martes, 19 de noviembre de 2013

Historia y personajes son lo que importa

Se presenta con éxito Blockbuster, la única película española que participa en la Sección Oficial.

Martes 19 de noviembre de 2013. Festival Internacional de Cine de Gijón

Manuel Zarzo, Tirso Calero y Adam Jezierski posan en el photocall
Adam Jezierski, Tirso Calero y Manuel Zarzo posan en el photocall
Cuando el día se acabe, al mirar hacia adelante, el FICXixón de este año habrá dejado ya más imágenes de las que le quedan por generar. Hoy se cruza esa línea imaginaria que se llama ecuador, un punto que sirve para hacer balances y comparativas a la espera de la segunda mitad. En el cielo, aunque volvió el viento con fuerza, ha salido el sol.

Sección Oficial. Blockbuster. Tirso Calero

La vida es en blanco y negro, el cine le pone color. Blockbuster es una película para quienes aman el cine. No resulta obligatorio ser cinéfilo para verla, pero sí tener interés por el cine dentro del propio cine. La película de Tirso Calero se desnuda para hablar con el corazón en la mano de la dignidad de quienes han dedicado toda su vida a la profesión de ser actor. Un joven director cargado de pasión consigue que un actor de los de toda la vida, con 106 películas a su espalda, sea el protagonista de su corto. A cierta edad los teléfonos empiezan a no sonar y el dinero se acaba. Así que las necesidades mutuas son un buen motor para que la sinergia entre los dos personajes fluya y llegue al espectador. Según avanza se va llenando de tristeza sin dejar de poner nunca buena cara, de sonreír de una forma que contagia vitalidad y optimismo. Vivir es trabajar, y además hacerlo con pasión. Blockbuster es una gran película en un frasco muy pequeño.

Cuenta Tirso Calero que la película nació de su amistad con Sancho Gracia y la forma que este tuvo de enfrentarse a la muerte haciendo lo que mejor sabía hacer: actuar. Calero quería contar cómo era la vida de Gracia. Se murió y el director llamó a Manolo Zarzo, como Sancho Gracia le sugirió que hiciera. No le pareció bien hacer del actor fallecido, así que al director le tocó reescribir y al final su personaje resultó ser un compendio y un resumen de todos esos grandes actores que lucharon contra viento y marea, compañeros que han dado mucho trabajando toda su vida y que ahora, en la vejez, se encuentran con que no tienen nada. A todos ellos les tocó hacer un cine de entretenimiento que hoy está muy denostado, pero que entonces llenaba las salas. Calero explica que el color del cine para él es el blanco y negro. Así representa a esos actores que sueñan con un pasado mejor, un tiempo que ya no vendrá. El color en la película se queda para las escenas de ficción que están rodando porque son mentira. En Blockbuster, Fernando Esteso interpreta su primer papel dramático, nunca antes le habían propuesto ninguno. El director reconoce que ha elegido a los actores que eran sus referentes cuando era un niño. Pensaba que si algún día llegaba a ser director de cine trabajaría con ellos. Algo que ha terminado haciendo. Los jóvenes y los mayores en la película forman un grupo de participantes que muestran su amor por el cine. «Es una película de actores» señala Calero, «un canto al cine» que quiere llegar al corazón. Para ello ha mezclado muchos elementos. La dificultad estaba en contar una historia muy triste en tono de comedia, algo que solo se podía hacer con cambios fuertes.

Explica el director que en España se puede hacer cine, pero que exige muchas energías y también suerte. El sistema ha cambiado y ahora solo se pueden llevar a cabo dos tipos de películas. Las del primer grupo serán ocho o nueve al año y tendrán un gran presupuesto porque estarán financiadas por una televisión. El segundo tipo será un cine más pequeño, con un presupuesto mínimo, rodadas en muy poco tiempo, disponiendo de pocos medios y haciéndose de forma artesanal. Las producciones medianas ya han desaparecido. Lo que importa es la historia y los personajes. Tirso Calero reconoce que vive de la televisión, si no fuera así no podría hacer cine. Añade que no tenemos posibilidad de competir con la industria cinematográfica de EE.UU. Lamentablemente el cine español desaparecería sino hubiera festivales.

Manuel Zarzo se siente muy contento de haber hecho este personaje que dignifica su profesión. Dice que no es él y sí un poco de todos sus compañeros. Explica que si no trabaja más es porque no le llaman. Insiste en que lo que quiere es trabajar. Ensayar, rodar… le dan vida. El cine para él equivale a respirar. Esa es su vida, esperar a que le llamen para otro papel. La economía ha dejado fuera a los viejos directores y a los nuevos tampoco les da oportunidades. Hacen faltan ideas y dinero. El cine es cultura, sin embargo ahora la gente no va a las salas, se aborrega en casa delante de la tele. Reconoce que lo pasa mal viendo películas de compañeros que ya han muerto, que le duele. Sabe que habla con un poco de nostalgia.

Adam Jezierski reconoce que admiraba a estos actores, pero que ahora, después de trabajar con ellos, mucho más. Destaca, además de sus largas trayectorias, el compañerismo que le mostraron, el amor y la entrega a un trabajo que sienten de verdad. Participaban en las réplicas como uno más porque consideran que es una parte más de su trabajo y eso les hace dignos de admiración.

Sección Oficial. Les Apaches. Thierry de Peretti

De Les Apaches no sé muy bien que contar, ni siquiera sabría decir con rotundidad si me ha gustado o no. En cierta manera porque es una película molesta, de una violencia contenida que explota de la forma más absurda. Nos habla de una juventud sin futuro que se complica por algo sencillo y lo convierte en un asunto de vida o muerte. Les Apaches es de un pesimismo atroz que nos condena. Aterrador resulta escuchar a un muchacho decirle a otro más débil que no se venga abajo porque seguro que verán cosas peores. Se lo dice para darle ánimos después de un asesinato. Está claro que no tenemos remedio. Hay en la cinta una división clasista del mundo que comparto. La línea que separa a unos de otros está marcada por el dinero, los que se quedan a un lado no van a tener las mismas oportunidades. Quizá eso sea lo que dispara la violencia.

Thierry de Peretti durante la Rueda de Prensa
Thierry de Peretti durante la Rueda de Prensa
Cuenta Thierry de Peretti que rodó en Córcega por ser y haber crecido allí. Desde lo local se pueden contar historias universales, dice. Después añade un segundo motivo para su elección, la de ir contra los estereotipos que lanzan los medios sobre este lugar. Por un lado se muestran las playas idílicas de un paradisiaco destino turístico y por otro se asocia con la mafia. Estos clichés no dejan ver la realidad: la crisis, los problemas étnicos con los que han llegado de fuera… Hay cuatro Córcegas: la de las villas acaudaladas, la de los barrios populares, la de los centros comerciales y la del barrio histórico del centro de la ciudad. Pero las comunidades de estas zonas nunca se encuentran. Hay un suceso real que desencadena Les Apaches: tres jóvenes mataron a otro por un asunto absurdo y le enterraron. Córcega es un lugar peligroso y novelesco.

El director señala que le interesa contar las problemáticas de nuestra época. Hay en la película dos elementos clave. El primero es su aspecto poético de usar lugares y personas reales, pero que tengan rostros nuevos y formas de moverse nuevas. El segundo es un posicionamiento político que habla de la violencia por un lado social y por otro proveniente de la delincuencia. Con Les Apaches se muestra que ambas están unidas y son una sola. Vivimos un proceso de «aculturización» donde se vacía el espacio político de todo lo relacionado con la cultura. Esto resulta preocupante porque el arte puede aportar soluciones. No se fomenta la cultura, sino el ocio puro, la fiesta permanente, el hedonismo como ideal total. En Europa se plantea la felicidad personal, pero no la colectiva. La sociedad de consumo y el capitalismo producen violencia, la economía también.

Sección Oficial. Le Passé. Asghar Farhadi

Cartel de la película Le Passé
Cartel de la película Le Passé
El iraní Asghar Farhadi destacó mundialmente con su anterior película: Nader y Simin, una separación. En esta edición del FICXixón compite con su nueva película: Le Passé. Dos horas y diez minutos de un cine distinto e inquietante. Hablaré de cuatro elementos que me han llamado la atención y que muestran las diferencias.

Me parece sorprendente la maestría con la que elige el momento en el que entra en la trama cada uno de los personajes. Dosificados al extremo, hacen que no se den protagonismos absolutos y trabajan estupendamente en mantener atento al espectador.

En el fondo la historia sigue las reglas del cine policiaco, buscar pistas, tirar de un hilo que nos muestra la punta del siguiente, unir lo encontrado y terminar resolviendo el enigma. En realidad la intriga, las preguntas a resolver, no están de inicio, sino que, como los personajes, van apareciendo espaciadamente. Pero la intriga no es grandilocuente, sino que se trata de desvelar elementos que tienen que ver con las relaciones y las situaciones cotidianas –o no tanto- de pareja.

Me gusta porque se sale de los tópicos. Busca caminos nuevos y no permite dar nada por sentado. El mejor ejemplo es un detalle que pocas veces se ve, a un ex poniéndose de parte del nuevo, de quien le ha sustituido. Decidir entender al otro de forma razonada es una apuesta infinitamente más provechosa.

Para cerrar lo que menos me ha gustado, el elemento que Farhadi debió pulir algo más: el exceso de diálogos. Esto es cine y debería primar el mostrar al decir, pero no ocurre así. Tal vez haya un deseo en la película de embellecerse literariamente que se convierte dentro de su guion en un abuso de la palabra frente a la imagen. Hay diálogos que son interesantes pero que resultan muy cargados y tediosos. Nada que no se pueda perdonar, aunque es cierto que llega a hacer algo aburrida la primera hora.