sábado, 17 de septiembre de 2011

Literatura social como arma para tomar conciencia de clase

Se presenta en la Fiesta del PCE la primera novela de Javier Mestre, Komatsu PC-340, editada por Caballo de Troya


Sábado 17 de septiembre de 2011. Fiesta del PCE. San Fernando de Henares. Madrid


Constantino Bertólo, Javier Maestre y David Becerra presentando la novela Komatsu PC-340. Foto Toni Gutiérrez
Constantino Bertólo, Javier Maestre y David Becerra presentando la novela Komatsu PC-340. Foto Toni Gutiérrez
Constantino Bértolo, el editor de Komatsu PC-340, presenta la novela señalando de ella que es poco frecuente. Toda la crítica ha destacado que se trata de una novela social, un género literario que se desarrolló en España durante los años cincuenta y que prácticamente había desaparecido. La describe como una novela política que aborda la lucha de clases y social porque narra el conflicto entre el trabajo y el capital. Sus protagonistas son un obrero que trabaja en las obras de soterramiento de la M-30 y una ingeniera de clase alta. Entran en contacto a través de los conflictos laborales y la toma de conciencia de la ingeniera le permite ir tomando partido por las clases obreras.

Saliendo del libro, Bértolo nos avisa de que la lucha que debe preocuparnos es la de desmontar el sentido común que quiere construir constantemente la clase dominante a través de los grandes medios de comunicación. Por eso se hace tan necesario narrar el mundo del trabajo.

Respecto al título, explica que es el nombre de una excavadora y le sirve para completar un símil al decir que la propia novela también hurga entre la tierra para destapar lo escondido por esta democracia burguesa que tenemos.

Javier Mestre, autor de Komatsu PC-340, toma la palabra. Se presenta diciendo que es profesor de secundaria de la asignatura de lengua, así que nos propone hacer un comentario de texto. Elige Celaya y el poema La poesía es un arma cargada de futuro porque dice que lo considera el manifiesto de la novela social. Nos desgrana los versos y explica después que lo que inspira la literatura social no es otra cosa que la lucha de clases. Vivimos a golpes. Nos golpean y no tenemos voz. Su intención como autor ha sido precisamente esa: dar voz a quienes han sido acallados con brutalidad, gentes que vieron como su mundo se venía abajo, vecinos que demandaron ley, orden y freno al caos que se desarrolla con el capitalismo. Al final, con las obras terminadas y con mucho retraso, la justicia les dio la razón y declaró el soterramiento de la M-30 como una obra ilegal.

También ha querido dar voz al mundo de la clase obrera de procedencia inmigrante y sin papeles, otras personas a las que nuestra sociedad ha silenciado. Afirma después, que tanto el periodismo como la literatura están muy podridos. La realidad es tan jodida que debemos hacer alguna renuncia en la literatura, debemos intentar que sea un arma porque la clase obrera tiene que empezar a tomar conciencia.

En el plano personal admira que siga habiendo trabajadores que prediquen en las obras porque se preocupan de las condiciones laborales en las que desarrollan su trabajo. En esta novela, explica Javier Mestre, quería ensalzar esa militancia y que encontraran al menos una «Victoria».

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