domingo, 23 de septiembre de 2012

Juan Antonio Bardem: el cine y el compromiso político de un comunista

La Fiesta del PCE recuerda a Juan Antonio Bardem a través del documental Calle Bardem y preguntándose lo que el cineasta hizo

Domingo 23 de septiembre de 2012. Fiesta del PCE. San Fernando de Henares. Madrid

Alberto Leal, Eddy Sánchez y Andrés Linares durante el homenaje a Juan Antonio Bardem. (Foto: Toni Gutiérrez)
Alberto Leal, Eddy Sánchez y Andrés Linares durante el homenaje a Juan Antonio Bardem. (Foto: Toni Gutiérrez)
A finales del mes que viene se cumplirán los diez años del fallecimiento de Juan Antonio Bardem, un director de cine comprometido con la realidad social y el Partido Comunista de España. En la Fiesta del PCE de este año se le ha rendido un homenaje con la proyección del documental Calle Bardem, de Alberto Leal, y un coloquio posterior que sirvió para recordar su cine y su figura. Presentó el acto Eddy Sánchez, de la Fundación de Investigaciones Marxistas (FIM), señalando el deseo que desde la FIM existe por recuperar un ámbito de debate, con relación al cine, que sirva a la sociedad como un elemento de referencia permanente, haciéndolo desde un punto de vista marxista y reivindicando la función política del cine. Es un buen momento para abrir un espacio en el que abordar un debate y una toma de posición que nos muestre la alternativa política de izquierdas para salir de la crisis. Así lo hace Alberto Leal que utiliza el cine para ponerlo a disposición de la movilización social y el mundo del trabajo, para poder plasmar con este arte la conflictividad obrera y la lucha de clases.

Como se pudo ver en la proyección, Calle Bardem es un excelente trabajo de memoria sobre la figura de Juan Antonio Bardem y su cine. Lo hace hablando sin tapujos de su figura, de su estética cinematográfica, de sus influencias, de su compromiso político y visión del mundo, sin dejar al margen ni sus aciertos ni sus errores. Nos lo explica a través de imágenes recuperadas de sus películas que nos permiten echar un vistazo a aquella España franquista en la que el director desarrolló su cine y también con los testimonios de camaradas y amigos que hablan con absoluta franqueza de él ante la cámara, sin dejar de lado críticas. Entender a Bardem no es una tarea sencilla, pues no está exento de controversias.

Tras Calle Bardem comenzó el debate ¿Qué hiciste Bardem?, donde el director Andrés Linares comenzó recordando que poco antes de fallecer, Bardem le había regaló un libro publicado sobre él. Se lo dedicó con las palabras: «Compañeros de muchos sueños, colaboradores de hermosas y a veces frustrantes tareas, amigos siempre». A través de esa dedicatoria quiso Linares articular su intervención, explicando que en el cine se comparten sueños y frustraciones.

Eddy Sánchez y Andrés Linares durante el homenaje a Juan Antonio Bardem. (Foto: Toni Gutiérrez)
Eddy Sánchez y Andrés Linares durante el homenaje a Juan Antonio Bardem. (Foto: Toni Gutiérrez)
Explicó que Bardem resulta un caso paradigmático, que le tocó bregar con una industria casi inexistente y salió a la palestra con mucha ilusión para voltear nuestra cinematografía desde una apuesta progresista, humanista y comunista. En 1955 se precisaba un cambio y se dan dos acontecimientos que suponen un inicio de este nuevo camino: se estrena en Cannes su película Muerte de un ciclista y se realizan las Conversaciones en Salamanca para debatir la situación estructural de la cinematografía en España y en las que Bardem presenta sus conclusiones en el famoso pentagrama que define a nuestro cine como «políticamente ineficaz, socialmente falso, intelectualmente ínfimo, estéticamente nulo e industrialmente raquítico». Junto con Berlanga, ambos directores disparan el detonante de un nuevo movimiento en el que despliegan un trabajo intenso y desmedido, pero que acaba en una enorme frustración: a pesar de ese empuje el cine español no ha servido políticamente. Aquella era la época de las tres B (Bardem, Berlanga y Buñuel), pero ninguno de ellos ha tenido continuidad, lo que cegó esa vía de un cine político en nuestro país. Es ya tradición que una generación arrumbe con la anterior para ocupar su sitio. Ahora vivimos el tiempo de las dos A, explica Linares.

El segundo fracaso del que habla fue la UNINCI, productora que sentó unas bases de una cinematografía más sólida y conectada con la realidad. Aunque siempre se ha asociado a la UNINCI con el PCE, su origen es de capital privado y su primera intención la de realizar una película para la tonadillera y actriz Lolita Sevilla. Berlanga y Bardem dan la vuelta a ese planteamiento y construyen Bienvenido Mister Marshall. A partir de este éxito, la productora cobra un gran impulso, conociendo un gran desarrollo y agrupando a los elementos más progresistas que despuntan en nuestro cine y a los que va convirtiendo en compañeros de viaje. Con una película trataban de conseguir dinero para los siguientes proyectos, siendo estos cada vez más arriesgados. Dos fracasos son las causas del hundimiento de UNINCI: primero el de Sonatas que tuvo una mala acogida en el festival de Venezia donde la crítica marcó su declive y el segundo totalmente económico de Viridiana que no pudo estrenarse por culpa de la censura.

Bardem siempre se consideró un trabajador del cine y quería vivir de eso, así que, para su sustento, se vio obligado a dedicarse a hacer películas por encargo. Despliega entonces un cine técnicamente digno pero sin valor humano, lo que también le terminó frustrando, pues aquellas películas no estaban a la altura de sus sueños. En ese momento muere Franco y se abre un periodo en el que espera que, en las nuevas condiciones de libertad, se recupere y desarrolle un nuevo cine. No ocurrió, de aquella época lo que surgió aquí fue el cine de destape. Es otra frustración más que le lleva al exilio. Se va a Bulgaria y rueda La Advertencia, una película que narra la vida de Dimitrov pero que apenas tiene repercusión y que no se vio prácticamente en ningún sitio.

Andrés Linares habló del cine que él mismo realizó en los setenta con otros directores, en el que se recogían sucesos trágicos, huelgas, manifestaciones, luchas en las fábricas. Comentó que Bardem no entendía aquel cine, pero sin embargo les apoyó siempre y les brindó su ayuda. La figura de Bardem es de una importancia capital para nuestra cinematografía, y sin embargo la historia no le ha colocado en su lugar.

Alberto Leal y Eddy Sánchez durante el homenaje a Juan Antonio Bardem. (Foto: Toni Gutiérrez)
Alberto Leal y Eddy Sánchez durante el homenaje a Juan Antonio Bardem. (Foto: Toni Gutiérrez)
Por su parte, Alberto Leal, se preguntó qué ha significado Bardem para las generaciones de directores que han salido en democracia. Comentó primero que el documental se rodó en 2005 y muchos de los que hablaban en él hoy ya están muertos. Las personas que son testimonio vivo de Bardem ya no están. Su obra actualmente no permanece pues los cineastas que vinieron después no la han compartido. Cuando Leal se formaba en las escuelas de cine no le hablaron de él. En las publicaciones de cine apenas hay directores que le referencien. Las dos A de las que habló Linares no le citan. En las librerías cinematográficas no se editan libros sobre Bardem. En dvd solo están sus películas más clásicas. Leal interpreta todo esto como que Bardem no es una referencia para los jóvenes, que sobre él pesó una enorme losa: «es comunista, hace películas comunistas, el muro de Berlín cayó, su cine no tiene interés». Ahora está sepultado bajo esa losa y no ha dejado herederos porque el cine mayoritario ha hecho que elijamos otros caminos. Juan Antonio Bardem era una persona muy contundente, que no rehuía la crítica y que realizó el pentagrama del cine español.

Es discutible que se pudiera hacer cine comunista en la época de Franco. Es cierto que Bardem realiza un cine crítico, pero no deja de ser posibilista, es el cine que se podía hacer. El concepto cinematográfico de Bardem no se alejaba del que tenían en Hollywood, ese cine liberal de izquierdas que estaban haciendo los grandes estudios y que incluía siempre a una estrella del momento. Su opinión era que el trabajo del director consiste en elaborar la película para trasladar claves al espectador, pero éstas deben ser fácilmente desentrañables por el público mayoritario. Su trabajo es una especie de reduccionismo. Hay que ser críticos con nuestra sociedad, pero el director hace una construcción ya que su obligación es la de ordenar la realidad. Ese concepto le aleja del cine naturalista, lo que le lleva a no elegir una forma realista para sus rodajes. Son las suyas películas de un ingeniero agrónomo, medidas y ajustadas, que a veces se comportan como jaulas. El suyo es un cine de conflicto entre arquetipos. La acción solo nace de esos conflictos. Este concepto no está de moda en el cine de hoy.

El referente de Bardem fue siempre la tradición nacional y popular, concretando un contexto y un lugar. El cine globalizado de ahora borra todo referente local. Crítico con la situación del cine en España apostó por valores éticos, narrativos y estéticos que hoy no se valoran. Sin embargo, las preguntas que Bardem se hacía en sus películas siguen vigentes. Alberto Leal reivindica el cine que hizo en Cómicos, Nunca pasa nada o Felices pascuas. Un cine más sutil, en el que intentó superar los límites que él mismo se había impuesto. En este país se ha decretado una amnesia colectiva en la que se considera un problema dar testimonio de unos factores que existieron y que no interesa contar. Bardem es una víctima y desgraciadamente tenemos que empujar para que se vuelva a dialogar con su obra.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Mariano Gamo, un cura asambleario del pueblo

La Fiesta del PCE abre un pequeño hueco en el que mezclar cristianismo y marxismo

Sábado 22 de septiembre de 2012. Fiesta del PCE. San Fernando de Henares. Madrid

Julio Setién, Mariano Gamo y Juan Antonio Delgado de la Rosa presentando el libro Mariano Gamo. Testigo de un tiempo. Entre cristianismo y marxismo y viceversa
Julio Setién, Mariano Gamo y Juan Antonio Delgado de la Rosa presentando el libro Mariano Gamo. Testigo de un tiempo. Entre cristianismo y marxismo y viceversa
Julio Setién y Mariano Gamo compartieron legislatura como diputados por Izquierda Unida en la cámara del parlamento autonómico de Madrid. Juan Antonio Delgado de la Rosa ha escrito un libro titulado Mariano Gamo. Testigo de un tiempo. Entre cristianismo y marxismo y viceversa. Los tres juntos están hoy presentando este libro de Ediciones Endymion en la Fiesta del PCE.

Setién, el alcalde de San Fernando de Henares, se ha leído el libro de arriba abajo. Con algunas cosas coincide y con otras no. Por ejemplo, no está de acuerdo con eso de decir que durante la II República se produjo la mayor represión con la religión católica en Europa. Lo que sí acentúa es la capacidad de Mariano Gamo de despegarse de la cutrez facha y represiva que representó la Iglesia durante la dictadura, en aquellos años donde se destrozaron los derechos civiles de los ciudadanos. No es fácil separarse en aquel clima y siendo parte de la institución, pero Gamo supo despegarse de aquella Iglesia acoplada a Franco, beneficiaria absoluta del régimen y uno de sus pilares fundamentales. Algo que no muchos en el clero hicieron. Pero él saltó y se colocó al otro lado. Setién reconoce que le ha gustado echar la vista hacia atrás y recuperar los recuerdos que aquellos años le traen, y a continuación señala la necesidad que nuestro país tiene de recuperar la memoria.

El 90% del libro está dedicado a hablar de Mariano Gamo, un tipo estupendo en palabras del alcalde, con una gran cultura y mucho compromiso. Admira su excentricidad, es decir esa capacidad de salirse del centro para establecer la controversia que le lleva a ser un cura obrero, a pasar por la cárcel y a ser diputado regional por IU. Señala Setién que fue un buen parlamentario porque sabía dar importancia al valor humano, porque era una persona de izquierdas que se conmovía, un revolucionario en las instituciones. Defendía las cosas con apasionamiento. La última de las virtudes de Mariano Gamo que señala el alcalde es la de su desobediencia, especialmente a los dictados de una jerarquía eclesiástica muy franquista.

Juan Antonio Delgado de la Rosa, cuando toma la palabra, expresa su opinión diciendo que no fue tan minoritario el episcopado y clero disidente. Después explica el proceso de elaboración del libro en el que durante un año realizó entrevistas, recopiló testimonios y recogió papeles y documentación en diferentes archivos. Insiste en que su trabajo consistió en ir poniendo las cosas en orden para plasmar el modus vivendi y la infrahistoria de Mariano Gamo. Habla de su trayectoria y nos permite discutir sobre toda ella. El día que Gamo quiera que haga sus memorias.

Mariano Gamo presentando el libro Mariano Gamo. Testigo de un tiempo. Entre cristianismo y marxismo y viceversa
Mariano Gamo presentando el libro Mariano Gamo. Testigo de un tiempo. Entre cristianismo y marxismo y viceversa
En su turno, Mariano Gamo agradece a Delgado todo su empeño por hacer esta biografía y su dedicación de todo un año buscando los rastros escritos sobre él. Dice Mariano Gamo que es un niño de la guerra, que a su padre lo fusiló un destacamento del Frente Popular en las tapias del cementerio de Vaciamadrid y que lo enterraron en una fosa con otros asesinados. Se quedó huérfano a los cinco años y a los diez, por propia voluntad, ingresa en el seminario para convertirse en cura. Va desgranando los diferentes destinos a los que va para cumplir con sus tareas pastorales, señalando lo que cada uno aporta en su vida. Se siente parte de una Iglesia que quiere conectar con el mundo moderno. Su conciencia de clase le llevó a realizar proyectos de asociacionismo que sirvieran a los jóvenes para desarrollar su vida.

La indefinición no va con él, dice que es tendente a posicionarse en las cosas que le importan. Durante el franquismo también era posible posicionarse asumiendo las consecuencias que aquello podía traer. Señala que pasó por sucesivas metamorfosis ideológicas y afirma que no es un marxista teórico, pero que sí vivía en la órbita de ciertas interpretaciones de Marx. Impartía la misa de la misma forma que la concebía, como una asamblea a la que se llegan a algunas conclusiones, eso sí, les tocaba hacerlas un poco crípticas pues sabían que tenían la vigilancia de la policía secreta del régimen.

Mariano Gamo dice con humildad que simplemente ha sido fiel a la realidad que le tocó vivir, la de un cura del pueblo, la de un trabajador. Después nos lanza a todos un aviso, el de que le sublevan los muertos. Y luego lo explica: hay que discutir, así que no entiende una sociedad callada ante los problemas que se comporta como si estuviera muerta.

Acabar con la paz laboral como respuesta a la Reforma

La editorial Atrapasueños y el SAT presentan el Manual para luchar contra la Reforma Laboral en la Fiesta del PCE

Sábado 22 de septiembre de 2012. Fiesta del PCE. San Fernando de Henares. Madrid

Vidal Aragonés, Luis Ocaña, Isaac Rosa y Luis Cotarelo durante la presentación del libro Manual para luchar contra la Reforma Laboral. (Foto: Toni Gutiérrez)
Vidal Aragonés, Luis Ocaña, Isaac Rosa y Luis Cotarelo durante la presentación del libro Manual para luchar contra la Reforma Laboral. (Foto: Toni Gutiérrez)
La Fiesta del PCE apenas si deja tiempo para hacer la digestión. En la Sala C2, la que se dedica a Domingo Malagón, a las tres y media de la tarde se presenta el libro Manual para luchar contra la Reforma Laboral. Luis Cotarelo explica que desde Atrapasueños, la editorial del manual, buscan publicar referentes para la cultura de la izquierda que sirvan como guías en este presente al recordarnos que los tiempos complicados de ahora no han sido los únicos y que en todos ellos ha habido personas que se movieron y lucharon para salir de ellos. En el 2012, cuando el gobierno aprueba la Reforma Laboral, deciden como editorial publicar junto con el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) un material de lucha abierto y dinámico que sirviera de reflexión a dicha Reforma y que nos preparara para todo lo que iba a venir después.

Luis Ocaña Escolar, abogado del SAT, es uno de los autores. Avisa de que su intervención va a estar orientada a contextualizar como se ha producido la Reforma Laboral y cuáles son sus apartados más agresivos. Debemos pensar el calado y el retroceso que significa; tras su aprobación deberíamos hablar del Estatuto de los Empresarios, pues de los trabajadores ya no queda nada.

En primer lugar, Ocaña acentúa que el gobierno la aprobó como Decreto Ley, rompiendo la lógica parlamentaria con la que se reforman las normas. Lo hizo por imposición, sin un diálogo social previo ni un debate parlamentario. Legislar de esta forma supone posponer toda discusión. Para saltarse los tramites habituales en toda reforma, el Partido Popular, contextualiza la Reforma Laboral dentro de las medidas orientadas para salir de la crisis, diciendo indirectamente de esta forma que el cúmulo de derechos de los trabajadores es una causa de la crisis para ellos.

Ocaña divide la Reforma en cuatro apartados. El primero de ellos recoge las medidas orientadas a privatizar los servicios de empleo. Las ETTs han ayudado a la gran temporalidad laboral, mayor que en el resto de Europa, y lo han hecho en fraude de ley. El gobierno en lugar de reformar el INEM lo que hace con la Reforma es facilitar a estas empresas de trabajo temporal la posibilidad de convertirse además en agencias privadas de colocación, ganando dinero también con la explotación del negocio de la contratación de trabajadores. En el mismo sentido, el gobierno va a proponer que sean las mutuas patronales las que se encarguen de gestionar la salud de los trabajadores, permitiendo de esta manera a entidades privadas llegar hasta el dinero de la caja de las pensiones.

Vidal Aragonés y Luis Ocaña durante la presentación del libro Manual para luchar contra la Reforma Laboral. (Foto: Toni Gutiérrez)
Vidal Aragonés y Luis Ocaña durante la presentación del libro Manual para luchar contra la Reforma Laboral. (Foto: Toni Gutiérrez)
El segundo de los apartados del que nos alerta Ocaña se refiere a la flexibilidad del empleo dentro del mercado de trabajo. Dos son las medidas regresivas que el gobierno ha fijado para ello. Por un lado dando la posibilidad de que los empresarios unilateralmente puedan distribuir hasta un 10% de la jornada del trabajador de forma irregular. Estamos hablando de que el empresario escoja 180 horas al año para sacarlas del horario habitual en el que se presta la jornada y colocarlas donde le venga en gana. La segunda medida permite que las personas con contratos parciales, siempre que la empresa lo proponga, pasen a poder echar horas extras de manera legal. Ahora es difícil controlar las horas extras, pues suelen suponer un abuso del empresario y tampoco es habitual que coticen. Por tanto no va a ser un mecanismo para crear empleo, más bien para que el empresario aumente su control sobre el empleo. Esta medida afectará especialmente a las mujeres y a los jóvenes que son quienes mayor número de contratos parciales tienen.

Para abordar el tercero de los apartados, Ocaña habla de que hasta la llegada de la Reforma, los convenios colectivos se asentaban en el diálogo y acuerdo. Mientras duraba la negociación los convenios eran prorrogados. Ahora esto se elimina, ya que cuando un convenio cumpla solo se podrá prolongar durante un año más. El proceso de negociación siempre ha sido lento, así que solía extenderse más allá de ese tiempo. Ahora, si en ese año no se llega a un acuerdo, el convenio se extingue y los trabajadores que estaban adscritos a éste pasan a estarlo a un convenio superior si existiera o al estatuto de los trabajadores y su salario mínimo. A partir de ahí la negociación solo cuenta para los trabajadores, pues si la patronal se niega no pierde nada. Hasta la fecha eran los convenios colectivos por sector y provincia los más importantes, los que fijaban las condiciones mínimas y los convenios particulares de empresa con los que se intentaba mejorar dichas condiciones partiendo de lo logrado en los del sector. Ahora va a ser necesario sentarse empresa por empresa y hay que recordar que en España las mayoritarias son PYMES en las que no suele existir representación de los trabajadores. El sistema hasta hoy protegía a los empleados de estas empresas, pero ahora va a ser al revés, el empresario tendrá mayor facilidad para imponer de manera unilateral sus condiciones. La Reforma es una garantía de empeorar los derechos laborales y supone romper la negociación colectiva y de los convenios.

El cuarto de los apartados, el relativo a los mecanismos para el abaratamiento del despido, es quizá el más conocido. Ahora los despidos improcedentes han pasado a zanjarse con una indemnización de 33 días por año trabajado y sin salarios de tramitación (salvo que el trabajador sea readmitido). Por otro lado se facilita el despido por causas objetivas que practican las empresas que ya no tendrán que acreditar tres años de pérdidas, sino que les será suficiente con justificar tres trimestres seguidos de pérdidas o de no haber ganado tanto como estaban pensando. Las empresas solo están obligadas a declarar sus ventas a año vencido y en el verano siguiente. No hay acceso a ningún registro público previo, y su contabilidad, en este capitalismo salvaje, se puede balancear en el periodo, dedicando un trimestre a pérdidas y dejando todos los beneficios para los siguientes. También se modifican los expedientes de regulación de empleo (ERE) que ya no necesitan presentar expediente, no tienen que ser negociados, ni precisan de autoridad legal que los ratifique. Además, los EREs y el despido por causas objetivas pasa a poder aplicarse también en las administraciones públicas.

Presentación del libro Manual para luchar contra la Reforma Laboral. (Foto: Toni Gutiérrez)
Presentación del libro Manual para luchar contra la Reforma Laboral. (Foto: Toni Gutiérrez)
Vidal Aragonés, abogado del colectivo Ronda y otro de los autores del Manual para luchar contra la Reforma Laboral, utiliza siempre el término Contrarreforma para referirse a ella. Dice que el manual también está escrito desde un concepto filosófico de clase: es de los trabajadores y para ellos. En ese sentido muestran un compromiso claro. Ninguno de nosotros es independiente de los derechos laborales. El libro valora también el papel de los técnicos como los de la triada (mercenarios), los mercados (la burguesía) y la prima de riesgo (usura) y nos ofrece una pincelada de lo que pasa en el estado español. Nuestra Constitución no se puede tocar, y sin embargo se ha modificado recientemente para introducir el mensaje de que no se pueden realizar políticas social-demócratas. Analiza la política del PP y el comportamiento de los sindicatos mayoritarios para generar las contradicciones cuando asumen planteamientos patronales.

Aragonés se pregunta si la Contrarreforma era una necesidad social. Responde que no, que más bien es el resultado de un proyecto político neoliberal que bebe del viejo decálogo de la Escuela de Chicago y del concepto de flexiseguridad extraído del Libro Verde para la modernización del Derecho del Trabajo. Pero lo cierto es que la crisis y los derechos laborales no guardan relación alguna. Finlandia no optó por recortar derechos a los trabajadores para no producir un drama social. Venezuela expresamente ha elegido reforzar los derechos. Nos bombardean con ideas simplistas como que quien tiene derechos laborales es un privilegiado. Nos dicen que las relaciones laborales son rígidas y sin embargo todas se podían modificar. Insisten en el alto coste del despido en España con una indemnización de 45 días por año trabajado y lo cierto es que el 50% de los despidos entre 2008 y 2010 lo hizo con una indemnización de solo 8 días. Aseguran que nos falta formación y nunca tuvimos generaciones tan bien formadas.

Lo único que va a producir esta Contrarreforma es consolidar aún más la temporalidad y la rotación laboral. El despido se plantea como la solución más sencilla a cualquier problema, lo que generará mayor desempleo. Producirá también menor capacidad de consumo de la clase obrera. Sobre la mujer trabajadora será sobre quien más va repercutir. Nuestra sociedad se verá más pauperizada como consecuencia de un proceso a largo plazo en el que el trabajador tendrá que pelear por sus derechos de tú a tú con el empresario sin posibilidad de poder expresarse como clase y solo como asalariado de ese patrón.

Se pregunta Vidal Aragonés qué hacer entonces. Recordando que nuestros derechos han nacido de la movilización la contestación es fácil: Acabar con la paz laboral.

Isaac Rosa y Luis Cotarelo durante la presentación del libro Manual para luchar contra la Reforma Laboral. (Foto: Toni Gutiérrez)
Isaac Rosa y Luis Cotarelo durante la presentación del libro Manual para luchar contra la Reforma Laboral. (Foto: Toni Gutiérrez)
En último lugar interviene el escritor Isaac Rosa, que se ha encargado de realizar el prólogo al Manual para luchar contra la Reforma Laboral. Habla de que nos hemos acostumbrado y que estamos preparados para la siguiente reforma, que incluso se podría aprobar el próximo viernes. Ya no nos sorprenden nuevos recortes ni mermas en nuestros derechos. La Reforma Laboral está vigente desde hace seis meses y la sufren muchos trabajadores. Sin embargo nos parece algo viejo. No habíamos terminado de luchar contra ella y nos vinieron encima los recortes en educación, sanidad…, la reforma de las pensiones y todo lo que llegará cuando el gobierno pida el rescate. Parece que estos nuevos frentes la han enterrado, pero debemos ser conscientes que todas estas medidas son la misma. Se nos viene encima un tiempo en el que todo el poder será para las empresas, en el que no va a haber trabajo y el poco que haya se hará con menos derechos y con trabajadores más sumisos. Un tiempo en el que las víctimas son siempre las mismas: la clase trabajadora. Unas víctimas a las que se nos ha hecho culpables. Recuerda Isaac Rosa el aviso que se mandó desde el gobierno cuando se aprobó hace seis meses avisando de que sería insuficiente, que harían falta más medidas en la misma dirección. El Manual para luchar contra la Reforma Laboral es útil y práctico para enfrentarse contra esta Reforma, pero también al resto de recortes. Sirve para cualquier lucha colectiva.

Cuando se preparó el manual, el escritor se planteó para qué servía la propia Reforma. Después de seis meses se puede decir que lo que ha traído es más paro, más EREs, más despidos objetivos por parte de las empresas, bajas voluntarias de trabajadores rotos por la presión, menos sueldo, más horas de trabajo y menos derechos. La crisis ha servido como excusa y para dar marco legal a unas prácticas que muchos trabajadores ya conocían en sus puestos de trabajo antes de que se aprobaran.

Isaac Rosa ve que la Reforma ha cumplido dos objetivos. En primer lugar ha servido para acelerar la transferencia de la riqueza de los trabajadores a las rentas más altas, al sector financiero y a las empresas. El segundo objetivo alcanzado es una paz social que se ha conseguido por nuestra pasividad ante la imposición. La manera con la que se ha frenado el descontento ha sido vía el miedo, tanto por la presión del paro como por la que ejercen directamente las empresas sobre sus trabajadores. Ese miedo y esa sumisión nos han impedido que hayamos sido más contundentes. Ya no hace falta que hagan nuevos esfuerzos para una nueva reforma.

viernes, 21 de septiembre de 2012

El idioma universal del obrero es la lucha de clases, hoy y hace cincuenta años

La Fundación Juan Muñiz Zapico proyecta el documental Hay una luz en Asturias… Testigos de las huelgas de 1962

Viernes 21 de septiembre de 2012. Fiesta del PCE. San Fernando de Henares. Madrid

Presentación del documental Hay una luz en Asturias… Testigos de las huelgas de 1962
Presentación del documental Hay una luz en Asturias… Testigos de las huelgas de 1962
La Fiesta del PCE es un lugar para hablar de política y lucha, para reivindicar el sitio que a la izquierda le corresponde en nuestra sociedad.

Explica Benjamín Gutiérrez, director de la Fundación Juan Muñiz Zapico de CC.OO. Asturias, la importancia de recuperar la historia del Movimiento Obrero, que nos sirve sobre todo para momentos de crisis como el actual. Avisa también que esos tiempos de crisis solo podremos capearlos desde las movilizaciones sindicales, igual que en 1962. En este panorama que se nos presenta, los mineros regresan a la palestra, ellos han vuelto a salir a la calle con el pico y la maza en la mano, sus herramientas de trabajo, para servir de ejemplo, e igual que entonces enseñarnos el camino con sus huelgas y marchas mineras de la dignidad.

Aquellos mineros de entonces eran gente joven. Cuando iban al patrón a pedir mejoras éste les respondían que qué pedían si ellos habían perdido la guerra, que lo que les tocaba era callarse y aguantar. No lo hicieron. Las Comisiones Obreras que se estaban formando por aquellos años no fueron algo puntual. Las huelgas del 62 consiguieron que un ministro de Franco se desplazara hasta Asturias para negociar cara a cara con los mineros. Llegaron a un acuerdo, pero no se abandonó la huelga hasta que se publicó en el BOE, y luego como no se cumplió se convocó de nuevo. Aquellas luchas nos enseñaron a no resignarnos y nos mostraron que el movimiento obrero es una fuerza imparable. Todos estaban juntos, eso es lo que dio miedo al régimen.

Cuenta después el escritor Armando López Salinas que en España, antes de las huelgas del 62, había ya bastantes conflictos, pero que estos no se podían desarrollar en su plenitud porque la clandestinidad no ofrecía las condiciones idóneas para permitir hacerlo. Se precisaba construir una oposición sindical al modelo de Sindicato Vertical del régimen. Desde la URSS se aconsejó que se siguiera el ejemplo de Lenin: los comunistas deben estar en los mismos lugares en los que estén los trabajadores, con los sindicatos, movilizando al conjunto de la clase obrera.

Armando López Salinas durante la presentación del documental Hay una luz en Asturias… Testigos de las huelgas de 1962
Armando López Salinas durante la presentación del documental Hay una luz en Asturias… Testigos de las huelgas de 1962
En las primeras elecciones sindicales del franquismo se presentaron comunistas para defender desde el Sindicato Vertical los derechos de los trabajadores y sus resultados se empezaron a ver inmediatamente. Surgió después una política de reconciliación nacional como dirección en la que trabajar, pues tanto un campesino gallego, un metalúrgico catalán o un obrero de cualquier lugar habían perdido la Guerra Civil, independientemente del bando en el que hubieran luchado. Quien había ganado era el capital, los terratenientes, la banca, el clero…

López Salinas recuerda bien los años de las huelgas en Asturias, las luchas universitarias, el asesinato de Grimau, el movimiento europeísta precipitado en el contubernio de Munich… Las huelgas del 62 fueron un punto culminante frente al sistema, el momento que convirtió una oposición platónica en real. Las asambleas de trabajadores, sus reuniones, ofrecían resultados y progresos en la lucha de clases. Los empresarios se veían obligados a negociar con los trabajadores al margen del Sindicato Vertical. Los mineros asturianos se convirtieron en un ejemplo de lucha: «Hay una luz en Asturias que alumbra España entera y es que se ha levantado toda la cuenca minera».

Pero el escritor no se queda solo en el pasado, sino que gira su mirada hacia nuestro presente para decirnos que en este tiempo, el de hoy, también se debe pelear porque si no la derrota está cantada. Señala que no va a ser suficiente una huelga, ni las manifestaciones realizadas. Cuenta que el monarca ha hablado contra el movimiento obrero. Si el Borbón plantea esas ideas hay que decirle que no sirven; y hay que decírselo con el idioma universal del obrero: la lucha de clases. Recuerda que Antonio Machado en 1915 ya decía «Jóvenes, haced política, porque si no la política se hará sin vosotros». Cita de nuevo al poeta «Si el auriga sabe su oficio, sigamos con él y paguémosle puntualmente su salario. Si guía mal, habrá que despedirlo. Porque dentro de su coche vamos todos. Mas ¿qué haremos con un cochero loco o borracho que nos lleva a galope y alegremente al precipicio? Habrá que arrojarlo a la cuneta del camino, después de arrancarle por la fuerza las riendas de la mano. Revolución se llama a esta fulminante jubilación de cocheros borrachos. Palabra demasiado fuerte. No tan fuerte, sin embargo, como romperse el bautismo».

Benjamín Gutiérrez y Víctor Díaz Cardiel durante la presentación del documental Hay una luz en Asturias… Testigos de las huelgas de 1962
Benjamín Gutiérrez y Víctor Díaz Cardiel durante la presentación del documental Hay una luz en Asturias… Testigos de las huelgas de 1962
Interviene después Víctor Díaz Cardiel, vicepresidente de Unidad Cívica por la República y militante del PCE, que vivió aquellas huelgas del 62 en primera persona. Explica que lo que allí sucedió aquellos meses supuso algo más que una huelga, pues conmocionó a la dictadura obligando a moverse al propio régimen franquista. Una repetición ampliada de aquello lo hemos vivido de nuevo con las marchas mineras. Le vienen a la cabeza porque recuerda a un minero en ellas contando que su abuelo había participado en las huelgas del 34, que su padre lo había hecho en las del 62 y que ahora a él le tocaban las del 2012. Estirpe de mineros y conflictos que no se saltan ninguna generación. Una lección de historia magistral que presenta a la sociedad española y a los trabajadores que sin lucha obrera todo está perdido.

Cardiel continua en primera persona, trayendo a este coloquio sus recuerdos de aquella huelga, los miedos e ilusiones de aquellos jóvenes que se enfrentaron a la dictadura para defender unos derechos laborales dignos. No fue sencillo porque se jugaban muchas cosas.

Para completar esta presentación, se proyecta el documental Hay una luz en Asturias... Testigos de las huelgas de 1962, un trabajo que se asienta sobre la voz de una treintena de testigos que participaron en aquellos hechos.

Sinopsis del documental: En la primavera de 1962 una oleada de huelgas recorre España. Partiendo de la minería asturiana, los paros se extienden hasta afectar, en desigual medida, a 28 provincias y cerca de 300.000 trabajadores. Los efectos de estos conflictos alcanzan al gobierno, que pone en tensión todos los medios a su alcance para sofocarlos, a la Iglesia católica, a la oposición clandestina y al exilio, al movimiento estudiantil y a un sector de la intelectualidad, generando además una amplia solidaridad internacional. El movimiento huelguístico asturiano de 1962 representó un hito fundamental en la oposición al franquismo y el renacer del movimiento obrero. Este documental cuenta como punto de partida con los resultados de una investigación llevada a cabo por un extenso equipo de investigadores en el 2002 y reeditado en el 2012 en el marco del 50 Aniversario de las Huelgas de 1962.