcanzan los 4.000 socios. Se sufren tres cierres gubernativos, pero la trayectoria sigue boyante hasta la muerte de Franco. A partir de ese momento comienza una época más difusa. Al crearse nuevas plataformas legales, algunos de los asociados se van yendo a los partidos políticos y a los sindicatos. También son unos tiempos con ciertos problemas dentro del Partido Comunista Asturiano donde surgen ciertas desavenencias. Uniendo todos estos factores se entiende el deterioro y el camino que se emprende después de mucho languidecer hacia la conversión en otra plataforma para otros intereses. Hoy es una emisora portavoz del Ayuntamiento, muerta como tal la Asociación.

Faraldo la considera una escuela donde los jóvenes aprendieron valores como solidaridad y democracia a la vez que adquirían un conocimiento del mundo. Por eso resulta absolutamente urgente que sigamos investigando para recuperar esta parte de nuestro pasado. Sin duda nos haría a todos mucho mejores y partícipes de nuestra historia.

Cerrada su intervención, retoma la palabra el anfitrión Jaime Ruiz Reig para animar primeramente al C.A.U.M a que realice una labor similar que permita recuperar su historia. Pide que se haga pronto, pues corremos el riesgo de perder mucha memoria viva si lo retrasamos. Puntualiza que la Historia necesita de la Memoria para hacerse más próxima y que sin ella no sirve para ser transmitida a las siguientes generaciones. Recuerda que es necesario colocar el punto de vista desde otra óptica, la de los vencidos, porque no se nos regaló nada y a pesar de las dificultades hubo gente que se empeñó en trabajar en un futuro mejor para todos. Algo que no se debe olvidar.

Se abre aquí un debate entre la mesa y el público, que en primer lugar se interesó por cómo se transmiten estos valores a los jóvenes. Tomó la palabra Benjamín Gutiérrez para explicar el método que sigue la Fundación Juan Muñiz Zapico: han elaborado una guía didáctica que presentan en los institutos no con la intención de que los jóvenes lean, sino para que empiecen a curiosear. Plantea preguntas para que busquen las respuestas en Google, para que vean vídeos de Youtube que les orienten. Es necesario trasladar la Memoria Histórica a los institutos y llevar su planteamiento, pero hay que hacerlo aprovechando las nuevas tecnologías.

Como se le preguntó sobre las labores de la Fundación, Benjamín explicó que son una fundación modesta, que dependen de un patronato y que están ligados a Comisiones. No tienen asambleas y su dedicación es la de sacar libros de historiadores e investigadores jóvenes sobre la historia contemporánea relacionada con la clase obrera asturiana.

Comenzaron aquí diferentes puntos de vista del público que agradeció contar con este tipo de memoria, pues el testimonio es un referente que nos ha convertido en los ciudadanos que somos y que muestran la capacidad de lucha del ser humano. Hubo tiempo de anécdotas, de decir que hay una nueva ofensiva desde la derecha que está tensionando la política con un lenguaje que pensábamos desaparecido y de anunciar que el Ateneo había firmado un acuerdo con la Fundación Juan Muñiz Zapico para que vengan a presentar sus nuevas publicaciones.

Contraportada del libro: La promulgación en 1964 de la Ley de Asociación abrió la posibilidad de nuevos espacios culturales. Los resquicios legales del régimen fueron aprovechados para el surgimiento de asociaciones que, como Amigos de Mieres, se convirtieron en espacios de libertad y lucha contra la dictadura. En Asturias este movimiento asociativo jugó un relevante papel. En este sentido, Amigos de Mieres (1968 a 1991) fue una entidad de referencia no solo en la Cuenca del Caudal. Nuestra historia reciente no se entendería sin conocer la actividad sociopolítica de estas asociaciones, promotoras de buena parte de las actividades culturales, deportivas... desarrolladas desde el voluntarismo y sorteando los obstáculos represivos.

lunes, 15 de marzo de 2010

La ley de la selva o cómo Elvira Lindo se acerca a Lina Morgan

Una comedia que se agota antes de los quince minutos


Domingo 14 de marzo de 2010. Teatro del Arenal. Madrid


Cartel de la obra de teatro La ley de la selva
Cartel de la obra de teatro La ley de la selva
Perdonen la ironía, pero la gran dama de las letras españolas se atrevió con el teatro. Es curioso, esta mujer consigue escribir libros maravillosos y cometer grandes torpezas con la misma sonrisa. Sabe desnudar el alma de una mujer en una novela y «cosificarla» en la siguiente. Empezar a leer, a ver algo suyo, siempre se convierte en una ruleta rusa. En este caso había bala, la del soberano aburrimiento.

La autora, en la vida diaria, intenta mostrarse como abanderada de una nueva mujer, liberada, consumista y algo de izquierdas, eso sí esa parte roja sólo sale si no se enfrenta con otros valores que le reporten mayor beneficio o interés. Ella es «lo moderno», y sin embargo viendo La ley de la selva no podía sacarme de la cabeza a Lina Morgan. Curioso ver como los extremos se tocan. A lo mejor -a lo peor- va a ser que Elvira Lindo no resulta tan progresista, que tira de tópicos, que se conforma con conservar lo que tiene.

¡Qué le vamos a hacer, soy raro!, no me río con tonterías previsibles, un tanto zafias y repetidas hasta la saciedad, que es lo único que encuentro en este texto. Y lo cierto es que empezó bien y que prometía, pero antes de los quince minutos todo se acabó. Lupe (Mariola Fuentes) baja la basura y se encuentra con la gran aventura de su vida, con Indi, de Indalecio (Tomás Gayo) para más querer ser y no poder, y entonces... a mí me aparece un fuerte presentimiento de que ya nada va a ocurrir, que esta pobre mujer está condenada a aguantar sólo hombres patéticos, sin la menor sensibilidad hacia el amor que ella desearía. Los cambios son más de lo mismo, como si no hubiera nada más que la mujer soñadora y el hombre de partido de fútbol y sofá.

No hay arco en ninguno de los personajes, nadie se mueve un ápice de dónde está al principio, y así, no es posible que exista el teatro. Aunque Lupe adentra su vida en un viaje que la lleva al portal, al piso de arriba y a un tugurio de alterne que hay cien metros más allá, no ha crecido. Simplemente se ha ordenado, todo los modificadores de su vida los asimila, dejan de ser alicientes para transformarse en rutina y en más de lo mismo. Como si la sociedad se le impusiera con su realidad. Se conforma, ese es el único mensaje, y deja los sueños que a fin de cuentas sueños son.

Todo sobre el escenario se convierte en un disparate para armar esta «comedieta». Pocas cosas se salvan, tal vez la versión de la canción de La lista de la compra (La Cabra Mecánica) que canta con gracia Mariola Fuentes. El recurso de hablar del programa Humor amarillo como síntoma enfermizo se agota en sí mismo por aburrido, el tráfico de dientes de animales sólo resulta grosero, las mentiras de los viajes al vertedero absurdas e insulsas las historias inventadas de Indi. El hecho de que la vida de los personajes esté entrecruzada quiere aportar una chispa de sorpresa, pero ésta se intuye rápidamente y se agota, pues al conocerse esta endogamia surge otra rendición incondicional a la pereza, a que nada avance. ¿Paradigmático no?

Mariola Fuentes debuta con este papel en el teatro. Lo hace lo mejor que puede, con desparpajo, pero el texto no da para más. Por su parte el productor Tomás Gayo se reserva el resto de papeles masculinos, por si teníamos dudas de que todos los hombres son el mismo hombre.

A modo de pequeño anecdotario: Elvira Lindo tiene dos textos teatrales: La ley de la selva de 1996 y La sorpresa del roscón de 2004. A esto hay que añadir la adaptación que ha realizado de su novela Algo más inesperado que la muerte y que el 25 de marzo se podrá ver en el teatro Lara de Madrid y que Una palabra tuya se convierta en un monólogo. Parece que la escena española de Madrid se rinde a la autora ya que en ella coincidirán dos de sus obras en estos días.

domingo, 14 de marzo de 2010

Lila Downs, mestizaje y raíces profundas

Lo que ofrece esta artista mexicana con su voz prodigiosa es una música tradicional mexicana tamizada por los sonidos fronterizos y contagiada por nuevos ritmos


Sábado 13 de marzo de 2010. Auditorio Padre Soler de la Universidad Carlos III. Leganés


Portada de disco Lila Downs y La Misteriosa en París que presentó en el concierto
Portada de disco Lila Downs y La Misteriosa en París que presentó en el concierto
Un pequeño círculo de luz ilumina un arpa que unas manos comienzan a tocar. Son los primeros compases de La iguana, canción con la que Lila Downs arranca el concierto para el público de Leganés. Los dedos se aceleran entre las cuerdas del arpa y surge del fondo una voz perfecta. Lila Downs sale al escenario bailando, girando su cuerpo con los movimientos cortantes del reptil y el auditorio la recibe con fuertes aplausos. Somos gente entregada, que, desde que la conocimos, tras cada concierto suyo sólo pensamos en el siguiente. Nos ganó por su voz, su eterno movimiento inquieto sobre el escenario y su música que celebra la vida y se preocupa por el ser humano.

Agua de rosas le sirve para recordar a las mujeres curanderas del mundo, pues su voz contestataria es de bandera de muchas cuestiones, como ocurre con Ojo de culebra sobre las cadenas que se cargan y se penan, o con La línea para recoger las historias de los que dejan todo atrás para cruzar una frontera en busca de trabajo. Todas ellas sonaron en el concierto, donde tampoco faltó Justicia que se está convirtiendo en un himno de memoria y verdad. Ni su excelente versión de La cucaracha para la que ha construido una potente letra de denuncia social hacia los derroteros que están tomando las clases políticas, donde sus intereses han dejado de ser los mismos que los de sus votantes.

A la voz de Lila Downs en directo se suma una gran banda. Ellos son La Misteriosa, siete músicos de nacionalidades muy diferentes y que aportan una gran combinación de sonidos y ritmos. Ellos son Paul Cohen (Saxofón y clarinete), Celso Duarte (Arpa, charanga y violín), Rob Curto (Acordeón), Rafa Gomez (Guitarras), Yayo Serka (Batería), Samuel Torres (Percusión) y Carlos Henderson (Bajo).

Lila Downs durante uno de sus conciertos
Lila Downs durante uno de sus conciertos
El pretexto de su nuevo disco Lila Downs y La Misteriosa en París. Live a FIP le sirve para iniciar una gira que revisa su historia musical. En este repaso el amor a su tierra se respira y lo desgrana en canciones como La cumbia del mole y El corrido de tacha con todo el público puesto en pie y bailando. No olvida su tradición y suena entonces La llorona, La martiniana, La sandunga y Cucurrucucu Paloma. Son pequeñas historias que interpretadas por ella estremecen aún más si cabe. Y surge otro momento mágico cuando coge la guitarra para interpretar una Paloma negra llena de sentimiento a flor de piel. Escuchándola uno entiende que Chavela Vargas dijera en su concierto de despedida en la ciudad de México: «Yo ya me voy porque los años pasan, pero viene en lugar mío una señora llamada Lila Downs».

Es su voz envolvente la que arropa al público. Su timbre dulce crece y de su garganta van saliendo sonidos que no resultan humanos. Se cruza su voz con el arpa y parecen un mismo instrumento. Canta Los pollos como divertimento contagioso para que el público cacaree. Tampoco faltan El relámpago, Arenita azul y Vámonos, una historia de un amor entre personas de distinta condición social que hoy mismo no deja de ser un asunto pendiente de solucionar en muchas culturas.

El concierto también presenta una parte romántica con la hermosa canción de Lucinda Williams Yo envidio el viento que podría ser banda sonora de cualquier instante de una pareja enamorada. Quizá la parte más emotiva surge con el recuerdo que rinde a la gran Mercedes Sosa al cantar Tierra de luz, canción que en su anterior disco interpretaban a dúo.

Hace años que me enamoré de esta mujer, no hay otra voz como la suya. Durante todo el concierto desprende una energía inaudita para una jovencita que en septiembre cumplirá 42 años. No para de moverse, bailando, encaramándose a todo lugar elevado que encuentra, brincando... Sorprende su capacidad de irradiar alegría, de contagiar una felicidad necesaria para los que allí nos juntamos a escucharla. Se recibe mucho en sus conciertos, pues son emoción en estado puro. Hasta el año que viene, Lila.

A modo de pequeño anecdotario: Lila Downs sobre un escenario es un revoltijo de raíces, mestizaje, movimientos, buena música, voz impresionante. No es extraño, esta mezcolanza cultural la ha mamado desde niña. Su madre es la cantante de cabaret Anita Sánchez y su padre Allen Downs, un profesor de cinematografía estadounidense de Minnesota. Ha vivido tanto en México como en Estado Unidos. Se graduó en Minnesota como licenciada en antropología. Al terminar sus estudios regresó a México donde comenzó a cantar en varios clubs de Oaxaca. Luego, con la ayuda del saxofonista Paul Cohen debutó en Philadelphia y comenzó a editar sus discos. Lila Downs se casó con Paul Cohen y este se incorporó a la banda tocando el saxofón y el clarinete además de ser el director artístico.

Si musicalmente consiguió con One blood/Una Sangre el Grammy al mejor álbum latino de 2005, con su disco Ojo de Culebra ha conseguido una nueva nominación a los Premios Grammy.

En lo cinematográfico, ha participado en las bandas sonoras de Frida (con la que consiguió una nominación a los Oscars para la canción Burn it blue), Las mujeres reales tienen curvas y Tortilla Soup. En la película Fados de Carlos Saura canta en portugués Foi na travessa da palha.

Lila Downs también muestra un lado reivindicativo de causas sociales, se encargó de representar a México con Salma Hayek en la campaña de la fundación One Drop para preservar el agua. En sus conciertos reivindica las raíces de los pueblos indígenas mexicanos así como de las músicas regionales de México, en especial de Oaxaca.

viernes, 12 de marzo de 2010

Sombra, niebla y tiempo se adentra en los métodos represivos del franquismo

Juan Caunedo presenta un documental de memoria viva para mostrar historias que llevan muchas años ocultas y silenciadas


Jueves 11 de marzo de 2010. Cines Golem. Madrid


Invitación para el estreno de Sombra, niebla y tiempo
Invitación para el estreno de Sombra, niebla y tiempo
Ayer tarde tuve la oportunidad de asistir al estreno de la película documental Sombra, niebla y tiempo que ha dirigido Juan Caunedo Domínguez y que ha sido producido por El Foro por la Memoria de la Comunidad de Madrid y Producciones Latigazo, subvencionada por el Ministerio de la Presidencia del Gobierno de España y con la colaboración del Centro Social La Embajada en el que se han rodado todos los interiores. Su presupuesto ha sido de 20.000 euros. Es una lástima que este sea el único pase y que no se hayan establecido otros días de proyección.

La proyección la presentó José María Pedreño, presidente de la Federación Estatal de Foros por la Memoria. Comenzó recordando que hoy es 11-M, un día triste, de homenajes. Habló del que ha tributado esta mañana el Congreso de los Diputados a las víctimas y familiares de aquellos atentados y citó las palabras de José Bono durante el mismo: «La herida la tenemos abierta todos los españoles». A los del Foro por la Memoria, sin embargo, se les pide que no reabran heridas. Las víctimas del franquismo no han tenido homenajes. No hay Verdad, ni Justicia, ni Reparación para ellas. Piden un reconocimiento público y que se sepa qué ocurrió, quién lo hizo, cómo lo hizo y sobre quién se hizo. Después de 70 años no se saben aún los nombres de quienes siguen estando en fosas comunes; sus familias no conocen el lugar donde descansan sus restos para poder llevarles unas flores. El régimen de Franco se encargó de producir niebla sobre todos estos hechos con la intención de generar un olvido colectivo que aún hoy perdura. Dice Raúl Martínez en el documental que «la Dictadura, con esta represión, buscaba un desarme ideológico de las clases sociales más combativas». Está pendiente aún el rearme.

Pedreño habló que el origen del documental está en unas jornadas de debate celebradas en el Círculo de Bellas Artes de Madrid con la intención de poner le foco sobre otros grupos también fuertemente reprimidos por el régimen dictatorial de Franco e ignorados cuando se habla de Memoria Histórica. Se trataba de mujeres, niños y homesexuales. Mujeres castigadas, torturadas y humilladas por ser esposas, hijas, madres o hermanas de republicanos, que se quedaron viudas, que fueron detenidas, que perdieron a sus hijos en las cárceles. Niños que fueron enviados a hospicios llenos de hambre y torturas. Niños que fueron robados a sus padres para ser entregadas a familias afines al régimen; se calculan estos casos en unos 32.000. El documental supone continuar aquellas jornadas pasando a la imagen. Un trabajo que se ha hecho con la mejor voluntad de los compañeros y de todos los artistas y técnicos que han trabajado en el proyecto de manera prácticamente gratuita. Terminada esta presentación se proyecta la película.

Concha Carretero, otra de las mujeres que ofrece su testimonio en el documental (Foto G. Villamil para el Norte de Castilla)
Concha Carretero, otra de las mujeres que ofrece su testimonio en el documental (Foto G. Villamil para el Norte de Castilla)
Desde las primeras imágenes se observa que Sombra, niebla y tiempo es un trabajo concienzudo, tanto de documentación como de recuperación de memoria. El documental se centra en los testimonios de mujeres encarceladas y torturadas durante el franquismo; de huérfanos de republicanos muertos en la Guerra Civil o represaliados durante la Dictadura a los que se envió a estrictos colegios para practicar con ellos una reeducación en los nuevos valores del régimen; y de familias que siguen buscando a los niños a los que el franquismo cambió de identidad para ser entregados a unos nuevos padres. Escuchar a estas personas contando detalles de su vida sobrecoge, especialmente por la fuerza de su discurso que se mantiene intacto, cargado de presente. La piel se eriza escuchando a Concha Carretero contando su detención, las torturas y vejaciones que sufrió en la cárcel. Se forma un nudo en la garganta al oír a Julia Manzanal explicando como vio morir en prisión a su hija, un bebé de pocos meses. O el testimonio de Trinidad Gallego, que desde su puesto de comadrona en la cárcel de Ventas fue testigo del robo de niños a las madres apresadas. Emotivos resultan contando su vida cargada de sacrificios los hermanos Raquel y Raúl Martínez. Tanto como las palabras de Angustias Martínez, Vicenta Camacho, Carmen Botran, Amelia Pérez, Víctor Luis y Amparo Orejas. Emoción y rabia a partes iguales es lo que produce. No se me va de la cabeza la ilusión con la que Concha Carretero canta Joven guardia. Sigue en la retina su cuerpo desnudo después de una paliza.

Pero Sombra, niebla y tiempo no es sólo escuchar estos sobrecogedores testimonios, Juan Caunedo hace un esfuerzo extra por dotar a la película de un componente artístico. Para ello acude a recreaciones con un elenco de quince actores y actrices que añaden valor a las palabras y las declaraciones de los mayores al representar para el espectador de forma tangible la realidad de aquellas vivencias. De la misma forma, recurriendo a la interpretación, señala las teorías políticas sobre raza, religiosidad y patriotismo de Vallejo-Nájera, auspiciadas por Franco como ideal, doctrina y estrategia de aniquilación. Acompañan las fotografías de la época para traer al presente el recuerdo. Se convierten también en protagonistas los paisajes, que no han olvidado aún el dolor de la represión. Es un trabajo excelente que sabe combinar a la perfección en 55 minutos política, historia y buen cine. Un trabajo digno de ver y que no defrauda.

Tras la fuerte ovación al terminar la película, intervinieron Fernanda Moral, miembro del Foro por la Memoria, y Juan Caunedo. Fernanda Moral dio las gracias al equipo técnico, al artístico y especialmente a las personas que dieron su testimonio en el documental. Tuvo palabras para cada una de ellas. Concha Carretero no pudo asistir porque, a sus 92 años, esta presentación le coincidía con una entrega de carnets del partido a los más jóvenes.

Caunedo por su parte resume la intención de su obra indicando que lo que ha querido mostrar es como se trató de eliminar la organización de las clases trabajadores por parte del franquismo. La película se divide, como su título, en tres partes. Sombras cuenta lo escondido, la represión a las mujeres mediante cárcel, tortura, humillación... En Niebla se muestra el lavado de cerebro en la sociedad española promovido por la Dictadura y el mecanismo de reeducación establecido. El Tiempo es el que se ha dejado pasar sin hablar de esta represión fascista que vivió nuestro país. Un tiempo largo que no se podrá recuperar. En palabras de su director «éste es un documental para mostrar lo que lleva muchos años oculto y silenciado, para ver cómo fueron las cosas». Dice que la fuerza moral la recibió de las veteranas entrevistadas, que parecen tener aún veinte años. Después de escucharlas era una obligación tirar para adelante con la intención de que Sombra, niebla y tiempo alcance la mayor difusión posible y sirva para algo. Respecto a que no aparezcan imágenes del No-Do se debe al alto precio que cuesta comprarlas, por lo que el director pide que este servicio público permita un acceso más sencillo y económico al material.

El Foro de la Memoria intentará divulgar este trabajo a través de los medios. Se señaló que en países como Argentina la justicia ha abierto procesos para determinar autorías de las desapariciones cometidas y castigar a los culpables. En España lo más que avanzamos es poder hacer un documental. El Foro quiere que se persigan todos estos delitos porque no han prescrito y porque no se ha permitido durante muchísimo tiempo que puedan ser denunciados. Es tiempo de Verdad, Justicia y Reparación para las víctimas del franquismo. Cada dos meses y con este fin, esta asociación convoca una concentración ante la sedes del Tribunal Supremo y la Audiencia Nacional (Plaza de la Villa de París). La próxima será el domingo 14 a las 12 horas.

A modo de pequeño anecdotario: Juan Caunedo Domínguez es el director de esta película. Por la forma de tratar el documental, bien podría ser un hombre mayor. Sin embargo es un muchacho que nació en 1982. Este asturiano se licenció en comunicación audiovisual. Completó su formación con talleres de cine experimental en París y varios cursos en la EICTV (Cuba). Ha trabajado como editor y ayudante de realización para TeleAsturias, Telemadrid, La Sexta, Antena3, TeleCinco, CubaVisión y TVE, así como para varias productoras y otras instituciones. Entre sus obras como director se cuentan los cortometrajes La Carne, Cristinita la fantástica, Machina Wars y El bache. Con este último obtuvo el Premio Submarino Peral a la mejor Dirección de cortometraje en Festival Internacional de Cine de Cartagena en la edición de 2009.

jueves, 11 de marzo de 2010

Pájaros de papel, cómicos sobreviviendo en tiempos de hambre

Emilio Aragón dirige una película emotiva con cierta carga política para hablar del dolor


Cartel de la película Pájaros de papel
Cartel de la película Pájaros de papel
Emilio Aragón rinde un homenaje a los cómicos, especialmente a los que sufrieron aquellos primeros años de posguerra. Confiesa no saber cuándo nació la idea como película, pero sí que «puedo encontrar momentos de la historia que en ella se cuenta, en muchas de las anécdotas y aventuras que a lo largo de mi vida he escuchado en casa, en las sobremesas, en las celebraciones, y también en lo cotidiano. Contar esta historia me ha permitido transitar por lugares y emociones donde creí haber estado antes. Pájaros de papel pretende ser un viaje a lo mejor de nosotros mismos, una apuesta valiente por lo amoroso de la vida mirando de frente a nuestro propio dolor». Desconozco el peso autobiográfico en la obra, pero sin duda, a tenor de lo dicho, debe ser elevado. Lo que sí observo y agradezco es la existencia de un compromiso ideológico muy marcado en la película, como así se puede observar en las dos interpretaciones de la canción irónica No se puede vivir con un franco.

La película ahonda sobre el dolor humano por la pérdida de los seres queridos, e indaga en los mecanismos para tolerar ese sufrimiento. Pero si algo caracteriza a Pájaros de papel es sobre todo la ternura, que se ha teñido de ingenuidad con la intención de poder desarmar al espectador. La película afronta la vida de unos cómicos desde sus corazones desolados. Artistas que acostumbran a silenciar sus sentimientos y opiniones en público. Sólo a través de los números musicales, rutinas cómicas y de variedades logran asomar sus deseos, su verdad oculta. Son personas con pasados duros en épocas peores, que van sobreponiéndose al hambre y a la angustia que supone vivir perseguido o vigilado. Han formado una gran familia que les sirve de amparo y les da algunos minutos de felicidad, de risas compartidas, de valentía. Todos los artistas de la película son personas escapando de su pasado, en camino hacia otro lugar que desconocen. Cargados de incertidumbres actúan y es entonces, cubiertos con otros ropajes, cuando se sienten vivos, necesarios. Y libres.

Roger Princep e Imanol Arias en una escena la película Pájaros de papel
Roger Princep e Imanol Arias en una escena la película Pájaros de papel
Peripecias de hombres y mujeres que buscan una oportunidad en la vida, moviéndose en un mundo de vencedores y vencidos. Algo que llevarse a la boca, un techo donde cobijarse; esa es su guerra cotidiana en una época peligrosa de posguerra, cargada de intrigas que exigen una clara e infranqueable adhesión al régimen dictatorial surgido. Sin embargo, y ese es uno de los triunfos, la cinta está cargada en todo momento de optimismo, incluso para las situaciones más tristes.

El componente dramático que utiliza son las pérdidas personales que sufren Jorge del Pino (Imanol Arias) y Miguel (Roger Princep), así como la historia del aterrado homosexual Enrique Corgo (Lluís Homar). En contraste tenemos el desparpajo cómico de Rocío (Carmen Machi) que interpreta a una buscavidas que sabe que le quedan pocas oportunidades para dejar de ser una cupletista. Al margen de lo humano y lo político, en la obra existe un último elemento de intriga, a través de una conspiración oculta. Que se imponga la bondad por encima de todo, parece ser la consigna.

Es una película de otra época, empapada de un aire antiguo -cerrado- que no ventila bien. Circula por unos tiempos dolorosos, con tanta escasez como miseria, donde la única chispa que se vislumbra luce desde lo artístico. Bien recreado este ambiente a través de un universo que mezcla lo simpático con lo profundamente sombrío. El guión acompaña y muestra grandes momentos para la compasión. Con orden al trazar el argumento. Bien llevada en lo técnico y en lo artístico. Y sin embargo no llega, me queda la sensación de que falta algo que no se ha completado, que veo pequeños detalles que van rompiendo la magia general. Hay escenas que suenan a repetidas, que apenas si aportan en el camino y que estorban para la fluidez, y otras que se quedan en simples esbozos.

El elenco está correcto. Un peldaño por encima se encuentra Lluís Homar cuyo trabajo de contención de emociones y la expresividad de su cuerpo brillan a gran altura. Muchos son también los secundarios que van pasando por la pantalla, con sus cortos papeles.

Emilio Aragón sabe acertar porque se rodea de grandes técnicos y artistas. Así ocurre en la música, donde se ha sabido acompañar de Ara Malikian al violín, Kepa Junkera con la trikitixa, Pepe «El Habichuela» y Josemi Carmona a la guitarra. La música, y también alguna canción, ha sido compuesta por el propio director e interpretada por la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid.

Para terminar, tengo una gran discrepancia. En mi opinión la penúltima escena es tan perfecta que no necesita el añadido después de muchos años que supone la escena final. Además los pájaros de papel volando desde el tren construyen un mensaje potente y definitivo que no necesita de más revelaciones.

A modo de pequeño anecdotario: Emilio Aragón recurrió a Fernando Castets para convertir en guión su idea de película. Se trata de un guionista que ha firmado con Campanella la mayoría de las películas que éste ha llevado al cine, como es el caso del Hijo de la novia. Cuenta Castets que se reunieron en un restaurante donde Emilio Aragón le entregó seis páginas y le preguntó si no le importaría leer una historia que había soñado. Dos años y medio después éste es el resultado. Dice Castets «Y finalmente hemos cumplido un sueño. Emilio cree que es su sueño el que hemos cumplido y me alegra haberle engañado tan bien. En realidad no sabe que al cumplir el suyo lo que ha hecho es cumplir el sueño de cada uno de nosotros».

miércoles, 10 de marzo de 2010

Los Cortos que se hacen en Madrid

La Comunidad de Madrid organiza una semana para proyectar los cortometrajes que ha apoyado durante el 2009.


Miércoles 10 de marzo de 2010. Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes. Madrid


Cartel anunciador de la 12 Semana del Cortometraje de la Comunidad de Madrid
Cartel anunciador de la 12 Semana del Cortometraje de la Comunidad de Madrid
La 12 Semana del Cortometraje de la Comunidad de Madrid recoge una serie de actividades relacionadas con el mundo del corto que incluye talleres y una muestra que irá proyectando durante la semana los 42 cortometrajes apoyados económicamente por este organismo público en el año 2009. Las proyecciones tendrán lugar en el Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes, en los cines Golem, en el Forum de la FNAC de Callao, en el Salón de Actos de la Consejería de Cultura y Deporte, en el Centro de Arte 2 de Mayo de Móstoles, en el Centro Comarcal de Humanidades Cardenal Gonzaga Sierra Norte de la Cabrera y en las Bibliotecas Públicas de Canillejas, La Latina, Retiro, Salamanca y Villaverde.

En la sesión de las 17:30 del Círculo de Bellas Artes se proyectaron los cortos Alegría de Pablo Blanco, La vida en común de Inma Luna y Rosa Blas Traisac, Levedad de Lucía del Río y Vecinos de Gabi Martín. Si algo mostraban los cuatros era un concepto de despertar conciencias que apoyaban sobre una idea como único soporte. Pero al cine no le basta la intención, es necesario vestirlo aplicando un lenguaje cinematográfico y no fue ésta una de las cualidades que abundara en ellos.

Alegría es un trabajo documental que retrata las reuniones de los sábados, mantenidas por una asociación que ayuda a personas discapacitadas. Retrata lo gratificante que les resulta a los monitores compartir el tiempo de esas citas y lanza un claro mensaje de búsqueda para que lleguen nuevos voluntarios que tomen el relevo. Filma algunas de las actividades y la charla de dos de estos monitores mientras repasan fotografías.

La vida en común habla del desgaste de una relación con la vida cotidiana. Un desgaste que termina en silencio y canciones escuchadas por la radio. Es una especie de estar muerto sentado en un sillón, viendo la televisión y sin otro aliciente. Como idea bien, pero a la hora de plasmarlo se queda en una sensación interior de la protagonista que no llega a cuajar en el corto. Uno se queda más bien frío, cuando la intención inicial sin duda habría sido la de remover conciencias.

Una escena del corto Levedad
Una escena del corto Levedad
Levedad me gustó algo más que el resto, por lo que tiene de historia tejida y también por el buen tratamiento fotográfico. El lenguaje fílmico es personal, sencillo y directo. Contaba la directora al inicio que las actrices son sus sobrinas. Dice que el corto nació para ayudar a una niña que estaba enferma y que soñaba con ser actriz. Ahora se ha curado y es actriz profesional.

De Vecinos esperaba algo más. Me recordó, por su fotografía y decorados, a la gloriosa película francesa Delicatessen. Hay algo de ella en cómo trabaja su director con lo absurdo, con los sonidos, con las tomas, con un humor entreverado... Vivimos un mundo, o una comunidad de vecinos, en la que nadie entiende a nadie, que cerramos las puertas de nuestras casas para permanecer incomunicados, pero aunque las abriéramos no sabríamos comprendernos pues en el fondo hablamos lenguajes diferentes que nos conducen hacia la destrucción.

No quería cerrar la crónica sin hablar de la organización de la Comunidad de Madrid de estos pases. Como casi siempre es descuidada, de barullo y orientada a la publicidad del evento más que al acto en sí, como si lo único que contara fuera colgarse medallas de cuánto hacemos por los madrileños y no de lo bien que lo hacemos. El problema del que quiero hablar es que no resulta posible asistir a dos sesiones seguidas porque si bien la entrada es libre hasta completar el aforo, hay que retirar el pase en taquilla y sólo se reparten media hora antes de cada sesión. Por lo que si estás dentro te quedarás sin ver la siguiente proyección. Aunque visto lo visto, a lo mejor me hicieron un favor.

martes, 9 de marzo de 2010

Rueda de prensa de Pájaros de papel, amor a la profesión artística

Emilio Aragón y su equipo trata de contagiar a los periodistas la magia que vivieron durante el rodaje de la película


Martes 9 de marzo de 2010. Hotel ME. Madrid


El equipo artístico de la película Pájaros de papel
El equipo artístico de la película Pájaros de papel
A Emilio Aragón se le ve feliz en la presentación de su primera película. Sonríe contento y tras un breve saludo le pasa el micrófono a Mikel Lejarza para que sea el productor quien rompa el hielo. «Es éste un proyecto muy vinculado a Emilio Aragón, quien soñaba con una película y un determinado tipo de cine». Señala que Pájaros de papel coincide en contenidos con los gustos a la productora de Antena 3, tal vez porque el producto final sea un resultado que todos los trabajadores del sector audivisual quisieran firmar. Añade también que la productora tiene entre sus costumbres hacer todos los años una película con un director novel. De lo que no habló fue de las expectativas.

Emilio Aragón comenzó a desgranar los entresijos de su película. Cuenta que pasaron cosas bonitas durante el rodaje, en el que al final de la primera semana se instaló una magia que hizo que todo el equipo sintiera la película como suya. Tuvo dudas durante el camino, momentos que no sabía dónde poner la proa del barco, pero entonces alguno de los profesionales salía y se ponía a remar. Y así, uno a uno y entre todos se fueron resolviendo los problemas. Confiesa que el rodaje fue duro, que él engordó diez kilos y que volvió a fumar. Sin embargo, ahora lo recuerda como un maravilloso y a la vez intenso viaje en el que se va destilando lo que los artistas de los años de la posguerra vivían: cariño, trabajo, amor a la profesión y mucha poesía.

Lluís Homar se encuentra encantado. Para él, la película ha sido un conjunto de regalos para los que las palabras se quedan cortas. Ha sido la oportunidad de vivir una historia muy bonita y entrañable, que dignifica el trabajo de los cómicos. «Ojalá vivir esta profesión sea siempre como rodar Pájaros de papel». Habló también de que Emilio Aragón trabaja la creatividad de los actores y actrices desde la libertad.

Lluís Homar, Emilio Aragón, Carmen Machi, Imanol Arias y Roger Princep
Lluís Homar, Emilio Aragón, Carmen Machi, Imanol Arias y Roger Princep
Carmen Machi no tuvo la sensación de estar siendo dirigida por un hombre que estuviera haciendo su primera película, sintió que era un compañero quien estaba haciéndolo. La mayor sorpresa es que tenía que cantar en la película, cosa que nunca había hecho antes ni pensaba que fuera a hacer. Los números musicales están todos compuestos por Emilio Aragón y fue todo un reto interpretarlos. Dice que participar en el largometraje supone un momento magnífico en su vida que nunca olvidará. Por aquellas fechas hacía Platonov en el María Guerrero, narra como se ponía el disfraz y le cambiaba la voz.

Tomó la palabra Imanol Arias para expresar con un emotivo discurso el sentir general, así como señalar lo que todo el grupo agradecía la película. Dice que su personaje y la película le han dado la enorme posibilidad de convertirse en lo que ha querido ser toda su vida. Le ha supuesto un formidable aprendizaje para conocer que el dolor no tiene sentido, que el trabajo de actor nace del amor y desde la alegría. Su vida le ha traído dos situaciones muy diferentes y esta película lo equilibra todo. No olvidará nunca que las peores cosas deben llevarse con la alegría de un cómico. Se siente orgulloso de haber trabajado con este equipo.

Roger Princep es un niño con mucho desparpajo. «Ya lo han dicho todo ellos. No voy a olvidar nunca esta película y no sé que más decir. Que ha sido fantástica».

El resto del elenco continúo con los agradecimientos y el sentimiento de orgullo por haber trabajado en Pájaros de papel. José Ángel Egido habló de la corriente de afecto que se estableció. Oriol Vila señaló la película como un gran acontecimiento. Diego Martín daba las gracias a todos porque se encontró inmerso en un rodaje sin danzas de egos, ni problemas externos. Luis Varela también se sintió afortunado y comentó que había llorado durante la película. Ana Cuesta dijo que aprendió mucho durante el rodaje y que tenía mucho que agradecer a Emilio Aragón por la confianza, pues ella es la única desconocida en el reparto.

Emilio Aragón y parte del elenco de Pájaros de papel durante la rueda de prensa
Emilio Aragón y parte del elenco de Pájaros de papel durante la rueda de prensa
Javier Coll descubrió que en realidad toda la magia del rodaje la había generado Emilio Aragón, quien sabe transmitir ilusión. Contó Coll que con 18 años pensaba en hacer una película como ésta. Es una meta, pero a la vez es un punto de partida, ya que abre una segunda etapa, sin duda con más exigencia. Él es otro debutante, pues ésta es su primera película.

Cierra las intervenciones del reparto Fernando Cayo. Dice que Imanol Arias ha resumido perfectamente el espíritu de la película. En los momentos más difíciles la vida brilla y podemos encontrar cielos tan azules como el que ilustra el cartel de la película.

Cuando el micrófono vuelve a Emilio Aragón, aprovecha para decir que si Fernando Cayo fuese norteamericano sin duda sería ya un actor de la talla Kevin Spacey. Volviendo a su forma de trabajo, dice que no se una persona que sea capaz de desenvolverse bajo presión. Por eso necesitaba la complicidad y la comunión de todo el equipo. Recordó que fue tal la unidad que todos se ayudaban, independientemente del rol que tuvieran. No quiso dejar escapar la oportunidad sin contar el secreto de esta armonía: cortar siempre a las 11:30 para tomarse un buen jamón con un vino que no faltaba nunca.

En este momento comenzaron las preguntas de los periodistas. Preguntados sobre las rutinas de variedades que interpretaron, tomó la palabra Imanol Arias que confesó que los números los rodaron en las mismas salas que se utilizan para El Internado. Supuso mucho trabajo de ensayo y a menudo venían artistas ya mayores para enseñarles sus rutinas de la época. Resultó una experiencia que les reconfortó con el oficio, pues comprendió que de lo que se trata es de vivir la vida sabiendo que se es un instrumento. «Somos un gremio de intérpretes. Vivimos de la disciplina que tienen los trabajadores del cine y que viene desde las generaciones anteriores».

Por su parte, Lluís Homar señaló que si vuelve a nacer, se pide música. Reconoció que no tiene ese don, así que jugar en esta película a que posee esas habilidades le gustó mucho.

Dice Roger Princep que no ha conocido muchos directores, pero que no puede olvidar de Emilio cómo discutió con la productora porque habían puesto el nombre del director más grande que el de los demás artistas y no le parecía bien.

Sobre el guión, Emilio Aragón comenta que se sentaron con un argumento y cuando abandonaron el proyecto al acabar había cogido otro cuerpo. Hay que elegir bien con quién se trabaja. Con Fernando Castets se ha sentido muy cómodo y seguirá haciendo otros proyectos con él. Los dos comparten una forma anárquicamente desordenada de funcionar. Se vieron escribiendo de los cómicos de variedades, pero era más importante para el proyecto hablar de los sentimientos, de cómo traer comida a casa en aquella España y a la vez dedicarse a entretener a los demás. Sondear el mundo emocional de aquellas personas se convirtió entonces en el objetivo. Son muchas las historias, gente que vivió momentos especiales, pero que aún así amaban con absoluta pasión su profesión. Se documentaron en todos los temas que tocaba la película, pero Pájaros de papel nada entre la realidad y la ficción, como todo el mundo del cine.

Imanol Arias durante la rueda de prensa
Imanol Arias durante la rueda de prensa
Emilio Aragón lleva mucho tiempo detrás de las cámaras y ha meditado bastante sobre el momento de llegar a dirigir una película. Mientras, se ha dado tiempo para prepararse sabiendo el paso que quería dar. Espera hacer más películas, pues el cine está lleno de magia. Luego alabó el gran equipo artístico que ha dirigido, señala que se han comportado como instrumentos perfectamente afinados. Tuvo aquí un momento para poner el ejemplo de Cristina Marcos que sólo tiene una palabra en toda la película. Es una tarea difícil reflejar en un plano un único segundo de lucidez en una mujer que ha perdido toda cordura. Habla que además tenía que hacerlo el primer día de rodaje, pero que ella es tan profesional que sólo necesitaron hacer dos tomas. Así con todo el equipo, tan profesionales que sólo era preciso indicarles dos o tres códigos antes de rodar.

Preguntado el director sobre la Memoria histórica, desvió su respuesta señalando que es mucho más interesante indagar sobre los mecanismos con los que el ser humano puede gestionar la ausencia de un ser querido. Recuerda un documental en el que un hombre que había perdido a su hijo por la droga explicaba que no había nada más duro que haber sobrevivido a su hijo. Explica la escena al detalle, indicando lo marcado que le quedó aquello. Confiesa entonces que el tema de Pájaros de papel es el entendimiento de que se puede seguir viviendo con dolor. El protagonista se sobrepone y sólo quieren seguir con su vida y su dolor. La trama de suspense que se crea en paralelo sirve de peripecia para poder enseñar más adentro de los personajes.

Cuenta Imanol Arias que no tiene deudas familiares con la guerra, pues nunca tuvieron ningún estigma político. «Es costumbre que las personas tengamos un pie entre la culpa del pasado y el otro sobre el miedo al futuro, así que nos cagamos en el presente». Habla luego del dolor, que no dura eternamente y que la revancha no tiene sentido. Ese es la enseñanza que transmite la película. Reconstruye los pequeños iconos de aquella época. Le duele ver la película pero recuerda lo mucho que ha aprendido de Lluís Homar y de Emilio Aragón, tanto que supone un nuevo principio, pues ha cambiado la forma de abordar los personajes. Ahora lo hace desde la alegría, trabajando lo pequeño, el puro instante de la verdad.

viernes, 5 de marzo de 2010

Ropa tendida, sonido de guitarras afiladas

Una buena noche de música en directo


Jueves 4 de marzo de 2010. Sala La Mala. Madrid


Cartel anunciando el concierto de Ropa tendida
Cartel anunciando el concierto de Ropa tendida
La Mala es un café concierto del madrileño barrio de Aluche. Es un garito que nunca había pisado pero que se parece a muchos otros porque tiene un aire que me trae recuerdos de hace muchos años, de tiempos de escuchar música en directo y de cerveza. Me sabe a veinte años menos, a días que pocas veces vuelven. Techos bajos pintados de negro, paredes de un rojo albero y columnas con unos salientes sobre los que reposar la botella. Los laterales, con una pequeña tarima que sirve para sentarse, apenas se utilizan, el público quiere estar de pie para moverse mejor.

Tengo una Coronita en la mano a la que apenas he podido dar dos sorbos cuando Ropa tendida se sube a un escenario bastante amplio. Se les nota con ganas de tocar y saben que están en un lugar que se ajusta al concierto que van a dar. Todas las pruebas de sonido están hechas, así que se encuentran preparados.

El grupo lo componen Jorge, que toca la guitarra solista y se encarga de poner la voz, Arturo a la guitarra rítmica y la otra voz, Dani al bajo y Saúl con las percusiones. El origen de la banda está en Alberto que escribía poemas y su amigo Jorge que empezó a darles forma musical y sonido. La idea cuaja y preparan la maqueta «Álbum de cromos». La van grabando en casa de Jorge quien también se encarga de tocar todos los instrumentos que aparecen y poner la voz a cada uno de ellos menos a Cerrando el bar del que se encarga el propio Alberto por ser una canción muy personal. Se plantean tocar el reportorio en directo, así que recurren a la otra formación de Jorge: Jorge no fuma e incorporan a Saúl como percusionista. Esta fusión es la banda actual que parece haber encontrado su propio sonido.

¿Qué música hacen? Por un lado está el rock-country del que tiran los temas compuestos por Arturo y por otro un pop-rock que mezcla lo íntimo y lo callejero en las canciones creadas por Alberto o Jorge. La base son las guitarras que tocan con fuerza. El ritmo lo marca el bajo de Dani y la percusión de Saúl le da matices cargados de originalidad, aunque ayer se oyera algo baja. De ellos había escuchado varios temas en internet, pero no les había visto en directo.

Ropa tendida durante uno de sus conciertos
Dani, Arturo, Jorge y Saúl durante uno de sus conciertos
En el apartado de versiones se ven claramente las influencias del grupo. Son dos las que realizaron anoche. La primera, un tema de Revólver, Fuera de lugar que encendió el concierto y el Cielo del sur de la Frontera para rematarlo. Son canciones trabajadas y muy aplaudidas.

He contado poco del concierto. Lo abren con un tema instrumental Fumadores empedernidos y después continúan con su repertorio donde Jorge y Arturo se van alternando poniendo la voz a los temas que van tocando. Son diferentes, Arturo canta con una voz más nítida y profunda, mientras que Jorge tiene timbre más bajo que necesita calentar para dar lo mejor de sí.

Con el segundo tema recorro con los ojos al grupo y me quedo mirando a Saúl totalmente concentrado en su cajón, sin inmutarse, atento en dar lo mejor de sí. Es el único que desde fuera parece no haberse contagiado de la sonoridad de las guitarras. Llegan En construcción y Retropección dos temas contagiosos, a los que seguirán Trinidad, Ahora que, Solo niebla, Tu ciudad, Peor que yo y Junto con ellos.

Cuando tocan Ropa tendida me llevo el último trago de mi cerveza a la boca. Pienso que su regusto a limón más que un punto ácido le da un sabor dulcificado. Así es el tema, fronterizo pero con su propia identidad. El público corea la canción, un himno que además da nombre al grupo y piden otra.

Los muchachos se van despidiendo. Son las horas gastadas en ensayos las que muestran que se está ante un grupo conjuntado, que llevan compartiendo música mucho tiempo y que se conocen. En algunos temas se aceleran, algo habitual en un directo donde la adrenalina fluye de otra manera. El concierto no salió perfecto, pero sonaron bien. Yo al menos disfruté, a mi cabeza regresaron los recuerdos de estos garitos y el tiempo pasado en ellos.

A modo de pequeño anecdotario: Anoche Ropa tendida ofreció su último concierto con ese nombre. A partir de ahora la formación pasa a llamarse El último ñu. Dicen que tiene una explicación, pero que lo dejan para el «making off» de la gira. Saúl me confiesa que tiene algo que ver con los documentales de naturaleza, de esos en los que vemos a una manada de ñus corriendo y como al último de ellos, al más lento, se lo comen los cocodrilos. Dicen las malas lenguas que el grupo hay alguien que siempre empieza tarde, que llega el último a todas las canciones, vamos que les recuerda al último ñu.

jueves, 4 de marzo de 2010

Rehabilitar un Corazón rebelde

La historia de un decadente cantante de música country


Cartel de la película Corazón rebelde
Cartel de la película Corazón rebelde
La película Corazón Rebelde va de un cantante de country en horas bajas al que apodan Bad Blake (Malote Blake) y que interpreta Jeff Bridges. Es una road movie al uso, donde la geografía de tugurios destartalados en los que va actuando se puede comparar con el declive del propio Blake.

El largometraje está cargado de tópicos desde su inicio en el que se nos presenta una antihéroe roído por los estragos de la bebida. Llega la chica (Maggie Gyllenhaal) que consigue mirar a la persona que hay detrás del artista y él comienza a intentar salir del pozo. Motivos para huir de esa vida destrozada no le faltan, así que inicia una lucha suave, un camino de redención, buscando ser un hombre divertido y atento para ella. Toma algunas decisiones valientes, parece aceptar sus limitaciones sobreponiéndose a ellas, se humaniza en los sentimientos y consigue vivir unos días dulces que le permiten incluso volver a componer. Es un atisbo de felicidad que se nubla por su incapacidad para resolver el principal problema, la irresponsabilidad de considerar la botella como única solución.

Bad Blake funciona como un espejo de los idolatrados héroes del country, lanzado a la carretera, preso de un malvivir, al que sólo le quedan unos centavos de calderilla en los bolsillos, imprevisible perdedor de todas sus batallas contra los más oscuros instintos. Tan duro como terco, pero un romántico empedernido si escarbas. Lo más ridículo que se puede llegar a ser y sin embargo dotado de una capacidad especial para saber narrar tiernas historias de perdedores como él. Alguien que se pone a prueba cuando ya todo se presupone perdido. Ya lo dije, cargada de tópicos.

Jeff Bridges y Maggie Gyllenhaal en una escena la película Corazón rebelde
Jeff Bridges y Maggie Gyllenhaal en una escena la película Corazón rebelde
Si algo está bien en la película es que el espectador no sentirá en ningún momento compasión hacia Blake. El personaje se ha construido a sí mismo y carga sobre sus espaldas el modo de vida que ha elegido con cada una de sus decisiones.

Basado en la novela de Thomas Cobb del mismo título, este largometraje es el primero que dirige Scott Cooper, quien ha trabajado en el mundo del cine como actor, escritor y productor. Hablando de sus intenciones sobre la película dice que «lo que de verdad deseaba captar era la mezcla de humor y de patetismo de la vida de Bad, e inyectarle algo de ligereza. Bad es un perro viejo que no sabe si le quedan nuevos trucos, un hombre que siempre pasará por picos y valles, pero su historia se dirige, a pesar de todo, hacia la redención».

Sin Bad Blake la película no existe y sin Jeff Bridges no hay Blake. Sin duda el actor ofrece el soporte perfecto en una interpretación memorable que le ha valido la nominación al Oscar cómo mejor actor y le ha convertido en el principal favorito para llevárselo. Sin él, la película se hundiría, o al menos perdería todo el interés. Cuenta con dos actores de lujo para dos de los secundarios: Colin Farrell interpretando a un discípulo de Blake atrapado por un éxito que le sirve de contrapunto para ver el otro extremo con el que tampoco se identificaría y Robert Duvall que da vida al dueño del bar que más frecuenta Blake. Su papel es una especie de notario moral de la realidad. Maggie Gyllenhaal cierra el elenco con un personaje que se convierte en el motor de cambio para Blake, la impulsora con la que vive un corto amor que no tiene futuro. Gyllenhaal ha conseguido con esta interpretación una nominación a los Oscar como actriz de reparto.

La última nominación a los Oscar de la película es para Ryan Bingham que interpreta la canción The weary kind. El cantante country también tiene un pequeño papel en la película, es el líder de la primera banda que acompaña a Blake.

Si algo más destaca en la película aparte de Jeff Bridges es la música. La elaboraron T Bone Burnett y Stephen Bruton, este último falleció de cáncer en mayo de 2009, en la parte final de la producción. Básicamente el repertorio del que dotan a Blake son la citada The weary kind que es la nueva canción que está escribiendo como compendio a lo aprendido y sus tres éxitos anteriores: I Don’t Know, Hold On You y Fallin’ & Flyin. Sin duda el repertorio supone una sincronización perfecta con el personaje y no se entienden el uno sin lo otro. Las canciones, al igual que la interpretación, representan la forma de vida y esa espiral decadente que recorre el protagonista. La voz en los directos la pone el propio Bridges, mientras que de la de Tommy Sweet (Colin Farrell) se encarga Ryan Bingham.

A modo de pequeño anecdotario: Una de las pasiones de Jeff Bridges es la fotografía. Sus fotos se han publicado en varias revistas, como Premiere and Aperture, así como en otras publicaciones por todo el mundo. También ha montado exposiciones de sus trabajos en galerías en Nueva York, Los Angeles, Londres y San Diego. Con su trabajo ha publicado libros que aunque no se prepararon para la venta al público si que han sido muy apreciados por los coleccionistas. En el otoño de 2003, PowerHouse Books publicó Pictures: Photographs By Jeff Bridges cuyos ingresos de venta el actor ha donado a la fundación Motion Picture & Television Fund, una organización sin ánimo de lucro que ofrece cuidados caritativos y apoya a los trabajadores de la industria del cine.

No es su única pasión, hace varios años, Bridges cumplió otro de sus sueños y este sí que tiene que ver con la película. Ramp Records, una compañía de discos de Santa Bárbara, editó su primer álbum Be Here Soon.