viernes, 30 de abril de 2010

Welcome o la conciencia que despierta el alma

Philippe Lioret estrena una película imprescindible, cargada de dureza y ternura, que cuenta el problema de los refugiados en Calais esperando interminablemente para cruzar a Inglaterra


Cartel de la película Welcome
Cartel de la película Welcome
Welcome es un regalo. Se trata de una película completa, bien armada, directa y social. El arranque plantea una situación habitual, donde un muchacho, Bilal (Firat Ayverdi), no puede hablar con Mina (Derya Ayverdi), la chica que desea, porque el padre de ella les ha prohibido que se vean. De pronto se muestra que va a tener algo más de profundidad ya que ambos están en países diferentes. Y surge entonces el primer giro, el joven es kurdo, de Iraq, se encuentra en Francia de camino a Inglaterra de forma ilegal, considerado refugiado al que no se puede repatriar por estar su país en guerra, pero sin posibilidad de trabajar por su condición de ilegal, ni de recibir ayuda por una ley que condena a quién se la preste, con el objetivo de disuadir a los que en un futuro quieran venir y con la esperanza de los que están intentado cruzar terminen rindiéndose y volviendo por sus propios medios a sus países de origen. Frente a esta encrucijada se sitúa el personaje central, Simón (Vincent Lindon ), un francés de clase media, en proceso de divorcio, que se encuentra de pronto ante la posibilidad de ayudar al ingenuo joven kurdo o la de no hacer nada, como venía haciendo siempre. Simón trabaja de monitor de natación en la piscina municipal y no lleva nada bien que su mujer, Marion (Audrey Dana), le haya dejado. Ella es voluntaria en una oenege que ayuda a los inmigrantes que se agolpan en el puerto de Calais para cruzar a Inglaterra y él nunca ha mostrado el menor interés por esas personas. La llegada de Bilal a la piscina le ofrece una manera de acercarse a Marion.

Bilal no es un muchacho cualquiera, quiere aprender a nadar para cruzar el Canal de la Mancha. Cuando Simón le pregunta por qué quiere ir allí y Bilal le responde que por amor, percibe con claridad que su vida se ha acomodado, ha ganado peso, no le quedan ilusiones y, si sigue sin implicarse en nada, lo único que le espera es un sofá y una televisión. Por su cabeza se plantea cómo es posible que el chico haya recorrido 4.000 kilómetros para ver a su amor, que ahora quiera cruzar el Canal a nado y que sin embargo él no fue capaz de cruzar la calle para retener a Marion cuando le dejó.

Así, por interés decide ayudarle. El motivo es equivocado, pero produce en él un cambio importante, una transformación que le hace recuperar una vida con valores. Ese encuentro casual logra que Simón se supere a sí mismo. Pero ayudar a una persona en situación ilegal no es fácil, la sociedad ha construido una serie de legalismos que castigan al que ayuda a un ilegal. Es en este punto de impotencia cuando el largometraje se vuelve tremendamente humano.

Firat Ayverdi y Vincent Lindon en una escena la película Welcome
Firat Ayverdi y Vincent Lindon en una escena la película Welcome
La película muestra con claridad como es la vida de esos inmigrantes sin papeles, vemos que diariamente son maltratados y humillados por su condición. No huye la cámara de «la jungla» en la que se refugian, ni del negocio de los pasadores, ni de la continua persecución policial que dispone de una guarnición completa para este tema, ni de los centros de retención, ni de los controles de camiones con detectores de CO2 y de latidos... Muestra en primer plano a estos seres humanos y se percibe entonces que los refugiados son todos tan jóvenes que apenas los hay que pasen de los 25. Vemos principalmente a muchachos que con 15 años han emprendido un camino terrible en soledad.

Las oeneges palían el problema con una consideración general, sin separar individuos y la película se va al extremo contrario, para indicar lo que se puede ayudar de persona a persona. Dice que no es fácil con las leyes injustas que rigen en las ciudades fronterizas, ni lo es dentro de una sociedad occidental compuesta de personas que se desentienden, que miran para otro lado, ante el estado y la vida que se ven obligados a vivir una gran cantidad de inmigrantes. Que supone mucha generosidad ayudar, levantar la cabeza, mirarles a los ojos e interesarse por la historia que carga a sus espaldas cada uno de ellos.

No puede haber finales felices para estas aventuras, la promesa de que el esfuerzo tiene siempre su recompensa ya no sirve. Y en ese sentido la película es directa, no ofrece como salida una catarsis sobre el sufrimiento visto. Se presenta como un espacio para recapitular y reflexionar.

Las interpretaciones son excelentes. Destaca Vincent Lindon en un papel muy difícil pero del que saca brillo con una interpretación magistral de una persona que de pronto se carga de dudas, que descubre dónde había estado escondida siempre la plenitud. Audrey Dana interpreta un personaje dulce y generoso que sirve para apoyar en sus ojos lo que ven los nuestros, para ir señalando la medida de lo que van progresando los sentimientos. Firat y Derya Ayverdi no eran actores profesionales, pero su frescura es una pieza importante de Welcome, ellos son los que conmueven y nos conducen hacia la ternura, dejándonos a un paso de las lágrimas si podemos contenerlas.

Philippe Lioret dice que ha hecho una película para los que tienen ganas de creer en los sentimientos y en la inteligencia, en lugar de el cinismo y el interés. Lo ha conseguido con creces porque Welcome logra llegar al corazón usando nuestras contradicciones a través de una mirada limpia y proponiendo el compromiso de la solidaridad entre seres humanos.

A modo de pequeño anecdotario: Cuenta el actor Vincent Lindon que cuando Philippe Lioret le habló de la historia mientras comían, le conquistó inmediatamente. Nada más terminar de leer el guión le llamó y le dijo que debían empezar a rodar enseguida porque se moría de impaciencia. Cuenta también Lindon que nada más llegar a Calais, un sábado por la noche, Lioret le llevó al muelle del rancho, donde van a comer los refugiados. Al irse, se cruzaron con tres chicos y les llevaron en el coche. Le impresionó ver que aunque no tenían nada no habían perdido la sonrisa. Les pidieron que les dejaran en un lugar desierto, muy parecido a un inmenso basurero. Luego, sin intercambiar una palabra, Lioret le llevó al hotel. «Sobraba cualquier comentario. Fueron mis primeros momentos en Calais y ya había visto lo que debía ver».

jueves, 29 de abril de 2010

Sadie Jones: «Yo he trabajado toda mi vida y ahora todo ha cambiado»

Se presenta en Madrid El rebelde, la primera novela de esta autora inglesa que se ha convertido en un éxito internacional


Jueves 29 de abril de 2010. Edificio Planeta. Madrid


Sadie Jones, autora de El rebelde
Sadie Jones, autora de El rebelde
Sadie Jones se ha convertido en la autora revelación del Reino Unido tras ganar el Premio Costa 2009 con su novela El rebelde que la editorial Espasa presenta en España.

La Segunda Guerra Mundial influyó en los que lucharon y también en los que se quedaron en retaguardia. Para el protagonista, cuando su padre vuelve del frente se ha convertido en un extraño y un intruso. El padre ve a su hijo como a un enemigo. Es el amor que no ha recibido el que desliza al hijo por la pendiente. Surge un camino de redención en la que el protagonista se salva por el amor incondicional de una niña. El rebelde cuenta una historia triste, pero en la que se ven rayos de esperanza.

Sadie Jones pasó la mañana en Madrid, atendiendo a los medios de comunicación con los que mantuvo un encuentro alrededor de una mesa circular y con una taza de café por medio. De ojos grandes, tez morena, muy atractiva, se mostró algo inquieta, tal vez por timidez, pero respondió con mucha claridad. Esta es la conversación que mantuvo con nosotros:

Prensa (P): ¿Qué cuenta El rebelde?

Sadie Jones (SJ): Se trata de una historia que se desarrolla en la campiña inglesa en los años 50, al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Quería contar cómo va creciendo un chico y cómo el curso de su vida se altera por un accidente. Se trata de un relato triste que va recorriendo el sufrimiento de un personaje. Es difícil describir lo que sufren los chicos. Inicialmente lo concebí como una película: visualizaba los personajes en el ambiente que había creado. Sin embargo, escribiendo fue tomando mayor cuerpo y surgió la novela.

P: ¿Tengo entendido que la novela va a ser llevada al cine?

SJ: Sí, así es. Es irónico, comenzó siendo un guión cinematográfico que no fue a ninguna parte, por suerte. Entonces le faltaba algo que sólo se completo al crecer y convertirse en una novela. Como libro es algo acabado, pero el cine supone ir cortando pedazos. No me gustaría traicionar a la novela.

P: ¿Va a seguir escribiendo guiones para el cine?

SJ: Escribir libros es lo que me engancha porque disfruto mucho con ese trabajo; los guiones ocupan un segundo lugar en mi vida. Me sirven para sacarme de la soledad del escritor de novelas, pues te obligan a colaborar con otras personas. He participado en el guión de El rebelde porque sentía que tenía que escribirlo.

Portada de El rebelde de Sadie Jones
Portada de El rebelde de Sadie Jones
P: ¿Cómo explica el éxito popular de la novela resultando los personajes tan rudos y complicados?

SJ: Quiero pensar que no proviene de que las personas sean morbosas. Se percibe un personaje que se construye desde niño, en el que sin querer nos vemos reflejados. Se trata de un muchacho con el que se siente empatía con facilidad. Escribir es algo alegre y me gusta la época que muestro, a pesar de los elementos de represión. Se que hay muchas fuerzas contradictorias en la historia, pero sí que se percibe una clara autenticidad.

P: ¿Cómo se digiere un éxito como el que está cosechando su novela El rebelde?

SJ: Es muy agradable para mí. Yo he trabajado toda mi vida y ahora todo ha cambiado. Es un buen año, pero mi día a día sigue siendo el mismo: me levanto cada mañana, me siento y sigo escribiendo. Ahora estoy a la mitad de mi tercer libro. Se trata de una historia diferente, más frívola y superficial. Me estoy divirtiendo mucho escribiéndola.

P: ¿Por qué elige esa época de los 50 en las cercanías de Londres?

SJ: Mi primera idea cuando me puse a escribir era un melodrama en los años cincuenta. Luego, al ser preguntada con frecuencia por esto mismo, reflexioné. Se trata de un momento que me fascina con un contexto en Europa difícil. Se produce una situación en el que las personas dejan de lado lo que les gusta para construir la vida. Entonces no sabían lo que vendría luego, lo divertido que sería todo después. Son tiempos que se prestan especialmente a lo que quería contar porque se adaptan a los arquetipos y a la vez me permiten narrar una historia local que se puede entender como universal. Todo empezó como una chispa física, con imágenes de días soleados y bosques. Luego tuve que situar la historia alrededor de ese personaje herido que se siente rechazado. Situarme allí, en ese tiempo y en ese espacio, me permitió convertirlo en un Edipo y todo fue creciendo por sí solo.

P: El final resulta dramático, pero abre una cierta esperanza, ¿prepara una segunda parte?

SJ: A veces la gente cree que que podría tener una secuela. Yo conozco lo que ocurre con los personajes y, aunque me tentó escribir una historia más larga, me di cuenta que podría pasar a convertirse en un folletín.

Sadie Jones conversando con la prensa
Sadie Jones conversando con la prensa
P: Al final, ¿triunfa el amor?

SJ: Es cierto que tiene un «final feliz», pero es auténtico. Al terminar el protagonista se libera por la verdad, se libra de la culpa. Es cierto que le queda mucho camino por recorrer, pero todo lo que ha sufrido le convierte en un héroe. Podría tener otro final, pero sería falso. El protagonista tiene que partir para cerrar la historia.

P: Me interesa saber por qué se narra la historia a través de una voz en tercera persona, ¿se trata de un condicionante por haber comenzado como un guión o es para marcar una cierta distancia emocional con el protagonista?

SJ: Escribir en tercera persona me viene de forma natural. Una voz externa me permite ofrecer más puntos de vista. Cuando escribo mi cabeza funciona así, algo parecido a una cámara es verdad. No me gusta usar la primera persona, en este caso me resultaba complicado para aguantar la dureza. Creo que para utilizar una primera persona omnisciente tendría que tratarse de un gigante como, por ejemplo, el protagonista de El guardián entre el centeno.

P: ¿Cuánto tiempo le llevó la novela?

SJ: Tardé cerca de un año en escribirla y le dediqué unos meses para revisarla. Mirado desde fuera resulta algo rápido, pero yo no lo viví así. Me hizo sentirme escritora.

Al terminar, una pequeña controversia sobre el título original que en inglés es The outcast y aquí se ha traducido por El rebelde descartando la opción de El marginado que sería más literal. Comenta la editora que es una palabra complicada de traducir, que en nuestro idioma podríamos describirlo como «el fuera de molde». Le dieron muchas vueltas, pero no les convencía «el marginado» porque realmente la sociedad no le margina, el protagonista forma parte de esa clase. «El rebelde» no es el título perfecto, pero tiene mayor sentido con el personaje. Zanja la discusión Sadie Jones, con una sonrisa diciendo que a ella le gusta.

martes, 27 de abril de 2010

Algo más inesperado que la muerte, la peripecia de los trepas

Josep María Mestres dirige la adaptación al teatro de la novela de Elvira Lindo


Domingo 25 de abril de 2010. Teatro Lara. Madrid


Cartel de la obra Algo más inesperado que la muerte
Cartel de la obra Algo más inesperado que la muerte
La propia Elvira Lindo, con la colaboración de Borja Ortiz de Gondra se ha encargado de adaptar su novela para convertirla en un texto dramático. Cuenta ella que al principio lo que circulaba por su cabeza eran los diálogos entre los personajes y que pensaba hacer una pieza teatral. Pero la historia se fue agrandando, se le escapó de las manos y terminó convertida en una novela. Por eso acoge con satisfacción esta oportunidad de devolverla a sus inicios.

Se trata de una obra divertida, nada que ver con La ley de la selva, obra de Elvira Lindo con la que coincidió en las carteleras teatrales madrileñas. Lo que aquella tenía de burda, ésta lo tiene de sofisticada.

La trama de Algo más inesperado que la muerte arranca con Eulalia (Esperanza Elipe) una atractiva periodista de cuarenta y tantos años que está casada con Samuel (Juan Antonio Quintana), un prestigioso escritor de ochenta. Es una mujer ambiciosa, inteligente y segura de sí misma, que cree que ha conseguido todos sus objetivos en la vida. En una entrevista de su marido se reencuentra con Jorge (David Luque), también periodista y antiguo amante, con el que compartió un idealismo hoy ya olvidado. En el otro extremo está Tere (Carmen Ruiz), su criada, que un día llama a la señora para contarle un suceso inesperado, algo que puede hacer que esa vida por la que ha luchado Eulalia se desmorone.

La obra es a la vez divertida y mordaz. ¿Dónde radica el truco? Pues sin duda en el gran acierto de saber combinar los discursos de la gente corriente con los de la élite cultural. Tere es una mujer que se ha criado en la calle, sin apenas estudios, y que nos va a contar sus peripecias con su lenguaje cotidiano y directo. El resto son ilustrados personajes que se ganan la vida usando las palabras para transformar los hechos. Y este contraste estupendo es el que mantiene en pie la obra. Así lo inesperado puede surgir y encajar, pues la vida establecida, razonada y conseguida, se tambalea si miramos desde debajo de la mesa. Barcos que chocan, sería el símil más correcto.

Esperanza Elipe y Carmen Ruiz en una escena de la obra Algo más inesperado que la muerte
Esperanza Elipe y Carmen Ruiz en una escena de la obra Algo más inesperado que la muerte
Al principio, en una entrevista que le hacen a Samuel para una cadena de televisión, éste explica que toda novela tiene un punto de verdad. Así que sin querer nos está planteando el juego de quiénes son los verdaderos Samuel, Eulalia y Jorge, los personajes reales, de carne y hueso, sobre los que la autora ha construido el artificio. De la misma forma, hablando tanto de libros y de escritores, me pregunto qué hay de la pareja Muñoz Molina - Lindo en el texto. Las respuestas son un juego más, el de intentar adivinar, el de comparar semejanzas, el de buscar el prisma desde el que la autora observa el mundo cultural que refleja. No sé qué hay de divertimento y qué de terapia, pero lo cierto es que Elvira Lindo ironiza sobre un ambiente en el que ella se podría mostrar como claro ejemplo.

El trasfondo que con más claridad percibo es el que trata de responder si todo es lícito para buscar el mejor camino que nos favorezca en lo personal. Es una lectura del «trepa» hecha con sorna, para que nos produzca gracia su tragedia. Lo hace muy bien, especialmente con unos diálogos que son dinámicos, rápidos y certeros. La risa surge con facilidad y se alarga ya fuera del teatro con la sonrisa que se queda impregnada en los labios.

Si los diálogos son buenos, las actrices son mejores. Ellas ponen en pie una guerra en la que los actores se convierten en mera comparsa: destino y principio del éxito. Tanto Esperanza Elipe como Carmen Ruiz ponen en pie dos mujeres poderosas, sobradas de humor, soberbias, irónicas, capaces de ser hirientes. Dos trabajos excepcionales que permiten el fluir del texto con naturalidad, como si fuera imposible que las conversaciones se pudieran desarrollar con otras palabras. Son ellas las que consiguen toda la veracidad.

Otro pequeño buen detalle es la música que acompaña a la obra. Se trata de unos temas que ha compuesto Josemi Carmona y que resumen e intensifican la esencia de la obra en los momentos en que suenan. Parecen que pasan desapercibidos, hasta que en un descuido te ves silbándolos. La verdad es que se trata de un montaje en el que todo encaja a la perfección.

A modo de pequeño anecdotario: Cuando Algo más inesperado que la muerte se estreno y comenzó a caminar por los escenarios, allá por junio del 2009, el papel del viejo escritor Samuel lo interpretaba el actor Álvaro de Luna. La obra se estrenó oficialmente en el Festival de Teatro de San Javier (Murcia), se representó en Luxeburgo y antes de llegar al madrileño teatro Lara realizó una gira por Colombia, donde también participó en el Festival Vivamérica de Bogotá.

lunes, 26 de abril de 2010

Palmarés del III Certamen de cortometrajes Express!

La oportunidad se alza con el primer premio


Domingo 25 de abril de 2010. Auditorio Marcelino Camacho de CC.OO. Madrid


Cartel de la VIII Muestra de Cine y Trabajo + III Certamen de cortometrajes Express!
Cartel de la VIII Muestra de Cine y Trabajo + III Certamen de cortometrajes Express!
En Madrid, a las 12:00 h. del día 25 de abril de 2010, en los locales de CC.OO. (Lope de Vega, 38) se reúne el Jurado calificador del III CERTAMEN DE CORTOMETRAJES EXPRESS, que ha tenido lugar en el transcurso de la VIII MUESTRA DE CINE Y TRABAJO, convocado por la Fundación Ateneo Cultural 1º de Mayo, integrado por Isabelle Stoffel, Sigfrid Monleón, Esteban Espinosa y Alberto Leal. En representación de la entidad convocante, actúa como secretario de la sesión, Juan F. Escudero.

ACUERDA otorgar los siguientes premios a los siguientes cortometrajes:

Primer Premio: La oportunidad de Manuel Arija

Segundo Premio: ¡Calla, mamá! de Javier Gutiérrez

Tercer Premio: Lo mejor de mí de Pedro Herrero

Mención especial al Mejor Guión: La secretaria de Francisco Touza

Mención especial al Mejor Interpretación: Juan Alberto de Burgos por La oportunidad

En unos días estarán disponibles los cortos ganadores en la página que la Fundación Ateneo Cultural 1º de Mayo dedica a la VIII Muestra de Cine y Trabajo + III Certamen de cortometrajes Express!

La vida que nos dejamos en el trabajo

Un mercado floreciente y Síndrome laboral las dos películas del sábado en la VIII Muestra de Cine y Trabajo


Sábado 24 de abril de 2010. Auditorio Marcelino Camacho de CC.OO. Madrid


Cartel de la película documental Un mercado floreciente
Cartel de la película documental Un mercado floreciente
La VIII Muestra de Cine y Trabajo avanza y el sábado proyecta dos de las películas más esperadas. La primera de ellas es el interesante documental de Ton Van Zantvoort titulado Un mercado floreciente (A blooming business). Se desarrolla en Kenia, a las orillas del lago Naivasha, donde surge un importante y próspero negocio de granjas florales. Es una película de abusos e injusticias, de trabajadores que carecen de los mínimos derechos y también de una degradación del medioambiente consentida.

Una mayoría importante de las flores que llegan a Europa a través de Holanda tienen su origen en estas granjas de Kenia. Allí se encuentran con dos grandes ventajas, unos recursos naturales de agua a los que acceden libremente y una mano de obra muy barata pues el trabajo escasea. No hay previsiones a futuro, las granjas permanecerán mientras puedan seguir esquilmando el lago, independientemente de que éste se seque o se contamine por ser destino de los residuos químicos (pesticidas y fertilizantes usados para acelerar el crecimiento de las flores). Las condiciones de trabajo son igual de abusivas. Las fábricas han diezmado la pesca en el río hasta el punto que no es viable ganarse un jornal pescando, han restringido el acceso al agua y son ellos los únicos que ofrecen un trabajo. Prefieren mujeres jóvenes y bellas. A las que enferman por las condiciones laborales las despiden, a las que se niegan a hacer horas extras interminables también. Lo mismo pasa con las que han sufrido un accidente que quedan en la calle y desprotegidas. Dice una de las mujeres que mientras trabaja se siente como en una cárcel. Allí dentro el supervisor fija las normas, y a menudo lo hace a capricho y en su propio beneficio. Por un momento vemos que la cámara entra en las fábricas, no hay nada fuera de su sitio, todo parece plácido, es otro trabajador el que desvela que para filmar y para la prensa se habilitan habitaciones especiales que son los únicos espacios donde se puede grabar. Si la cámara intenta transmitir las realidades de los otros lugares aparece la policía para pedir que dejen de grabar.

El documental es una mirada directa a esta situación laboral sin derechos que va recorriendo instantes de la vida de los diferentes protagonistas. Les deja tiempo para explicarse, mantiene los expresivos silencios, y vamos viendo el dolor. Vemos que no hay otra salida que dejarse someter y conformarse con esta vida de sufrimiento. Condiciones muy duras e insoportables que traspasan la pantalla en un excelente trabajo. En la retina se repite la historia de una aguador que vende el agua que acarrea con sus burros, agua que sabe que no es potable por su contaminación, pero que es la única forma posible de ganarse la vida después de que fuera despedido por contestar y al que ninguna otra granja ha querido dar trabajo después del incidente. Sobrecoge la madre repudiada que aguanta los abusos más inhumanos con tal de que sus hijos puedan comer. Angustia ver a la mujer que malvive porque ha sido despedida tras un accidente con un pesticida en una de las granjas.

Cartel de la película para televisión Síndrome laboral
Cartel de la película para televisión Síndrome laboral
La segunda de las películas proyectadas es Síndrome laboral, un largometraje de Sigfrid Monleón (El Cónsul de Sodoma, La bicicleta...) hecho para la televisión valenciana en 2004. Esta vez no salimos de nuestras fronteras para ver que aquí también se incumplen los derechos de los trabajadores. Se abusa de jóvenes muchachas a las que no se les firma contratos y se les obliga a trabajar con elementos nocivos para su salud sin la menor protección. Nos habla del sector de aerografía textil que entre los años 1989 y 1992 se cobró varias vidas humanas y dejó con enfermedades crónicas a muchas más. Lo hace a través de un juicio, que por un lado sirve para revivir lo pasado acercándolo al espectador, y por otro nos habla de cómo los grandes culpables salen indemnes de sus actos cargando las culpas contra otros que no tienen sus mismos medios. Los vericuetos legales, el dinero que corre por detrás, los intermediarios que de pronto se callan y olvidan, no permiten la solución justa. Esas empresas multinacionales que no se sienten responsables no se preocupan, si la Generalitat Valenciana prohíbe el uso de sus productos se llevan su negocio a otros lugares más permisivos donde se pueda seguir explotando al trabajador.

Síndrome laboral es una película intensa, sin tregua, con buen ritmo, que huye del victimismo, pero que pone el dedo en la llaga. Destacan las maravillosas interpretaciones de Carmelo Gómez y Mercè Llorens que sujetan con su contraste la historia que Monleón trata de contar, para hablarnos de luchas perdidas que suponen seguir el camino de la dignidad de las personas. Frente a ello vemos un país y unas industrias que cuentan dinero y se olvidan de los seres humanos, de las tragedias que provocan, de la pena y el daño. ¡Qué poco vale una vida comparada con una curva positiva de beneficios!

También se proyectaron los últimos cuatro cortos de los 12 seleccionados para el III Certamen de Cotometrajes Express! Manos de obra utiliza el poema de Miguel Hernández Las manos para mostrar manos trabajadoras. Por su parte Mobbiéndote es un corto musical de lo más divertido que ha pasado por el certamen de este año. Al otro lado, al del drama, se va Sonríe para reflejar la presión insoportable que existe en un Centro de Llamadas sobre las chicas que allí trabajan. Finalmente Mujer, madre, trabajadora es un monólogo interior simpático que nos habla de la realidad de la supermujer que compagina su trabajo con la maternidad.

domingo, 25 de abril de 2010

Ilegales, ni aire que respirar

Jorge Martínez despide a Ilegales en Madrid con un lleno


Viernes 23 de abril de 2010. Sala Heineken Madrid


Jaime Belaustegui (batería), Alejandro Blanco (bajo) y Jorge Martínez (guitarra y voz) en la foto final tras acabar el concierto
Jaime Belaustegui (batería), Alejandro Blanco (bajo) y Jorge Martínez (guitarra y voz) en la foto final tras acabar el concierto
Ilegales tocó el viernes 23 en la Sala Heineken, un lugar oscuro, de mala muerte, dónde el sonido es horroroso a rabiar y al que hace años me prometí no volver. Por Ilegales cedí. Nada de aquello ha cambiado en la sala, que sigue fiel a sus costumbres, y además para este concierto había que sumarle mi impresión de que allí se había juntado más gente de la que cabía, tal vez querían aprovechar el tirón de la despedida del grupo o quizá que a los seguidores de la banda nos gusta estar muy pegaditos. Sin embargo y a pesar de todo ésto, inexplicablemente, me divertí entre tanto ruido. No sonaban perfectos: el micrófono de voz dejaba mucho que desear y las guitarras de Jorge hacen mejor música. No creo que fuera problema de la banda, les he oído en muchos sitios y sé cómo tocan.

Fueron puntuales. Jorge Martínez había avisado que en esta gira quería tocar muchas canciones, todas las que le dejaran. A las nueve en punto saltó al escenario con su banda. No perdieron el tiempo con preámbulos: arrancaron tocando Tiempos nuevos, tiempos salvajes tema que también han elegido como primer vídeo promocional de la caja 126 canciones ilegales, recopilatorio que recoge todos los temas grabados en estudio por la banda. Desde la primera nota el público se les entregó, en un concierto largo que superó con creces las dos horas y cuarto. Público heterogéneo, entrado en cierta edad de madurez, del que con los años han ido desapareciendo los punkies más afilados. Camisetas heavys, vaqueros y mucha cerveza.

De Jorge Martínez qué decir, que se sigue comportando como siempre, que no pierde oportunidad para provocar o bromear y que tampoco le faltaron las anécdotas con las que salpica sus conciertos. Quería tocar y se sentía muy cómodo con el público. Su música es pura fuerza y en eso sentido le acompañan perfectamente sus dos compañeros sobre el escenario. El bajista Alejandro Blanco está cargado de vitalidad e irradia alegría durante todo el tiempo. Se divirtió como un niño travieso. Jaime Belaustegui tuvo una noche complicada, pues a su batería se le rompió el botón en dos ocasiones. Mientras la arreglaba, Jorge utilizó el tiempo para interpretar dos temas con la sola compañía de su guitarra.

Entrada del concierto
Entrada del concierto
Jorge Martínez aprovechó el concierto para hablar de su nuevo proyecto Jorge Ilegal y los Magníficos, que será una banda con la intención de recuperar músicas que van desde los años 30 al momento en el que aparecieron los Beatles. Con este nuevo proyecto se subirán al escenario para tocar un 50% de versiones y la otra mitad de nuevos temas compuestos por él. Es un regreso a los tiempos de las orquestas, un sueño que Jorge quiere recuperar. Como ejemplo de esa próxima etapa, de rockandroll de cadera, Ilegales tocaron una versión del tema de Elvis Presley Looking for trouble.

Resultó agradable volver a escuchar El piloto un tema pegadizo que no solían hacer en directo. Sin embargo las canciones mejor recibidas por el público, aquellas que se corearon por todos llegando a tapar la voz de Jorge, fueron Agotados de esperar el fin, Yo soy quien espía los juegos de los niños, Odio los pasodobles y Tengo un problema sexual.

No se cortaron tampoco e hicieron dos de sus temas más políticamente incorrectos en estos tiempos: Eres una puta y Lavadora blues. La verdad es que tocaron un repertorio muy completo que incluyó entre otras canciones El norte está lleno de frío, Enamorados de Varsovia, La chica del club de golf, África paga, Hombre solitario, Bestia, Bestia, Ella saltó por la ventana, Hacer mucho ruido es divertido, Todo lo que digáis que somos, Chicos pálidos para la máquina, La casa del misterio, Está fascinada, Regreso al sexo químicamente puro, Suena en los clubs un blues secreto, Western, Chistes rock en ya menor, Motín en la prisión, El loco soy yo, No hay sonrisas, El demonio, Caramelos podridos, Soy un macarra y Quiero ser millonario.

Se olvidaron de tocar dos de sus temas más simbólicos: el que fuera su primer éxito en las radios nacionales Hola, Mamoncete (me debí despistar, pues apunta uno de los lectores que sí que la tocaron y además Jorge Martínez ha tenido el detallazo de subir a su web el vídeo de este tema en el concierto) y su mayor triunfo Ángel exterminador. Tampoco yo vi cumplido mi deseo de escuchar en directo Princesa equivocada.

Cerraron con La fiesta, Destruye y el reprise de Tiempos nuevos, tiempos salvajes que terminó con la guitarra abandonada y zumbando sobre el escenario. No hubo tiempo para más, desde la sala les prohibieron que hicieran bises. Así que aunque el bajista salió no tuvieron oportunidad, se encendieron las luces y comenzó a sonar otro tipo de música. Dicen que ellos siempre se despiden a la francesa.

A modo de pequeño anecdotario: Ilegales ha vendido muchos discos a lo largo de su carrera, sin embargo no habían recibido por ello ni siquiera un disco de cartón. Si embargo, a final del año pasado el Gran Wyoming y Jesús Ordovás arreglaron este olvido y le entregaron un disco de diamante.

Respecto a por qué surge la caja de 126 canciones ilegales, Jorge confiesa que no va a ganar nada con ella, que todo el beneficio se lo quedan las compañías, pero que es algo que le debían a los seguidores del grupo. Ha sido un trabajo muy largo, pues tuvieron que buscar muchas cintas perdidas por los diferentes estudios, después llegó una labor de reconstrucción y arqueología y finalmente un intruso se coló en el estudio y borró el disco duro, seguro que fue por estupidez y no por maldad, pero lo cierto es que tuvieron que hacer el trabajo para esta colección dos veces.

sábado, 24 de abril de 2010

Mentiras piadosas o la negación de la realidad

Una película de Diego Sabanés basada sobre una idea libre del cuento de Julio Cortazar La salud de los enfermos


Cartel de la película Mentiras piadosas
Cartel de la película Mentiras piadosas
Voy a empezar por el final, por los hermosos títulos de crédito que cierran la película Mentiras piadosas del argentino Diego Sabanés. Son meticulosos, hechos con sumo esmero, delicados, premeditados sin dejar un solo punto de azar; son como la propia película.

Su argumento es sencillo: Pablo (Walter Quiroz), el hijo preferido de Mamá (Marilú Marini), viaja a París para tocar junto a unos amigos en un cabaret de poca monta. Las semanas pasan y nadie tiene noticias de él. La incertidumbre agrava el frágil estado de salud de su madre, por lo que sus hermanos, Jorge (Claudio Tolcachir) y Nora (Paula Ransenberg), deciden escribir cartas falsas y enviarle regalos, postergando el regreso. Para reforzar el simulacro, le piden a Patricia (Verónica Pelaccini), la novia de Pablo, que continúe con sus visitas. Como Mamá la nota triste, le propone adelantar los preparativos de la boda, para apurar el regreso de Pablo. La ficción se ramifica involucrando a otros personajes, mientras la casa va siendo poco a poco desmantelada para afrontar las deudas que generan los envíos de París. Poco a poco el borde entre la ficción y la realidad se va desdibujando.

Esa es la historia, pero la película tiene detrás mucha magia, tanta que seduce. Aprovecha el cine para crear un mundo cerrado y completo que encierra toda la historia. De impecable fotografía y ambientada puntillosamente en cada detalle, las imágenes traspasan la pantalla para crear su propio lenguaje artístico. El mundo de Cortazar invade la cinta, no solo por estar basada Mentiras piadosas en el relato La salud de los enfermos sino porque hay también algo de Casa tomada en el camino de soledad que se emprende dentro del hogar familiar. Julio Cortazar está presente en el propio el aire que se respira y que refleja la película, en los personajes y sobre todo en el costumbrismo al que va robando espacio la imaginación y la fantasía.

Claudio Tolcachir en una escena la película Mentiras piadosas
Claudio Tolcachir en una escena de la película Mentiras piadosas
Que la realidad duele, suele ser un hecho. Difícil resulta encontrar la solución, así que nos conformamos con parches. Inventamos, pero la realidad taciturna llama de nuevo a la puerta. Mantenemos las mentiras y éstas nos consumen. Y al final no sabemos ni lo que somos. La familia tenía un negocio sobre el que ha de seguir manteniendo un cierto esfuerzo, una vigilancia al menos. Pero la casa tiene otro problema, la necesidad de saber de la vida del hijo que se marchó a vivir su vida. No hay señales de él, así que surge el disimulo para mitigar la situación, ceder e inventar antes que reconocer el abandono, proteger una imagen perfecta, e incluso darle más lustre, fingir. Y la mentira, por piadosa que sea, se lo va comiendo todo. El negocio decae y la casa se va abandonando por la obsesión de sostener un sueño que nubla la vista sobre la realidad a la que, sin querer, se le ha dado la espalda.

Excelentes escenas costumbristas para arrancar, donde vemos la fuerza de una matriarca que tira de una familia, en apariencia, feliz. Son sus fiestas, el jardín, la biblioteca las que muestran quién y cómo es la familia. Luego surgen postraciones cuando el muchacho se va y no responde. Armar un artificio es la solución, aunque sea sobre mapas para recorrer un país, sus historias y lugares, en el que ninguno de los personajes ha puesto nunca un pie. Aparece la tiranía de la Mamá, pidiendo siempre algo más, consiguiendo que satisfacerla suponga un trabajo cansado y a la vez sostenga sus vidas que durante estos años se han ido vaciando. Surge en ese camino algo oscuro, lentos fantasmas que toman la casa, abandonos que se muestran metafóricamente en los huecos que van dejando los muebles vendidos, en las llaves que van colgando, en las habitaciones que se cierran para no abrirse nunca más. Son aquellos que dejan de participar para vivir una vida verdadera los que se liberan del yugo. Son los reproches a Patricia, la novia de quien se fue, ese intentar encarcelarla en una espera inútil, el punto en que se muestra la victoria de las fuerzas polvorientas del abatimiento como elección, de dar por buena la fantasía creada en contra del propio mundo.

Dice su director que Mentiras piadosas es un largometraje que habla del miedo y que enfrenta los deseos propios con los ajenos. Describe ese temor dentro de la red familiar, que vemos convertida en un elemento de encierro y de contención de esos deseos propios que se abandonan por los ajenos. En la casa son importantes los silencios, que remarcan las relaciones señalando lo permitido y lo que es necesario ocultar. Un silencio, que según avanza la película, lo va dominando todo.

También comenta que la película está escrita en clave social sobre la realidad de Argentina, siendo una metáforoa de una actitud de cierta clase social que sigue manteniendo que Buenos Aires es la París de Latinoamérica, una élite que alimenta una fantasía que la realidad se encarga a diario de desmontar.

Es un lenguaje poético y visual muy fuerte el que alimenta Mentiras piadosas, donde las interpretaciones están al servicio de las palabras y del silencio, para crear una atmósfera que sin duda es el mejor arma de esta película. Tal vez se pueda volver claustrofóbica, pero lo cierto es que transmite con intensidad y logra impregnarse en el espectador, sobre el que tras la película queda una huella poética.

Iba a contar el final, pero de pronto lo he olvidado, pues el resultado de la película transciende mucho más de un cierre con sorpresa o sin ella. Ahí queda, para disfrutarlo en la soledad oscura de una sala, encerrado en la misma casa habitada por las imágenes de un pasado que borró todo presente y mató al futuro.

A modo de pequeño anecdotario: El director de la película, Diego Sabanés, despuntó en 1996 con su cortometraje ¡Ratas!. Mentiras piadosas es su primer largometraje y le ocupó nueve años de su vida.

viernes, 23 de abril de 2010

El discípulo una historia de Jesús sin divinidad

El director Emilio Ruiz Barrachina realiza un retrato que navega a medias entre el documental y la ficción para retratar un Jesús más próximo a la Historia que a la Religión


Cartel de la película El discípulo
Cartel de la película El discípulo
Si algo destaca en la película El discípulo es su interés por mostrar un Jesús histórico que tiene mucho de hombre y nada de divino. La mueca de su cara no se altera en la película, entrecejo arrugado, ceñido con ira, cargado de violencia, enfadado con el mundo y la vida. No hay felicidad, nada que celebrar, sólo espera. A Jesús lo interpreta Joel West, uno de los actores de la conocida serie CSI Miami, con sobriedad y también con destemplanza. Le toca lidiar con un personaje amargado, que desconoce y no entiende la misión que recibe de manos de Juan el Bautista y que, apoyados por Yavhé y sus ángeles, debe finalizar con la victoria sobre los romanos.

La película nace de una convicción propia del director, Emilio Ruiz Barrachina, y se basa en los estudios que durante los últimos 300 años se vienen realizando sobre la figura Jesús. El director se ha apoyado en Antonio Piñero quien desde la universidad le ha asesorado con rigor sobre las investigaciones científicas e históricas. El punto de vista, sin embargo, se muestra respetuoso con la religión cristina y no busca entrar en polémica, aunque la Conferencia Episcopal ya ha arremetido contra ella.

No es una película al uso y tendrá difícil alcanzar cierto éxito. La estética es ascética, con una pretendida fotografía descarnada, sobre desierto, con arena, sin multitudes y un cierto acercamiento a un estilo de documental. Una especie de cuadros pictóricos que van cobrando vida para mostrar las últimas semanas de Jesús. Son cosas que no ayudan porque no logran integrar al espectador. En todo momento se marca una distancia y nunca se duda de que quién mira permanece sentado en el patio de butacas del cine, escuchando y observando como le cuentan una película. Yo prefiero que la historia de Jesús me las cuenten desde aquí, desde el punto de vista historicista de Barrachina, pero es un tema que, como a la mayoría de la sociedad, ya no me inquieta. Nada aporta a mi ateísmo conocer la verdad, o al menos lo verosímil, de un Jesús diferente al engalanado por la religión cristiana. Y por el otro lado, a un cristiano recalcitrante tampoco creo que se le despierte el interés.

Joel West en una escena la película El discípulo
Joel West en una escena la película El discípulo
A este Jesús le pesan sus problemas. Se siente solo, pensando en el papel que le espera. No tiene relaciones sencillas con sus semejantes. Su madre representa un problema y María Magdalena una tentación de la que rehuye. Él es una persona religiosa, convertido en un dirigente espiritual y político que defiende y busca la liberación del pueblo judío sometido por el yugo romano. Es alguien que debería escuchar a Dios, pero no le oye, todo lo que sabe de él lo ha leído en documentos. Se produce una reacción lógica y humana de irritación. La ira que arrastra se muestra en una de las primeras escenas, cuando su padre muere a manos de los romanos. A partir de hay su rebeldía contra el invasor romano que usurpa la tierra de los Macabeos es un asunto personal.

De lo mejor de la película los diálogos que se van intercalando en ella entre el evangelista Lucas y el apóstol Juan. Ilustra muy bien la idea eclesiástica de «adornar» la historia de Jesús para convertirlo en Hijo de Dios, de tal forma que cada una de sus acciones tenga una dimensión épica. Nos muestra como se construye un mito y se apunta la hipérbole sobre su imagen en la palabras de Lucas a su escribiente exhortándole a que dentro de unos años, cuando no quede nadie vivo que haya compartido un instante con el hombre Jesús, escriba el cuarto de los evangelios, uno que hable del amor.

Dos tipos de música salpican la banda sonora. La primera es el flamenco que aúna letras de Félix Grande, el cante de Paco del Pozo y la guitarra de Daniel Casares. Ésta le da profundidad y humaniza a un Jesús doliente. La segunda es la clásica y tiene dos objetivos, ambientar con los cánticos judíos por un lado y marcar una cierta distancia con las escenas más prosaicas.

Me gustaron las interpretaciones, especialmente Ruth Gabriel, que interpreta a una María Magdalena cargada de sensualidad que se ha de convertir en la tentación de Jesús, esa parte humana que le habla de sentimientos, de carne -en argot hondo, que le nubla el sentido-. Jorge Bosso da vida a un Herodes que muestra el conflicto de los grandes traidores con su pueblo. Puigcorbe humaniza a un Poncio Pilatos fuera de su tierra que aplica la ley con la severidad de un funcionario patricio, pero que no entiende la beligerancia del pueblo judío. Joel West no tiene demasiado recorrido, encarna a un Jesús sumido en sus preocupaciones e incapaz de escuchar a Dios. Contenido a ratos, explotando en otras, pero siempre solo en su interior.

En el otro lado de la balanza tenemos el doblaje, que resulta distante, demasiado sonoro, algo fantasmal, como de documental viejo. Sensación que acentúan las voces dramáticas de los actores elegidos. No me quito al oceanógrafo Jacques-Yves Cousteau y sus trabajos sobre el mundo submarino, aún hoy me retumba en la cabeza tras la película.

Los estudios modernos sobre la figura de Jesús apuntan en el mismo sentido de la película, que se atreve a recogerlos y plasmarlo de una forma legítima y con un lenguaje cinematográfico. Esta intención se consigue y se agradece. Insiste su director que es la primera vez en el mundo que se toca la figura de un Jesús al que no se le reconoce ninguna divinidad.

Emilio R. Barrachina, Juanjo Puigcorbé, Ruth Gabriel y Hoyt Richards posan para la prensa
Emilio R. Barrachina, Juanjo Puigcorbé, Ruth Gabriel y Hoyt Richards posan para la prensa
En ese juego permanente de utilizar las propias palabras de Jesús sacadas del evangelio, pero en un contexto nuevo, más mundano y posiblemente con mayor cercanía a la realidad, se encuentra otra de las mejores armas de El discípulo: ateniéndose a las propias escrituras nos ofrece una interpretación con sentido común. Este juego se alarga a todos los simbolismos divinos que se convierten en situaciones cotidianas. No hay multiplicación de peces y panes, sino que se comparte lo que cada uno lleva; Pilatos se lava las manos porque ha terminado de comer fruta... Barrachina y su equipo tiran de documentación y explican que una religión floreciente, que aspira a difundirse entre los romanos y su imperio, no puede culparles de la muerte de su Dios. O el reino que está por venir esté anclado a la tierra y no a los cielos, como Pablo de Tarso introduce posteriormente haciendo una libre interpretación.

Antes de acabar y para limar el aspecto científico, decir que también hay detalles surgidos de la ficción, que no se amparan en investigaciones, sino que devienen del deseo de contar la historia. Es el caso de que Jesús es cojo. No hay una base científica que pueda servir para argumentar dicha postura, es simplemente un recordatorio que le señala a Jesús cómo los romanos mataron a su padre: un estigma que le acompaña y que no podrá olvidar porque lo lleva unido a su persona.

A modo de pequeño anecdotario: Cuenta Juanjo Puigcorbe que cuando el equipo fue a solicitar a TV3 financiación, la cadena de televisión sólo les hizo una pregunta: «¿Qué tiene que ver la historia con Cataluña?». Pues es sencillo, el personaje que interpreta Puigcorbe es Poncio Pilatos y los estudios realizados apuntan a que es originario de Tarraco. Son también varias las investigaciones que señalan de la misma zona al centurión que remató a Jesús.

jueves, 22 de abril de 2010

La VIII Muestra de Cine y Trabajo mira desde otras filmografías los mismos problemas

En busca del riyal un documental nepalí sobre trabajadores emigrantes y Cangrejos una película búlgara que supone una corrosiva mirada en un país desestructurado


Jueves 22 de abril de 2010. Auditorio Marcelino Camacho de CC.OO. Madrid


Portada del DVD de la película documental En busca del riyal
Portada del DVD de la película documental En busca del riyal
Si algo especial aporta La VIII Muestra de Cine y Trabajo es sin duda conseguir proyectar películas cuyo estreno comercial se hace difícil: una gran oportunidad para ver un cine diferente. El cine que presentan es, ante todo, comprometido con la realidad social de la que forma parte inseparable. Una plataforma para tomar conciencia de un mundo laboral que se globaliza y deshumaniza ante nuestros ojos, que se nos escapa a la clase obrera.

En primer lugar se proyecto En busca del riyal (In search of the riyal) del director Kesang Tseten Lama. Habla de los problemas que existen en Nepal para conseguir un trabajo. Gentes de zonas rurales se encuentran conque la única forma de subsistencia -llenar el estómago como dicen ellos- consiste en emigrar a países ricos donde ser la mano de obra barata, la que no va a protestar ni se meterá en «líos» sindicales. El documental se estructura en tres partes. La primera, «ir», cuenta los motivos para abandonar el país y le añade las ilusiones y las incertidumbres de los que se van. Nos muestra los centros de adiestramiento a los que acuden los reclutadores para elegir a aquellos trabajadores a los que les van a proponer el trabajo fuera de Nepal, ya que el país ha creado una estructura para aprovechar la circunstancia y lo ha convertido en un motor económico más. Es ésta una parte de promesas que choca frontalmente con la segunda, «salir». A unos pocos les va bien en Qatar, pero otros muchos se sienten engañados y estafados. Sus condiciones de vida no son buenas aunque algunos traten de adornarlas, no se integran, están desprotegidos. En general es la soledad la que va pesando sobre ellos. La última parte es «regresar». No han vuelto ricos, apenas el dinero conseguido les sirve para unos meses más, el trabajo tampoco llega y la única opción es volver a emigrar por un par de años para volver a empezar este ciclo. En busca del riyal es una película sencilla, contada desde la cercanía con los trabajadores.

Encuentro que la película se ha construido con un ritmo difícil para nosotros, porque se realiza mediante un ordenamiento que resulta un tanto extraño y que genera una discontinuidad y un distanciamiento relajante sobre el transcurso real del tiempo.

Cartel de la película Cangrejos
Cartel de la película Cangrejos
La segunda película, Cangrejos (Raci), del director búlgaro Ivan Cherkelov nos muestra un país que ha perdido sus valores éticos en el paso del comunismo hacia un capitalismo basado en los beneficios de adquirir lo público a precio de saldo y venderlo a valor de mercado especulativo. Es sin duda una mirada de los desheredados que no encuentran su sitio en el nuevo ordenamiento. Sin nada que hacer están perdidos en un mundo con nuevas normas, desplazados.

En muchos sentidos Cangrejos resulta una película contemplativa, como la larga escena en la que Malina juega a lanzar gotas de agua sobre la placa eléctrica de la cocina: el calor las deshace por mucho que se deslicen. La película se mueve entre metáforas ya desde el inicio cuando vemos utilizar cebo para atraer a los cangrejos de río, esos animales que permanecen solitarios, que no se integran con el resto del río. Tramada con lentitud, tanta que a veces desespera, la salva a ratos la mirada corrosiva desde la que se cuenta, el humor zafio y el presagio de que nada puede salir bien. Cherkelov nos cuenta una batalla perdida, o muchas, tal vez, que profundiza desde un surrealismo cargado de simbolismos.

La descripción de los nuevos ricos asusta, pues se encuentran con un poder ilimitado al que nadie ni nada va a poner coto. Son sus fiestas con putas gordas, su champán que no gusta a nadie, el motivo de mostrar que se han subido al carro de los nuevos tiempos, el signo de que ellos son quienes van a construir la nueva estructura del país. Es la soledad que produce esta nueva sociedad el principal protagonista. Los diálogos en realidad son monólogos desesperados.

También se proyectaron los 4 primeros cortos de los 12 seleccionados para el III Certamen de Cotometrajes Express! Es un cine hecho con rapidez, en el que prima la frescura y el sentido del humor. Apocalipsis Laboral se muestra con cierta ingenuidad mientras manda el mensaje subliminal de que en tiempos de crisis también debemos luchar por nuestros derechos laborales, pero plantea la batalla desde una negociación individual, a la manera que les gusta a los empresarios. Curriculum es ingeniosa. Una persona tiene que enviar su curriculum pero lo encuentra pobre, así que se le ocurre ir engordándolo, porque todos tenemos derecho a soñar. Calla, mamá es el debut en labores de dirección del actor Javier Gutiérrez y con mucho humor nos narra la angustia de buscar trabajo en época de paro, conviviendo con una madre que necesita atención y sin dinero con el que pagar el alquiler. Adiós amigos se pregunta si para trabajar es necesario llevar los pantalones bajados y si la dignidad de llevarlos subidos es incompatible con nuestro mercado laboral.

miércoles, 21 de abril de 2010

La VIII Muestra de Cine y Trabajo, el fuego nuevo del trabajador

Comisiones Obreras y El Ateneo Cultural Primero de Mayo nos traen el cine comprometido que habla de nuestra sociedad tanto como del trabajo


Miércoles 21 de abril de 2010. Auditorio Marcelino Camacho de CC.OO. Madrid


Con una copa y unos canapés se inauguró la VIII Muestra de Cine y Trabajo que organiza la Fundación Ateneo Cultural 1º de Mayo de CC.OO. de Madrid. Se trató de un cóctel solidario contratado con la cooperativa de inmigrantes Subiendo al sur que se dedica al comercio justo o mercado digno. CC.OO. de Madrid, muestra así su compromiso universal con todos los trabajadores, vengan de donde vengan. Terminado el cóctel y ya sobre el escenario del Auditorio Marcelino Camacho, Blanca Casado, directora del Ateneo Cultural 1º de Mayo, se dirigió a los asistentes con unos versos del poeta Miquel Martí i Pol que dicen «No calienta el fuego de ayer, ni calienta el fuego de ahora, y tendremos que hacer un fuego nuevo» porque es necesario hacer un fuego nuevo que impida un mundo basado en las desigualdades y en crisis permanente. Un fuego nuevo que nos permita construir un sociedad justa. El escenario donde se está desarrollando nuestra democracia resulta desalentador: corrupción política, justicia muy conservadora y politizada, crisis económica que pagamos los trabajadores, amenaza a las pensiones y los derechos laborales, privilegios e injerencia de la iglesia católica, impresentable proceso contra Garzón de la mano de la misma Falange, brutalidad policial en el Cabanyal... Por eso desde el Ateneo Cultural se propone una cultura con implicación, con conciencia, con denuncia, porque así es como entienden su labor cultural. Las películas que veremos hasta el domingo en esta Muestra reivindican una rebelión cívica. Muchos de los largometrajes que se proyectarán son estrenos en España, varios en Madrid; un cine que no ha llegado a las grandes salas porque se muestran reacias a este tipo de compromiso. Son directores y directoras que van al arte como si lo hiciesen a un trabajo diario en la fábrica. Es el suyo un cine que, a través de un lenguaje tan artístico como humano, nos ofrece un mayor conocimiento del mundo del trabajo. El objetivo de la Muestra es el de conmemorar el 1º de Mayo y su significado obrero, de clase y de lucha.
Cartel de la VIII Muestra de Cine y Trabajo + III Certamen de cortometrajes Express!
Cartel de la VIII Muestra de Cine y Trabajo + III Certamen de cortometrajes Express!
A la par, y de la mano, se proyectarán con las películas de la Muestra, los 12 cortometrajes seleccionados en la convocatoria del III Certamen de cortometrajes Express! Trabajos valorados, respetados y defendidos con orgullo desde el Ateneo Cultural. Lo de Express está totalmente justificado, pues la norma principal es que los participantes deben recoger un viernes de 10 a 12 un objeto que la Fundación les entrega y que deberá incluirse visiblemente en la realización del corto, se valora además que dicho objeto forme parte de la trama. A partir de aquí, los participantes disponen de 48 horas para rodar, grabar y editar el cortometraje, ya que el domingo a las 12 horas deben entregarlo. Los trabajos no debe exceder de los cuatro minutos. A continuación se proyectó La doctrina del Shock, película de los directores Michael Winterbottom y Mat Whitecross que se basa en el libro del mismo título escrito por la periodista Naomi Klein. La película documental se presentó en la pasada Berlinale y habla de las barbaridades cometidas por el neoliberalismo a ultranza de los seguidores de las teorías del economista Milton Friedman y sus Chicago Boys. Teorías llevadas a la práctica por Pinochet, Videla, Thatcher, Reagan, Bush (padre e hijo), Gorbachov, Yeltsin... La película habla de un capitalismo que propone una privatización de todos los recursos del Estado, al que prohíbe toda injerencia. Y nos habla de los shocks, sin los cuales nadie aceptaría el sistema. Necesita de golpes que debiliten las sociedades, para que éstas terminen aceptando comulgar con ruedas de molino. Guerras, invasiones, huracanes..., en definitiva, situaciones que convierten a las personas en frágiles e inoperantes individuos, que asumen aquello que va contra el sentido común por el mero momento histórico que se les superpone.
Blanca Casado, directora de la Fundación Ateneo Cultural 1º de Mayo, durante la presentación de la VIII Muestra de Cine y Trabajo + III Certamen de cortometrajes Express!
Blanca Casado, directora de la Fundación Ateneo Cultural 1º de Mayo, durante la presentación de la VIII Muestra de Cine y Trabajo + III Certamen de cortometrajes Express! (Foto: Toni Gutiérrez)
El documental arranca con otra investigación. Estudian el efecto de los electroshocks en las personas, como mecanismo de reeducación dirigida y como avance en sistemas de tortura más efectivos. Aquellos estudios los promovió la C.I.A. Eran experimentos inhumanos a todas luces. A estas otras políticas neoliberales, les ocurre lo mismo. Hablan de Chile, primer país donde estas ideas toman cuerpo. Se extienden a Argentina, en tiempos de Videla. Nixon no llega a aplicarlas, pues resultan impopulares, pero Thatcher, desde Inglaterra, las usa en su política y cuando su imagen cae, utiliza la guerra de la Malvinas para seguir apretando la máquina. Reagan las aplica en los Estados Unidos de Norteamérica, donde también las emplearán los Bush. Gorbachov comienza a desmantelar un estado comunista que Yeltsin remata. Se invade Afganistán y se descubre que reconstruir un país produce grandes beneficios económicos a las empresas. Se invade Irak. El Katrina desola Nueva Orleans. Cada uno de estos hechos silencia a los ciudadanos que asimilan estas teorías capitalistas desmedidas como el mal menor por el que sacrificar todo lo logrado. Cada catástrofe, cada desgracia, cada desastre, es una oportunidad nueva para un capitalismo que borra la memoria del pasado y trata de escribir nuevas ideas sobre una mente vacía. ¿Qué produce estas ideas neoliberales? Desigualdades en la sociedad, ya que su servidumbre se atiene en exclusiva a multiplicar los beneficios de los ricos; y lo hace a costa de aumentar el número de pobres. La miseria es la cara B de este disco, la canción que no suena en las radios, porque el éxito de la cara A es el único que interesa transmitir. Para proteger, conservar y hacer crecer esas grandes fortunas hace falta silenciar a los Estados, convencerles de que, si a unos pocos les va bien, nos va bien a todos. Proponen un liberalismo salvaje y que nadie pueda regularlo, aceptan las crisis periódicas que se producen como sistema de ajuste, y se olvidan de las víctimas. Qué alguien me explique cómo el bienestar de unos pocos debe defenderse con cualquier medio y a cualquier precio. ¿Por qué los gobiernos se van convirtiendo en cómplices silenciosos de ese camino de avaricia? La riqueza amasada produce poder de decisión. Nuestro mundo ha cambiado, se ha hecho global, por eso las decisiones que se toman lejos de nuestra casa nos afectan. El tablero de juego es universal y las piezas no importan para los que juegan la partida, para quienes dictan las normas que todo lo sintetiza en el bien de la economía. ¡Qué lejos estamos los ciudadanos de poder decidir nada! La doctrina del shock nos habla del miedo, del terror incluso, como vehículo de control. Hacer daño es la mejor manera de doblegar, por eso no es extraño que estas oligarquías se aprovechen tras cada catástrofe para que lo privado expolie lo público. Privatizar lo de todos es cambiar el recurso social por una fuente de enriquecimiento personal que un día se convertirá en privativa además de privada. Dinamitar lo público es entregar nuestro patrimonio, perdiendo su control y su objeto, y desentenderse de nuestras sociedades, dejarlo en manos de quien no sabe hacer otra cosa que amasar dinero y poder.
Cartel de la película documental La doctrina del shock
Cartel de la película documental La doctrina del shock
La doctrina del shock nos muestra un capitalismo que saca partido del desastre. Cuenta, por ejemplo, como nuestro miedo se ha convertido en beneficio para que las empresas de seguridad crezcan y se expandan desde el cero a superar a la industria de la música y el cine juntas. Enseña que las invasiones de Irak y Afganistán son un negocio para las empresas que luego reconstruyen esos países; aunque tengan contrato para realizar 126 hospitales y sólo construyan seis con el dinero recibido, nadie les pide cuentas. El documental acude al ejemplo y de esa manera se hace tangible y doloroso. Nos muestra las paradojas, como es la de que tras la actual crisis sean los Estados quienes hayan puesto el dinero de todos para entregarlo a quienes la causaron, como si estos empresarios y banqueros hubieran encontrado un filón financiero gratuito, dinero fresco al que no tenían acceso. Capitalismo y desastre van unidos, unas veces por los que produce y otra por los beneficios que le aportan. Winterbottom trata de mover conciencias o al menos de avisar, para que esos shocks no nos pillen por sorpresa, para que seamos capaces de reaccionar y tengamos las manos desatadas a la hora de enfrentar y defender lo público. Winterbottom, Whitecross y Klein tienen esperanza, piensan que desde la calle se puede ganar al capitalismo feroz.

martes, 20 de abril de 2010

Cárcel y circo fundidos para compartir normalidad

El Circo Teatro Price y el espectáculo Circolombia han impartido un taller de circo entre las reclusas de la prisión madrileña


Lunes 19 de abril de 2010. Centro Penitenciario Alcalá-Meco 1. Madrid


Participantes en el taller de circo celebrado en la Prisión de Alcalá-Meco Mujeres
Participantes en el taller de circo celebrado en la Prisión de Alcalá-Meco Mujeres
Si los circos tradicionales llevaban su carpa de un lado para otro, el Teatro Circo Price, que tiene un espacio fijo y de hormigón en el centro de Madrid y por tanto no puede ser itinerante, mantiene la misma propuesta de acercarse a la sociedad. Del 22 al 25 de abril ofrece en su pista central el espectáculo Urbano de La Escuela Nacional Circo Para Todos (Circolombia). La escuela circense, con sede en la ciudad colombiana de Cali, está dirigida por Felicity Simpson. Circolombia surge de una preocupación social y su labor es la de ofrecer una opción de vida a los jóvenes colombianos sin recursos a través de una formación artística y escénica que reciben de forma gratuita. Realiza talleres por los barrios de Cali, que sirven de estímulo y con los cuales va incorporando alumnos a su escuela profesional. La Escuela se fundó en 1997 y este curso se graduará su sexta promoción. Sus enseñanzas, además de técnicas circenses, se basan en desarrollar virtudes que les puedan servir a los chicos para una vida mejor, tales como la disciplina, el talento, la concentración y la energía. El espectáculo que han preparado es una premier mundial y nos cuenta lo que pasa en los barrios difíciles. Habla de dos bandas callejeras enfrentadas entre sí a través de ejercicios acrobáticos, donde no hay buenos ni malos, donde sólo impera la fuerza, el compañerismo y el afán de superación. Se basa en tres números fuertes de báscula, banquina y percha. En el espectáculo se integran el baile y la música que se mueven entre lo urbano del hip-hop y el reguetón.

De la misma manera que realizan talleres en su ciudad, han aceptado la propuesta del equipo de Reinserción Social de la Cárcel de Mujeres de Alcalá-Meco para realizar una mañana de taller con unas pocas muchachas que allí cumplen condena. Su entrada ha supuesto un balón de oxígeno para las reclusas y un estímulo de superación llevado a través de la actividad física. Por la tarde, las chicas nos han ensañado lo aprendido a los medios de comunicación y han realizado con los muchachos de Circolombia una función para el resto sus compañeras.

Lo primero que sorprende cuando llegas a la cárcel es el trato de los funcionarios: resulta cordial y de suma normalidad, como el de un trabajo cotidiano cualquiera. Dentro se mantiene la misma normalidad. En el polideportivo de la prisión, las chicas y los acróbatas de la calle, nos muestran lo que han aprendido. Es un tiempo en el que nos mezclamos mientras vamos de un lado a otro con curiosidad. Pronto la risa del circo se contagia, la música te lleva a dar palmas y festejar. Otra sorpresa que pasados los minutos deja de ser una ilusión para alcanzar el grado de certeza.

Participantes en el taller de circo celebrado en la Prisión de Alcalá-Meco Mujeres durante uno de sus números
Participantes en el taller de circo celebrado en la Prisión de Alcalá-Meco Mujeres durante uno de sus números
Las reclusas no visten uniforme, las funcionarias que hay dentro sí. Llevan blusa blanca y el resto se su vestimenta es de azul oscuro: un pantalón o falda, según gustos, el jersey y una chaqueta. En conjunto recuerdan a ciertos uniformes escolares de colegios de monja. Después las puertas se abren y el polideportivo se desborda de rostros que buscan un instante de alegría, la libertad de ver durante una hora, algo que no ocurre a diario. Se sientan rápido, acostumbradas a ordenarse en segundos, a buscar el sitio libre que queda. Si miro con detenimiento lo que encuentro son mujeres muy jóvenes, rara es la que ha pasado de los treinta años. En esa uniformidad en edad destaca la diferencia de rasgos, razas y acentos. Van arregladas, supongo que el tiempo aquí resulta a veces infinito, y su ropa, su calzado, no difiere de lo que ves fuera. Destacan los colores vivos en su forma de vestir. Muchas son latinoamericanas, tal vez el grupo más numeroso. Dicen que las mujeres en España delinquen mucho menos que los hombres y que la mayoría están aquí por delitos contra la salud pública. Son temas de drogas que se repiten de unas a otras, muchas veces utilizadas como «mulas» para un transporte fallido.

Contrastan esas vidas tan duras con la capacidad que muestran para disfrutar de una actividad que les supone una hora de esparcimiento. Capaces de olvidarse de todo lo que les rodea, se desbordó la alegría entre ellas, los gritos clamorosos de ánimo y una felicidad que durará sólo el rato que ha roto la monotonía de sus días repetidos. Se entregan con pasión a lo que ven y curiosamente esa alegría se contagia a los medios de comunicación. Sin duda es un momento en el que explotan demasiadas emociones, a la vez que una diversión de la que siempre se andan escasas. Oigo que en los lugares donde el tiempo tiene un ritmo de pereza, no se puede medir los sentimientos por comparación, que son diferentes sus duraciones. Todo surge y crece con rapidez, como muecas exageradas de una realidad. No sé si al volver a las celdas seguirán pensando en lo que han visto o volverán a su día a día sin libertad. No puedo saber que se esconde tras esos ojos que ahora se ríen alegres, pero que han escondido muchas lágrimas para la edad que tienen.

De pronto, al final del espectáculo, los chicos cantan y las mujeres bajan para bailar con ellos. Se mueven, se ríen, disfrutan. Y me sigue asombrando la capacidad que tienen de atrapar el instante al vuelo.

Participantes en el taller de circo celebrado en la Prisión de Alcalá-Meco Mujeres durante otro de sus números
Participantes en el taller de circo celebrado en la Prisión de Alcalá-Meco Mujeres durante otro de sus números
No hay asperezas entre reclusas y carceleras, no se escuchan órdenes, todo parece fluir instintivamente. Supongo que es la costumbre la que ha fijado el comportamiento y que ya no suele ser necesario incidir para mantener un funcionamiento establecido, pero me sorprende. Es al final, cuando toca volver a su encierro el momento en el que las caras cambian. Las hay que se van con rapidez, otras se quedan algo más remolonas y son entonces cuando los funcionarios utilizan un trato parecido al de una profesora mayor con una alumna muy joven.

Los chicos de Circolombia tampoco vienen de un mundo fácil, con calles llenas de desequilibrios y una violencia cercana. Sin embargo, se pasan el día riéndose, disfrutando con lo que hacen, bebiendo con fuerza la vida, conociendo que la mejor forma de aprender es la convivencia y el compañerismo. Al dolor enfrentan su ilusión. Las chicas que han participado en el taller son casi tan jóvenes como ellos. Las escucho motivadas por una tarde creativa, donde se tocan y comparten. Pero también oigo las incertidumbres sobre el futuro que les esperará, no saben si con oportunidades o sin ellas, para el día que terminen su condena. Hoy, es diferente.

sábado, 17 de abril de 2010

Los republicanos estamos en la calle

Porque los valores de la democracia participativa son los valores de la Tercera República


14.04.2010 Despliegue de la bandera republicana en la Puerta del Sol (Foto: Toni Gutiérrez)
14.04.2010 Despliegue de la bandera republicana en la Puerta del Sol (Foto: Toni Gutiérrez)
Se acaba una semana que el calendario marca todos los años con los tres colores de la bandera republicana. Por toda nuestra geografía se sucedieron lo actos que recordaron la Segunda República y avanzaron para traer la Tercera. Se trata de un clamor que va tomando las calles, las plazas públicas, para decir que no se resigna con el estado actual de las cosas porque tiene soluciones que se pueden aplicar e irían en beneficio de nuestra sociedad y por tanto de nosotros mismos.

El miércoles, 14 de abril, el PCE organizó en Madrid el despliegue de una bandera republicana de 79 metros. Se eligió la Puerta del Sol para recordar otra bandera que, con los mismos colores, en este lugar, frente al Ministerio de Gobernación de entonces, se izó en 1931 para proclamar la Segunda República. Se desplegaron 79 metros porque eso son los años que se cumplían desde aquella fecha. Resultó un acto sencillo, algo apremiado por la lluvia que comenzaba a caer, en el que José Luis Centella dirigió unas palabras a las personas que allí nos reunimos. Se aprovechó la ocasión para la recogida de firmas con la que se cerrará la campaña realizada pidiendo la transparencia en las Cuentas de la Casa Real.

17.04.2010 Asamblea de la Plataforma Cultura, Progreso y República (Foto: Ángela Suárez)
17.04.2010 Asamblea de la Plataforma Cultura, Progreso y República (Foto: Ángela Suárez)
Durante la mañana del sábado 17 se celebró en el madrileño Teatro Fígaro la primera asamblea que convocaba la Plataforma Cultura, Progreso y República. Se trata de un movimiento que busca la unidad de todos los republicanos, desde el progreso y abierto a la participación de todas las ideologías, para realizar una ofensiva cultural y política en todos los frentes que permita lograr una hegemonía de los valores republicanos dentro de la sociedad española y alcanzar el objetivo de iniciar un proceso constituyente por una república profundamente justa, culta, participativa y solidaria, donde el protagonismo se otorgue al conjunto de la ciudadanía y deje de estar en manos de las oligarquías económicas y políticas que lo ostentan.

La presentación de la Asamblea corrió a cargo de la mesa compuesta por Javier Parra (director de laRepública.es), Vicente Cuesta (actor), Carmen Lamarca (catedrática de Derecho Penal), Rodolfo Ruiz (pensador), Julio Castro (director de laRepúblicaCultural.es), Rocío Mostaza (actriz) y Victoria Herrera (actriz). Contó con la adhesión de diferentes colectivos y organizaciones como Unidad Cívica por la República, Ciudadanos por la República, Gane la 3ª República, IU Madrid, Izquierda Socialista de Albacete, Izquierda Republicana o PCE. Se recibieron los saludos de varias personalidades que comparten la iniciativa pero que no pudieron asistir al evento. Fueron los casos de Miguel Riera (director del Viejo Topo), Felipe Alcaraz (Político), Iñaki Anasagasti (Senador), Rosa Regàs (escritora), Jordi Dauder (actor), José Antonio Labordeta (cantautor), Marga Sanz (Coordinadora de EUPV), Santiago Alba Rico (Filósofo), Antonio Romero (Coordinador de la Red de Municipios por la Tercera República) y Marcos Ana (poeta).

El acto se dividió en tres partes. La primera de ellas consistió en una presentación de la propia Asamblea en el que se aclaró que esta iniciativa no pretende crear ningún partido político, ni tampoco suplantar a ninguna organización, colectivo, ni coordinadora ya existente. Se trata de tender los puentes necesarios entre las gentes de todas las organizaciones, de la cultura y de la ciudadanía para impulsar, desde los puntos en común, un gran movimiento cultural y popular a favor de la República.

La segunda de las partes se inició en la presentación de la propuesta política desde la mesa a la que siguió un debate con una participación amplia y profusa de la ciudadanía que se había dado cita en el teatro. Finalmente se desarrolló una tercera parte en la que se planteó la propuesta organizativa que defina el funcionamiento de la Plataforma a través de comisiones. Como había ocurrido tras la propuesta política, al finalizar la intervención de la mesa se abrió un nuevo debate. Entre los participantes que se sumaron a los debates, caras conocidas de personajes de la cultura, la política y el movimiento republicano como Armando López Salinas, Guillermo Toledo, Agustín Moreno, Pedro García Bilbao, Carlo Fabretti, Teodulfo Lagunero, Víctor Díaz Cardiel, Susana Oviedo o Enrique Simón. Me sorprendió, como espectador, la gran participación del auditorio, todos inquietos y necesitados de un movimiento como éste que aglutine e impulse el camino hacia la Tercera República, esperanzados e ilusionados en el propio hecho de andar. Los republicanos suelen ser personas habladoras a las que ha precedido una sosegada e interior reflexión previa. Personas que han guardado sus opiniones y que ahora encuentran un lugar que les permite expresarse, por eso fueron tantos los que quisieron participar activamente con sus opiniones. Se trató de un acto abierto y libre, donde se escucharon opiniones y propuestas tan diversas como divergentes, pero en la que todo el mundo tuvo cabida. Entre los objetivos presentados se planteó la idea de convocar dentro de un año un Congreso Republicano, una iniciativa muy aplaudida por todos.
17.04.2010 Manifestación por la 3ª República de Madrid (Foto: Javi Álvarez)
17.04.2010 Manifestación por la 3ª República de Madrid (Foto: Javi Álvarez)
A las 18:30 la última cita del día, en Cibeles, para comenzar la tradicional manifestación por la Tercera República. Llovía con fuerza al iniciar la marcha, una lluvia que no cesó durante toda ella, pero que no amilanó a nadie de los presentes. Su efecto se hizo notar en que los paraguas se mezclaron con las banderas y se caminó algo más deprisa que otros años. Pero la alegría no se cayó de los rostros, pues esta manifestación es siempre una celebración de nuestra identidad republicana, un momento para compartir entre camaradas. No tenemos un panorama claro por delante en nuestra sociedad: crisis, precariedad, paro, corrupción, desconfianza, una clase política que no se muestra sincera... Por eso nos pronunciamos contra la familia real en primer lugar y frente a la crisis capitalista. Nos expresamos a favor del trabajo, la democracia y los derechos sociales. Decimos no a la Constitución de 1978 que, como hoy podemos ver, no supuso un ruptura con el franquismo precedente. Pedimos la soberanía popular y la autodeterminación de los pueblos. Ya en Sol, el actor Willy Toledo se encargó de leer el manifiesto que detalla estas ideas. Le puso cariño y supo darle sentido del humor, haciendo la lectura amena. Después, los asistentes nos repartimos por los bares de la zona, para seguir hablando de política entre caña y tapa, con normalidad.

viernes, 16 de abril de 2010

La nana que busca su sitio entre la familia

Una oportunidad de ver la celebrada película chilena del director Sebastián Silva


Cartel de la película La nana
Cartel de la película La nana
La nana es una de las películas más premiadas del pasado año. Triunfó en festivales muy importantes como Sundance, Huelva, Miami o Cartagena de Indias. En el Sundance Film Festival el largometraje se llevó el Gran Premio del Jurado de Cine Internacional/Ficción y su protagonista, Catalina Saavedra, el Premio Especial del Jurado de Cine Internacional/Ficción a la Actuación. En Huelva, uno de los más importantes festivales de cine Iberoamericano, su cosecha fue mayor: Colón de Oro a la Mejor Película, Colón de Plata al Mejor Director y Colón de Plata a la Mejor Actriz. Además fue finalista a los estadounidenses Globos de Oro e Independent Spirit de cine indie. En Chile, país de origen de la cinta, creó cierta polémica el hecho de que a pesar de los premios y su contrastado éxito internacional no fuera enviada a los Oscar para representar a Chile. Aquí, en España, su estreno en cines comerciales se ha pospuesto un par de veces.

¿Con qué nos vamos a encontrar en la pantalla? Con una película muy interesante, de cierto carácter intimista y mucha acidez. El largometraje nos muestra a Raquel (Catalina Saavedra), una mujer agria e introvertida, que lleva 23 años trabajando de nana para los Valdés, una numerosa familia de la clase alta chilena. Un día, Pilar (Claudia Celedón), su patrona, contrata a otra nana para ayudarla porque la ve sobrecargada y con ciertos conflictos, especialmente con la hija joven Camila (Andrea García-Huidobro). Raquel, que siente peligrar su lugar en la familia, espanta a la recién llegada, una niña muy sumisa, con crueles e infantiles maltratos psicológicos. Aparece una segunda candidata más experta y resabida con la que las mismas estrategias no funcionan de la misma manera y terminan en un enfrentamiento violento que obliga a despedir a la candidata. Finalmente llega Lucy (Mariana Loyola), una risueña y espontánea mujer de campo, quien, a pesar de recibir el mismo trato acosador, con cariño y sin prejuicios logra penetrar la coraza de Raquel que va a comenzar a cambiar su forma de ver la vida.

Es, quizá, la perspectiva nublada de la nana hacia la familia el centro de la película. No podrá ser nunca un miembro más, pues, a pesar de recibir un trato familiar cargado de buenas intenciones, tener cierta cercanía con los niños que la consideran una segunda madre y recibir regalos el día de su cumpleaños, existe una distancia infranqueable, marcada porque ella cobra un salario y por tanto su labor en la casa es la de una empleada. Aquí se pierden todos los lazos humanos, el cariño deja de valer cuando se intenta asumir una posición que no corresponde. Sin duda hay un entramado social que la película denuncia, pero que el director niega reiteradamente en las entrevistas. Sebastián Silva sostiene que la película es un reflejo que muestra costumbres que el vivió de niño en su casa y que no va más allá, no tiene un objetivo político. Su familia tenía criada, algo habitual allí donde hay más de 500.000 nanas.

Mariana Loyola y Catalina Saavedra en una escena la película La nana
Mariana Loyola y Catalina Saavedra en una escena la película La nana
Hay mucho de psicológico en la película, y una parte importante es lo que va pasando por la cabeza de su protagonista, la nana, que sufre a una lucha interior. Silva juega con ello, por un lado como centro de la película y como otro como principio de un camino. Cuando Raquel descubre que esa barrera de roles entre patrones y empleados no podrá romperse, se produce la búsqueda de alternativas. Comprará en las mismas tiendas que la señora la misma ropa, pero esto sólo le produce insatisfacción, pues es consciente de que no tendrá oportunidad de lucir las prendas: su vida es igual que la de un presidiario, encarcelada entre las paredes de la casa, atareada con la rutina diaria de su trabajo. Este descubrimiento hace que Raquel se desgaste emocionalmente y comience un camino psicológico hacia los bordes de la depresión. Son unos minutos, pues el director, inteligente comienza un nuevo juego con el que romper la tendencia y atrapar de nuevo al espectador desde otra óptica. Aparecerán diferentes mujeres que van a competir con ella por el puesto. Comienza una lucha por parte de Raquel enfrentándose a ellas. Se sabe unida a la familia por un trabajo que le pertenece y que no va a dejar que se lo arrebaten. Frente a estas mujeres va viendo que el poder que ejerce se le puede escapar. No encuentra soluciones para ella que no es capaz de adaptarse, así que pelea con desproporción y gana, aunque tras la batalla sigue sin poder mitigar su propio conflicto emocional. Es la llegada de Luci la que lo cambia todo. Ella es diferente, no se deja vencer y le ofrece una comprensión que Raquel necesitaba. Se cuela la alegría en la película que lentamente se va contagiando y trasladándose a todas las imágenes.

Su excelente guión, llevado a cabo a través de una buena estructura narrativa, consigue crear una película estupenda que engancha y entretiene. Con algún altibajo, claro, pero ingeniosa y que sabe introducir con acierto el sentido del humor, incluso en las situaciones más desesperadas. Ver a otros aprendiendo a vivir, a romper su cascarón, resulta siempre interesante.

La película se sostiene interpretativamente en el gran papel que realiza la actriz Catalina Saavedra, que transmite generosamente el mundo interior de su personaje con gran eficacia y con cierta parquedad en sus gestos. Son sus ojos, tal vez, los que llenan la pantalla para inquietar. No desmerecen tampoco las actuaciones de Anita Reeves en un agradecido papel de cascarrabias un poco desquiciada, Mariana Loyola dando vida a la inocencia sin complejos, Andrea García-Huidobro creciendo y por tanto cambiando de perspectiva, Alejandro Goic trayendo a la película el egoísmo y la inutilidad, Claudia Celedón representando la cordura y Delfina Guzmán en su corta aparición que simboliza a todas las señoras bien del mundo.

A pesar de que la historia puede resultar a priori algo lenta o introvertida, La nana se podría describir contrariamente como una película ágil. Tal vez sea la magia de una música festiva y alegre la que produce esa sensación y la que nos permite ir escapando de los agobios interiores de su protagonista, tal vez el sentido del humor, tal vez que siempre llegan las sonrisas y domina el optimismo.

A modo de pequeño anecdotario: Sebastián Silva, además de ser el director de La vida me mata y La nana, es un conocido músico chileno que ha formado parte de las bandas CHC, Los Mono, Yaia. De sus amigos y de CHC tomó la inspiración para escribir Pulentos una serie de dibujos animados en 3D chilena, cuya música está enfocada a la formación Los Mono. Para completar su curriculum, Silva también pinta y dibuja profesionalmente.