lunes, 12 de septiembre de 2011

El espacio de los socios en el Festival

Cortometrajes que son formas de ver la vida


Lunes 12 de septiembre de 2011. Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes. Madrid


Cartel del cortometraje Jugando con la muerte
Cartel del cortometraje Jugando con la muerte
El Festival de Cine de Madrid-PNR proyecta 34 cortometrajes en la sección oficial para socios de la propia Plataforma de Nuevos Realizadores. Los reparte en tres sesiones, el lunes tocaba la segunda de ellas y se proyectaron once trabajos de lo más dispar en contenido, duración y estilo de dirección.

Paul Urkijo Alijo dice que tanto él como su equipo son gente que está empezando, que ha conseguido hacer el corto con familiares y amigos. Sin embargo Jugando con la muerte, ese corto del que habla, es mucho más, tanto que marca una gran diferencia con respecto a los otros diez proyectados. Es el guion, la historia que atrapa, la fotografía tenebrosa, la gran interpretación de Txema Blasco, el maquillaje, el presentar el ingenio como opción a la caja tonta que absorbe nuestro tiempo en familia, las ganas de divertirse, el jugar a hacer realidad las batallitas increíbles del abuelo, el aprendizaje de la muerte, la tozudez de los mayores que no se rinden, los pequeños guiños a una realidad desde un corto de género fantástico... Todo está en su sitio y eso se nota en el resultado. Como curiosidad, la presencia en la producción de Christian Gálvez, el presentador de Pasapalabra.

Regeneración es un cortometraje del que su director, Pedro Estepa Menéndez, dice que representa el grito de los realizadores ante la negra situación económica y social que estamos viviendo. El futuro está en nuestras manos, añade. Buena fotografía, un ambiente bien plasmado en una emisora en la que vamos escuchando la realidad y una cámara que nos va contando el presente de una prensa radiofónica ejemplarizada en un locutor que en el pasado obtuvo los mayores reconocimientos.

Andrés & Javier, de Juan Manuel Díaz Lima, es un documental de dieciocho minutos para reflejar la vida de una familia con un hijo al que han diagnosticado beta-talasemia mayor, una enfermedad incurable cuya solución pasaba por el nacimiento de un hermano concebido por selección genética para fines terapéuticos. Se trata del primer caso que ocurrió en España. Dudas, milagros, esperanzas y cotidianidad -sobre todo cotidianidad- de los días antes de volver la colegio ahora que ya está recuperado.

Tommy Llorens presentaba dos de sus trabajos. Maiakovski, ganador del último Certamen de Cortometrajes Express! que organiza la Fundación Ateneo Cultural 1º de Mayo de Comisiones Obreras, es un corto de instantes, de las pequeñas cosas que nos pasan por la cabeza cuando nos dan una mala noticia con optimismo, cuando juegan con lo que debemos sentir queriendo quitar hierro a lo que sentimos, de cuando nos dan la última punzada. Está filmado en primerísimos planos que se centran en ojos y labios para resumir el trabajo interpretativo y expresar los diálogos. De trasfondo se quedan otras imágenes que fluyen a modo de recuerdos. Es un corto que llena la pantalla, que recurre a la poesía -al menos en ritmo y simbología-, pero que deja demasiados pedazos abiertos a una interpretación subjetiva, pues trata de difuminar más que de concretar.

El segundo de los cortos de Llorens, Por un piano, es una especie de documental que más bien parece una metáfora, o una encuesta, sobre cuando dejar paso a los que vienen detrás. Unos dirán saber retirarse, otros pundonor, pues juega a mostrar opiniones enfrentadas y una cierta ironía.

Cartel del cortometraje 5 aspirantes (y un dispositivo)
Cartel del cortometraje 5 aspirantes (y un dispositivo)
Nómada films viene con tres de sus cortos a esta sesión. Eva Redondo firma la dirección de 5 aspirantes (y un dispositivo), un corto ingenioso que lleva la esforzada vida del recluta a los procesos de selección. El corto se ríe de muchas cosas y lo hace con la risa contagiosa porque satiriza una realidad que nos toca a todos. Tal vez sea el resultado de un proceso de somatización. Nos enganchan las historias de sargentos autoritarios que exigen un esfuerzo equivocado y desmedido, que pierden las proporciones y que se olvidan de la correcta educación, la de preparar y formar para el trabajo que vas a hacer. Esto se puede contar de muchas formas, pero como lo hacen en 5 aspirantes (y un dispositivo) además entretiene.

Daniel Diosdado y Eva Redondo dirigen Con cara de gilipollas. Es un guion sencillo y agradecido de interpretar. En toda relación de pareja siempre hay momentos en que la reacción de una de las partes, ante lo que dice la otra, es quedarse con cara de gilipollas. Es un problema de ritmos entre las partes y también de que lo inesperado no avisa. Pero siempre hay un motivo para sorprenderse más. Nuestra capacidad roza lo infinito como nos hacen aquí.

Conciencia breve de amor eterno, de Daniel Diosdado, es el tercero de los trabajos de Nómada Films. Un instante de silencio, como si se nos hubiera olvidado lo que queremos decir, una situación extraña en una habitación, un despertar. Pocas cosas, casi nada, pero tiene la capacidad de transmitir todo un estado de ánimo, de esos tiempos de mariposas en el estómago en los que las sonrisas dicen más que las palabras.

José Ramírez Antón presenta Game Player, una pequeña historia de revancha llevada a cabo a través del mando de una consola capaz de interactuar con los seres vivos hasta el punto de manejarlos. ¿Realidad o deseo? Queda abierto, como un final que se presiente, pero que no se muestra. Lo cierto es que su ácido humor negro resulta divertido.

De Memorias de atracos, de Miguel Á. García de la Calera, podría decir que al principio me pareció una historia tonta. Dedicar una ficción a conversar con las víctimas de un atraco para que nos lo cuenten. A la segunda historia pensaba que ya no se puede ahondar más, que el entrevistador era un rarito un tanto morboso que se había empeñado en hacerse un archivo informativo tipo El Caso, pero de barrio. Sin embargo el director consigue darle una vuelta a todo esto, hacer que al espectador empiecen a rondarle ideas. ¿Y si todos los atracos que nos cuentan se pudiesen contar como uno solo, de la misma forma? ¿Dónde queda la realidad cuando nos ponemos a contar una historia en la que somos protagonistas? ¿No estaremos exagerándolo un poco y perdiendo objetividad? Las capacidades que ponemos sobre nosotros mismos crecen y, por el contrario, a los demás los caricaturizamos. Así que al final me ganó. Memorias de atracos, tenía algo debajo.

Nena, de María Florencia Álvarez, es un corto con acento argentino, un tanto nihilista y contemplativo, de una adolescencia entre perdida y llena de dudas.

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